viernes, 29 de diciembre de 2017
Evento: FOTOS Y ENTREVISTAS A GANADORES PREMIACIÓN "OFICIO CRÍTICO" 2017
Gracias a nuestros amigos de Premium Perú Tv y Amancio Guillermo Caballero, por las entrevistas y fotos de nuestro evento.
miércoles, 27 de diciembre de 2017
Evento: GANADORES PREMIACIÓN "OFICIO CRÍTICO" 2017
RESULTADOS DE LA ENCUESTA 2017
COMEDIA / MUSICAL
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Lorena Rodríguez “Un país tan dulce”
MEJOR ACTOR DE REPARTO
Renato Medina “Un país tan dulce”
MEJOR ACTRIZ
Ximena Arroyo” “Esperando a Godot”
MEJOR ACTOR
Manuel Calderón “Esperando a Godot”
MEJOR DIRECCIÓN
Omar Del Águila “Esperando a Godot”
MEJOR MONTAJE
“Un país tan dulce” de Celeste Viale Yerovi
DRAMA
Ana Lucía Pérez “El último verano””
MEJOR ACTOR DE REPARTO
Miguel Álvarez “El arcoíris en las manos”
MEJOR ACTRIZ
Daniela Rodríguez “Vergüenzas: Cajamarca, 1953”
MEJOR ACTOR
Francisco Cabrera “Dramatis Personae”
MEJOR DIRECCIÓN
Jorge Villanueva “Casa de perros”
MEJOR MONTAJE
“Casa de perros” de Juan Osorio
RESULTADOS DE LA MENCIÓN DEL JURADO
COMEDIA / MUSICAL
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Verony Centeno “Parientes lejanos”
MEJOR ACTOR DE REPARTO
Pold Gastello “La pícara suerte”
MEJOR ACTRIZ
Claudia Dammert “Tu madre, la Concho”
MEJOR ACTOR
Ramón García “El país de la canela”
MEJOR DIRECCIÓN
Carol Hernández y Paloma Reyes de Sá “Armando equipaje”
MEJOR MONTAJE
“La pícara suerte” de Leonidas Yerovi
DRAMA
Tatiana Espinoza “El arcoíris en las manos”
MEJOR ACTOR DE REPARTO
Alfredo Carreño “Casa de perros”
Miguel Álvarez “El arcoíris en las manos”
MEJOR ACTRIZ
Fiorella Pennano “Pulmones”
MEJOR ACTOR
Miguel Dávalos “El arcoíris en las manos”
Osvaldo Cattone “El padre”
MEJOR DIRECCIÓN
Ricardo Delgado “Curandero”
MEJOR MONTAJE
“El arcoíris en las manos” de Daniel Fernández
Reconocimiento a la trayectoria 2017
ASOCIACIÓN DE ARTISTAS AFICIONADOS (AAA)
Premio Especial del Jurado
SAVIA de Luis Alberto León
Premio de Dramaturgia “Sara Joffré”
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor” de Celeste Viale
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor” de Celeste Viale
miércoles, 20 de diciembre de 2017
Evento: PREMIACIÓN OFICIO CRÍTICO 2017 - LAS OBRAS EN COMPETENCIA
Extraordinarias puestas en escena, cuarenta y seis en total, entre dramas, comedias y musicales compiten en las diferentes categorías.
Entrevista: PREMIACIÓN OFICIO CRÍTICO 2017 - DRAMARELLA
Gracias a nuestra colega Susana Anavitarte y su canal DRAMARELLA por la entrevista sobre los premios "Oficio Crítico" 2017.
viernes, 15 de diciembre de 2017
Crítica: TODAS TENEMOS LA MISMA HISTORIA
Que las historias no se repitan
Mediante la construcción de monólogos, tres mujeres narran las
historias de violencia que han padecido en carne propia; aunque sus
circunstancias, orígenes y contextos son distintos, comparten una realidad que,
hoy por hoy es un tema recurrente y sensible en nuestra sociedad: la violencia
de género.
Esta obra es una propuesta basada en los escritos de Dario
Fo, Franca Rame, Hernando Cortés y Fortunato Ávila, como parte del Proyecto
Final de Artes Escénicas de la Facultad de Ciencias y Artes de la PUCP, bajo la
dirección de Arturo Huapaya y la producción de Gato Negro - Colectivo Teatral.
