Las conexiones familiares y la salud mental
Galardonado con varios premios Tony, se estrenó en la escena limeña el musical Querido Evan Hansen de Steven Levenson, con la música y letra de Benj Pasek y Justin Paul, bajo la producción de Preludio, la dirección vocal de Denisse Dibós y la dirección general de Roberto Ángeles.
La narrativa nos presenta a Evan Hansen (Ítalo Maldonado), un estudiante que lucha contra el trastorno de ansiedad social, convirtiéndolo en alguien introvertido y con dificultad para hacer amigos. Sin embargo, una serie de eventos ocasionados por una carta que debe escribir todos los días como parte de su tratamiento, lo confrontará con sus vínculos familiares; explorando temas como las conexiones humanas, la soledad y la influencia de las redes sociales.
Respecto a la composición escénica, destacamos la practicidad de la utilería móvil; así como lo acertado de utilizar la proyección de imágenes, el juego de luces junto a los paneles, que enriquecen el desarrollo de la historia, sin restarle atención a la ejecución de los roles de cada personaje. El elenco principal está encabezado por Maldonado, con un registro vocal impecable, bien complementado con la construcción de este personaje con matices complejos (ansiedad extrema vs. la confrontación con su lucha interna). El reparto actoral se completa con Paul Martin, Rossana Fernández Maldonado, Alexandra Graña, Arianna Fernández, Martin Velásquez, Matias Spitzer y Alejandra Egoavil, quienes realizan un trabajo sólido tanto individualmente como en conjunto. De otro lado, una pieza importante en este musical, es la orquesta en vivo, que acompaña cada interpretación con sutileza, creando una atmósfera más auténtica. También los cambios de escena mantienen un ritmo sostenido y ágil a lo largo de la puesta.
Querido Evan Hansen es un potente musical, compuesto por una narrativa que explora las relaciones familiares, el universo adolescente actual y la fragilidad de la salud mental; mostrándonos un panorama que nos lleva por diversas emociones, a través de las letras y la música, como un bálsamo para la profundidad de una historia que retrata los problemas de una sociedad revolucionada por la tecnología, donde las conversaciones urgentes y los vínculos parecen relegados a chats o emoticones. Sin embargo, refleja también la necesidad de comunicarnos más desde la verdad, y tomando con mayor responsabilidad la salud mental, que es un bien necesario y no un lujo. Quizá, el recordatorio que nos debemos a nosotros mismos es saber que: No estamos solos.
Maria Cristina Mory Cárdenas
18 de mayo de 2025
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