La participación de las actrices María del Carmen Castro, Roxana Cavero y Airam
Galliani, quienes con una profunda honestidad y contundencia prestaron su voz a
estas vivencias –que pueden ser las de cualquier mujer- permitieron mostrar situaciones
de maltrato que, lamentablemente, siguen arraigadas en nuestro entorno.
La idea de presentar la obra en un espacio tan íntimo como
Casa Trenzar, hizo que la presentación de los monólogos –que se entrelazaban
entre sí- tuviera una percepción mucho más real de lo que se quería contar. Un
problema social, abordado desde el punto de vista de las víctimas; con el fin
de concienciar a hombres y mujeres respecto al papel que desempeñan frente a
esta realidad.
Un llamado de atención a todos, que implica un cambio de
actitudes y cero tolerancia a la violencia de género. Para que las historias
dejen de repetirse una y otra vez, construyendo una mejor sociedad en la cual,
el respeto, la igualdad y preservación de la dignidad de los seres humanos sea
una realidad tangible.
Maria Cristina Mory Cárdenas
15 de diciembre de 2017
martes, 5 de diciembre de 2017
Crítica: ASÍ DE SIMPLE
La obra sobre los planos de pensamiento
Una nueva propuesta de comedia romántica llega al Teatro de
Lucía con Así de simple, escrita por Bresso
y Sofía González Gil y dirigida por Yanira Dávila. Tenemos en escena la
historia de una pareja joven, Joaquín y Clara, que empieza a convivir. Entre decisiones apresuradas y
choques idealistas entre ambos, se van dando a conocer verdaderos sentimientos
y formas de pensar de cada uno de los personajes.
La obra no propone una representación de una pareja de
manera “convencional”: tanto Joaquín como Clara son representados por tres
actores y tres actrices respectivamente, de modo que cada personaje se ve
representado en tres planos distintos: social,
racional y emocional. Era muy
interesante ver estas tres “realidades de pensamiento” de cada personaje, una
noción muy real de cómo funciona nuestra mente. Ningún plano anulaba a otro:
ver el lado emocional y el lado racional diciendo cosas totalmente opuestas generaba
una empatía agradable, provocaba las ganas de querer ver más de estas
contradicciones.
Para que esta
propuesta funcione, las actrices que representaban a Clara y los actores que
representaban a Joaquín estaban vestidos de la misma manera. El hecho de que
las tres versiones de los personajes hagan las mismas acciones todo el tiempo
como, por ejemplo, amarrarse y soltarse el cabello, o sacarse alguna prenda
funcionó perfectamente para invitar al espectador a aceptar el código que la
obra propone: los actores realizaban estas sutiles acciones limpiamente, de
manera uniforme todo el tiempo sin dejar lugar a posibles confusiones. Por otro
lado, la propuesta escenográfica, que consistió en el uso de un sofá y cajas
que se podían convertir en lo que sea, le dio versatilidad a la obra. Fue una
decisión que aportó al equilibrio en escena: si vamos a ver un personaje
representado por tres actores a la vez, elegir una escenografía más acaparadora
hubiese recargado la obra. Los seis actores destacaron de la misma manera con
los planos de los personajes que representaban: hubo una noción colectiva del
ritmo de la obra, los textos y los movimientos en el espacio parecían parte de
una gran coreografía que nunca paraba, lo que permitió que el efecto cómico
venga como consecuencia, y no de manera forzada por los actores. Sin embargo,
en algunos momentos álgidos, varios
textos se perdían debido a que el volumen de las voces de los seis actores
estaba muy alto o por falta de dicción.
Respecto a esta obra, yo dudaría en definirla como una
historia de cómo funcionan las parejas jóvenes solamente. A pesar de que la
historia sea la de una pareja joven efectivamente, tengo la impresión de que el
recurso más explotado de esta obra es el desdoblamiento de pensamiento en los
tres planos “dominantes”, llevándonos a pensar en que nuestra mente pasa por
vértigos todo el tiempo, en cada decisión, con cada persona con la que
interactuemos. Digo esto porque, si me concentro en la historia de la pareja en
cuestión, siento que no se desarrolló tanto la historia en sí misma. Sí, se nos
muestra momentos de su relación y la explicación de su desenlace como pareja,
pero el recurso del desdoblamiento de planos de pensamiento estuvo tan
explotado y bien logrado, que el desarrollo de la pareja pasó a segundo plano.
Es más, la separación de la pareja no me causó demasiada sorpresa o pena
realmente porque no hubo tiempo de desarrollar su historia.
¿Qué tantos planos podemos construir para mostrarnos ante
otros? Es una pregunta que se me ha quedado en la mente desde que vi Así de simple. Agradezco a esta obra por
mostrar sin filtro cómo funcionamos al procesar información, al sentir momento
a momento, el poner tangible el hecho de que podemos pensar dos ideas
completamente diferentes – plano emocional y plano racional- y no sentirnos mal
por eso: así funcionamos, no nos avergoncemos de la naturaleza vertiginosa que
poseemos, así de simple.
Stefany Olivos
5 de diciembre de 2017
Crítica: GALLINAZOS
Entre las nuevas propuestas para el teatro local tuvimos en la
Casa Cultural Mocha Graña el estreno de Gallinazos,
obra inspirada en el cuento “Los gallinazos sin plumas” de Julio Ramón Ribeyro,
bajo la dirección de Daniel Flores y la dramaturgia de Federico Abrill. Gallinazos cuenta el sobrevivir de tres
niños que viven en condiciones paupérrimas explotados por su abuelo, quien los
obliga a recolectar comida en un basural para alimentar al cerdo que “los
mantiene”. Esta obra es el Proyecto Final de un grupo de alumnos del último
ciclo de la carrera de Artes Escénicas de la PUCP.
Gallinazos fue una
propuesta escénica que contó con todos los medios para hacerse presente y
denunciar una realidad que, a pesar de que el cuento es del año 1955, sigue
vigente. En primer lugar, la división del espacio escénico entre el basural y
la choza donde viven los personajes fue una solución práctica para el
desarrollo de la historia. Los juegos de luces, en especial las que estaban
ubicadas en los montones de basura, ayudaban a crear una atmósfera
particularmente sórdida, donde el tiempo estaba detenido. Los actores
utilizaron la convención de no salir del escenario durante la obra, recurriendo
a colocarse en posición neutra cuando no participaban de la escena. Sin
embargo, en algunos momentos noté a los actores dispersos fuera de escena: se
movían, bamboleaban en sus lugares, robaban foco. El trabajo de los actores
estuvo correcto en cuanto al manejo de texto por parte de los personajes
infantiles: se notaba una diferencia de edades entre los personajes, un matiz
difícil tratándose de niños. El personaje de Efraín (Manuel Baca) fue el más logrado
de la representación, pues me pareció que era el niño más “adulto” de la obra;
es decir, el que más se ha curtido de la realidad en la que vive, el menos
inocente del grupo. Tanto el personaje de Helena (Ale Reyes) como el de Ernesto
(Carlos Arata) eran el contrapunto de Efraín, pues eran los que aún conservaban
cierta ingenuidad respecto a los problemas que se les presentaban; Helena era
un personaje interesantemente construido, pues tenía matices de inocencia
frente a un carácter valiente y enérgico propio del contexto en el que
crecieron. Sin embargo, el personaje de Ernesto fue el menos logrado, tenía una
forma predeterminada de hablar que distraía, por lo que se notó la diferencia
frente al resto de niños. Un caso parecido fue el de don Santos (Emmanuel
Caffo), el abuelo de los niños, un personaje que decía los textos de la misma
manera todo el tiempo, lo que a veces resultaba agotador de ver.
El cuento de Julio Ramón Ribeyro describe una realidad que
sigue vigente. En esta obra tenemos la oportunidad de ver ese mundo marginado,
existente, donde aún existe explotación infantil y desigualdad de
oportunidades. Sin embargo, el mensaje que actualmente podríamos rescatar de Gallinazos es acerca de la creencia en
los sueños por encima de un sistema opresor. Estos niños no necesitan ser
adultos para lograr escapar de su situación, reaccionaron gracias a sus propios
medios. Una obra como esta es una forma de denunciar un aspecto de la sociedad
que muchos ignoran, un paso en contra de la indiferencia frente a poblaciones
oprimidas. Que vengan, pues, cada vez más obras que se atrevan a mostrar males
sociales lamentablemente vigentes.
Stefany Olivos
5 de diciembre de 2017
Crítica: PAÍS DE OTROS
Nuestra herencia
La última promoción de la especialidad de Artes Escénicas de
la Facultad de Comunicaciones de la PUCP presenta como proyecto final la puesta
País de Otros, bajo la dirección de
Mario Ballón. Con las actuaciones de Alonzo Aguilar, Darling Salazar, Mariapía
Condorchúa y Andrea Valdivia G., quienes a través de sus experiencias
participaron del proceso creativo del montaje.
Bajo un amplio escenario, los personajes –diversos de
acuerdo a cada momento- plantean un recorrido por una época difícil en nuestro
país (el terrorismo, la crisis económica, temas de coyuntura política) y cómo
esas circunstancias han marcado sus vidas hasta el presente. A través de la
expresión corporal y el uso de utilería (vestuario, cintas de VHS, álbumes,
etc.) los actores iban incorporándose dentro de cada escena –las mismas que
cambiaban abruptamente- con una dinámica bastante rápida, que daba pie a
confundirse un poco. Interpretaciones sólidas, con descargas de energía
llamativas –sobre todo los personajes interpretados por Alonzo Aguilar-; las
actrices muy pertinentes en sus intervenciones –aunque en algunos pasajes se
extremaba el histrionismo-.
Ahora bien, País de
Otros es una propuesta distinta y arriesgada, donde la interacción con el
público fue un elemento interesante –aunque desconcertante en principio-. Se
entendía la transición histórica de la narrativa; sin embargo, ciertos momentos
desbordaban la trama en sí, produciendo una sensación de desconexión con lo que
se observaba. El abarcar distintos contextos con cambios drásticos en las
escenas, hacían deslucir la puesta; además, no todos los
elementos utilizados podían apreciarse por el público (quienes nos movimos en
el escenario vimos algunos y nos perdimos de otros), algo previsible
considerando la amplitud del espacio.
El mérito del montaje se encuentra precisamente en los
riesgos tomados al momento de construir este proyecto. Una puesta que deja un
mensaje importante, acerca de lo que fuimos y somos ahora como sociedad, la
idiosincrasia que heredamos. Así como los aciertos y errores que cada
generación trae consigo. País de otros
está presentándose en el Teatro Ensamble, de jueves a domingo, hasta el 10 de
diciembre.
Maria Cristina Mory Cárdenas
5 de diciembre de 2017
domingo, 3 de diciembre de 2017
Crítica: 12 EN PUGNA
Condenar o no…he ahí el dilema
Un grupo de personas se alistan para decidir acerca de la
culpabilidad o no de un joven acusado por el homicidio de su propio padre –un
típico juicio norteamericano- sin embargo; no será tan sencillo que doce
personas lleguen a un acuerdo unánime (debe ser así, de lo contrario el juicio
tendría que ser anulado); surgiendo el entredicho, cuando uno de los jurados
manifiesta su inconformidad frente a los demás -en apariencia decididos a condenar
al muchacho a la silla eléctrica- Este
es el argumento del filme estadounidense
de los años cincuenta "12 Angry Men" (12 Hombres en pugna), el mismo que
bajo la producción de la Asociación Cultural “Sinraztro” y la acertada
dirección de Jhonatan Céspedes Roncalla, se presentó en el Teatro “Federico
García Lorca” del Centro Español del Perú.
Esta propuesta tiene matices e ingredientes muy
interesantes, que van desde un elenco bien afiatado y de distintas edades: Yamil
Sacín, Mauricio Lombardi, Paco Solís Fúster, Andrés Luna, Iñigo Luna, Titi
Plaza, Airam Galliani, Jesús Sasai, Eka Konysheva, Mariel Zúñiga, Marco Antonio
Ñique y Jorge Luis Pérez; hasta la inclusión de cuatro mujeres en el jurado (en
la versión original todos son hombres ya maduros). Detalle destacable,
considerando que se retratan características (valores, creencias, rasgos de la
personalidad, etc.) que bien podría tener cualquier ser humano independientemente del género; sin embargo, la presencia femenina refresca el
argumento y narrativa de la obra.
De otro lado, considero que es la interpretación de cada una
de estas doce personalidades –muy particulares todas- la esencia misma de la
representación; que empiezan a enfrentarse unas con otras, desde que el jurado
número 8 –interpretado con precisión
por Mauricio Lombardi- inicia un debate entre el jurado restante, con el fin de
justificar con argumentos válidos la decisión final (después de todo se trata
de una vida). Personajes recalcitrantes como los interpretados por Yamil Sacín
y Titi Plaza -jurado 3 y jurado 10, respectivamente- daban cuenta de los
distintos modos de ver la vida, las creencias, los prejuicios, las relaciones
familiares fragmentadas y violentas, entre otros factores, que llevan a los
seres humanos a actuar de una forma u otra, tomando decisiones erradas, sin
percatarse de los detalles que pueden hacer una gran diferencia. Sobre todo, en
un contexto difícil y delicado como el que representa un juicio. En general,
cada personaje supo llevar de forma clara su acción, por tanto, la dinámica se
centraba en las estrategias de cada cual para sostener su posición.
A su vez, 12 en pugna, coloca en la palestra un tema
controversial como es la pena de muerte, tanto en el ambiente jurídico como en
la sociedad civil. Invitando a una reflexión seria y consciente acerca del
tema, puesto que primero habría que revisar las falencias que nuestro sistema
judicial adolece. Una buena obra, bien adaptada e interpretada; que lleva a
cuestionarnos que no siempre tendremos la razón, por ende, no somos dueños de
la verdad y debemos aprender a escucharnos unos a otros.
Maria Cristina Mory Cárdenas
3 de diciembre de 2017
Crítica: MORBO
Las apariencias engañan
“Considero más valiente al que conquista sus
deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la
victoria sobre uno mismo.” Aristóteles
Unipersonal testimonial de Beto Ortiz, dirigido por Gabriel de la Cruz Soler y presentado en el Centro
Cultural Español del Perú los días 9, 10, 16 y 17 de noviembre.
Esta puesta en escena tocó temas de la vida
privada del protagonista desde los inicios de su niñez hasta su etapa ya madura.
Abordó dichos temas de una forma tragicómica para la diversión del espectador.
Lo que llamó la atención de muchos fue la sencillez con la que contó cada una
de sus anécdotas y de cómo aprendió a reírse de ellas, a pesar de que en un momento
de su vida, por culpa de las mentiras de la prensa, desistió de volver a la TV.
A pesar del dolor, de la pérdida de su querida madre, Beto aprendió a
levantarse y continuar con su camino.
Los temas que tocó fueron el bullying que
sufrió de niño, la leyenda del ¼ de pollo, cuando “salió del closet”, el primer
beso con Magaly Medina que lo llevó a la fama, entre otros más. Debemos
reconocer que no debió ser fácil para Beto parase delante del público y contar aspectos
de su vida privada, pero lo hizo, cosa que rescato y admiro. A pesar de no ser
una obra sólida, contó con varios espectáculos por parte de otros actores que llevaron a otro
nivel este unipersonal: los bailes y la
música estuvieron geniales e incluso la recreación que se mostró de una Lima
antigua, que la mayoría de mi generación no conocía, encantó a más de uno. Sobre
la escenografía, sencilla pero agradable; y sobre los implementos del actor, la
peluca no le hacía ningún favor, pero sí hizo reír.
Se logró el cometido de conectar al público y
ver al ser humano que hay en él. Todas las expectativas equivocadas que tenía
respecto sobre quién era Beto Ortiz, fueron resueltas ese día. Gracias por tan
bella función y por mostrarme una vez más que a pesar de que vivimos en una
sociedad aún primitiva, existen personas tan extraordinarias que no tienen
miedo de ser como son y que aprendieron a aceptarse y a vivir de la mejor
manera. Una vez más, gracias por ser como eres y compartir con tu equipo tu
historia.
Antes de cerrar esta crítica, quiero dejar
esta frase que veo pertinente: “No mires al pasado, lo que cuenta es el
presente. No hagas caso a la gente, haz lo que creas conveniente. Recuerda: no
eres ni mejor ni peor... eres simplemente tú.”
María Victoria Pilares
3 de diciembre de 2017
Crítica: TALLER DE REPARACIONES
Hasta que la realidad te toca
“Existirá la justicia para quien lo necesita o
uno tiene que tomarla con su propia mano”
Esta puesta en escena es muy fuerte para mi
gusto, pero no por eso deja de ser interesante y realista. Obras como esta no
solo buscan denunciar la violencia contra la mujer, pues buscan la reflexión de
lo mal que va la sociedad y ayudan a tomar conciencia de las cosas que vemos o
permitimos, para decir: ¡Basta ya! Es tiempo de actuar.
Historia tragicómica que inicia en el taller
de Frank (Óscar López Arias), quien se encargará de reunir a sus dos amigos de
la infancia, con el único fin de que lo ayuden a ponerle fin a un problema que
lo atormenta. Pero todo se vuelve tenso con la visita inesperada de una cuarta persona,
quien será el que traiga la manzana de la discordia en dicha reunión, una en la
que a simple vista era una conversación de “patas”, en donde entre risas y
bromas cuentan despectivamente sus hazañas de conquista y nos muestran cómo ven
a la mujer: como un objeto sexual. Claro, ese tema entre hombres es de lo más
gracioso, pero ¿qué pasa cuando uno de ellos se siente aludido por dicha
conversación? ¿Será que siente culpa o solo intenta ser el más maduro del grupo?
La propuesta que presenta el director es muy
compleja y a pesar de contar con un inicio lento, esta engancha. La conexión de
los actores motiva a querer denunciar lo que pasa. Personalmente, quedé indignada
y sentí impotencia por el dolor de un hombre de familia en dicha obra. El
mensaje que rescato es el de tener cuidado con las cosas que podemos ver en
internet y de qué cosas compartimos, ya que nadie está libre en esta vida.
Taller de reparaciones está escrita por John
Pollono y dirigida por Diego Lombardi. La temporada se realiza en el Centro
Cultural Ricardo Palma, hasta el 17 de diciembre 2017. La puesta en escena
tiene como elenco a Oscar López Arias, Joaquín de Orbegoso, Daniel Neuman y
Gabriel Gil. Los precios de las entradas: general S/40, estudiantes S/25; y jueves
populares S/25. De venta en Teleticket y boletería del teatro.
María Victoria Pilares
3 de diciembre de 2017
viernes, 1 de diciembre de 2017
Evento: PREMIACIÓN "OFICIO CRÍTICO 2017"
"El ser se vuelve humano cuando descubre al
teatro." (Augusto Boal)
Martes, 26 de diciembre 7:30 pm en el Teatro Auditorio
Miraflores (Av. Larco 1150 Sótano). Entrada libre, capacidad limitada.
Por séptimo año consecutivo, OFICIO CRÍTICO propone un
compartir para todos aquellos que se dedican a las artes escénicas en nuestra
ciudad capital, con el único propósito de reconocer y celebrar aquellas
obras y artistas que sobresalieron por su profesionalismo y calidad sobre el
escenario limeño. Esa es y será siempre la principal razón para la realización
de este evento.
Entraron en la clasificación los montajes que tanto OFICIO
CRÍTICO como sus gentiles colaboradores consideraron pertinentes para hacerles
una mención y que alcanzaron a ver desde finales de noviembre del año pasado
hasta la quincena de noviembre (aproximadamente) del 2017.
Se entregarán distinciones especiales para cada terna: MEJOR
MONTAJE, DIRECCIÓN, ACTOR, ACTOR DE REPARTO, ACTRIZ y ACTRIZ DE REPARTO, tanto
para las categorías de Drama y de Comedia/Musical. El público podrá votar
virtualmente a través de la encuesta publicada en el blog; como también OFICIO
CRÍTICO dará su propio veredicto durante el evento. Además, se concederá el
premio de Dramaturgia SARA JOFFRÉ para la MEJOR OBRA PERUANA ESTRENADA EN EL
2017. La encuesta se cierra el VIERNES 22 DE DICIEMBRE.
COMEDIA/MUSICAL
En esta categoría participan por el mejor montaje: “¿Qué
tiene Miguel?” de César Vera; “El país de la canela” de Alonso La Hoz; “El
primer caso de Black & Jack” de Manuel Gold, Jely Reátegui, Cesar García y
Paloma Reyes de Sá; “Esperando a Godot” de Samuel Beckett; “La pícara suerte”
de Leonidas Yerovi; “Salvador” de
Federico Abrill, Alexa Centurión y Eduardo Ramos; “Tu madre, la Concho” de
Ángelo Condemarín; y “Un país tan dulce” de Celeste Viale Yerovi. Entre los
trabajos de dirección destacaron Carol Hernández y Paloma Reyes de Sá por
“Armando equipaje”; Cecilia Cruz por “Luciérnagas”; Diego La Hoz por “El país
de la canela”; Fito Bustamante por “¿Qué tiene Miguel?”; Mateo Chiarella por
“La pícara suerte”; Omar Del Águila por “Esperando a Godot”; Paola Vicente por
“Tu madre, la Concho”; y Sergio Anchiraico “Penúltima comedia inglesa”.
Resaltaron entre los actores, los trabajos de César García
por “Armando equipaje”; Emanuel Soriano por “El plebeyo”; José Dammert y Pold
Gastello por “La pícara suerte”; Karlos López Rentería, Javier Quiroz y Ramón
García por “El país de la canela”; Manchi Ramírez por “Sírvase un payaso 2”;
Manuel Calderón, Juan José Oviedo y Percy Velarde por “Esperando a Godot”;
Mario Velásquez y Juanjo Espinoza por “Parientes lejanos”; Alonso Cano por
“Puente”; Lucho Ramírez por “Oda a la luna”; Marcello Rivera por “Ciudad
cualquiera”; Mikhail Page por “Fragmentos”; y Renato Medina por “Un país tan
dulce”.
Entre las damas, destacaron las interpretaciones de Andrea
Aguirre y Angélica Iturbe por “El plebeyo”; Claudia Alecchi por “Luciérnagas”;
Claudia Dammert por “Tu madre, la Concho”; Ella Sánchez por “Ña Catita”; Jely
Reátegui por “El primer caso de Black & Jack”; Mayella Lloclla y Lilian
Nieto por “La pícara suerte”; Ursula Kellenberger por “Penúltima comedia
inglesa”; Ximena Arroyo por “Esperando a Godot”; Carolay Rodríguez por “¿Qué
tiene Miguel?”; Eliana Fry García-Pacheco por “El país de la canela”; Laly
Guimarey y Lorena Rodríguez por “Un país tan dulce”; Montserrat Brugué por “Oda
a la luna”; Paola Vera por “Los macabros secretos de Maricastaña”; Sonia
Seminario por “Tu madre, la Concho”; y Verony Centeno por “Parientes lejanos”.
DRAMA
Alcanzaron excelente resultados los montajes de “Casa de
perros” de Juan Osorio; “Curandero” de Ricardo Delgado; “El arcoíris en las
manos” de Daniel Fernández; “El vuelo de los olvidados” de Paris Pesantes;
“Financiamiento desaprobado” de Tirso Causillas; “Pulmones” de Duncan
Macmillan; “Recuerdos con el señor Cárdenas” de Patricia Romero; y “Yerovi,
vida y muerte de un pájaro cantor” de Celeste Viale. Los directores destacados
en esta categoría son Claudia Tangoa por “Ñaña”; Dusan Fung por “El arcoíris en
las manos”; Jorge Chiarella por “Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor”;
Jorge Villanueva por “Casa de perros”; Martín Medina por “NN12”; Nani Pease por
“Financiamiento desaprobado”; Norma Martínez por “Pulmones”; y Ricardo Delgado
“Curandero”.
Entre los caballeros, realizaron un extraordinario trabajo
sobre las tablas Alaín Salinas por “Personas no humanas”; Augusto Montero por
“Curandero”; Francisco Cabrera por “Dramatis Personae”; Janncarlo Torrese y
Paul Ramírez por “Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor”; Miguel Dávalos,
Eduardo Ramos y Miguel Álvarez por “El arcoíris en las manos”; Osvaldo Cattone
por “El padre”; Renato Rueda por “Pulmones”; Sergio Armasgo por “Un chico de
Bosnia”; Abel Enríquez por “Rastros”; Alberick García por “Pájaro en llamas”;
Alfredo Carreño por “Casa de perros”; Beto Benites y Julián Vargas por “La hija
de Marcial”; Carlos Victoria por “Financiamiento desaprobado”; y Lolo Balbin por
“Recuerdos con el señor Cárdenas”.
Las actrices en esta categoría destacaron por sus logrados
personajes: Daniela Rodríguez por “Vergüenzas: Cajamarca, 1953”; Ethel Requejo
por “La alondra”; Fiorella Pennano por “Pulmones”; Haydeé Cáceres por “Canción
de cuna para un anarquista”; Kelly Esquerre por “La hija de Marcial”, Natalia
Bonifaz por “Rastros”; Rebeca Ráez por “La piedra”; Vanessa Vizcarra por “Una
relación pornográfica”; Ana Lucía Pérez por “El último verano”; Andrea Chuiman
por “Un chico de Bosnia”; Andrea Montenegro por “El vuelo de los olvidados”;
Claudia Berninzon por “El proyecto Laramie”; Denise Arregui y MaCla Yamada por
“Las mujeres de los nazis”; Leticia Narvarte por “NN12”; Mariajosé Vega y
Tatiana Espinoza por “El arcoíris en las manos”; y Stephany Orúe por “Luz de
gas”.
Reconocimientos especiales y colaboradores
Así como ESPACIO LIBRE, ÓPALO, CUER2, TEATRO DE LA
RESISTENCIA, EUREKA TEATRO y PUESTA, este año recibirá un merecido homenaje por
su trayectoria artística de casi ocho décadas, la ASOCIACIÓN DE ARTISTAS
AFICIONADOS (AAA). También recordaremos a las personalidades del teatro
que nos abandonaron este año.
Así como en años anteriores, me apoyan para la elaboración
de las ternas y la elección final, colegas críticos a los cuales agradezco
de corazón por sus sugerencias: MARÍA VICTORIA PILARES, STEFANY OLIVOS, MARÍA
CRISTINA MORY, BRYAN URRUNAGA, EDER GUARDA, PEPE SANTANA, SUSANA ANAVITARTE, PERCY
ENCINAS y los colegas de CRÍTICA TEATRAL SANMARQUINA.
La cita, repetimos, es el MARTES 26 DE DICIEMBRE A LAS
7:30 pm, en el acogedor TEATRO AUDITORIO MIRAFLORES.
¡Los esperamos a todos!
Sergio Velarde
1° de diciembre de 2017
Crítica: VOLÁTIL
Lo que Volátil nos dejó
El renovado local del cine José Olaya de Chorrillos fue
intervenido por un espectáculo que mezcla danza, teatro y elementos de circo
contemporáneo: Volátil, una
propuesta nueva y contundente en las tablas limeñas. Esta representación
constituye la muestra de un proceso creativo a cargo de la Compañía “Sin
Tiempo”, cinco artistas entre bailarines y actores, bajo la dirección de Ana
Chung, quienes nos muestran una sincera respuesta a aquellas recurrentes
preguntas y sensaciones que todos tenemos en algún momento de nuestra vida: la
búsqueda del equilibrio, el miedo a perder la estabilidad, la necesidad de
razones para seguir luchando, y un largo etcétera.
Volátil está
compuesto por una serie de momentos conectados a través de la música, un
elemento determinante dentro de este montaje, debido a que tomaba el papel de
narrador e hilo conductor de toda la representación. La técnica de la danza
contemporánea y la del teatro físico se fusionaron en esta ocasión, dando
ejemplo – una vez más – de que no hay por qué separar ambas disciplinas para
fines creativos. Los cinco artistas lograban funcionarse y segregarse
atinadamente como un gran engranaje vivo, activo. La elección de los vestuarios fue un elemento
que particularmente me sirvió para crear empatía con el elenco: ropa simple,
con estilo y cómoda que me llevaba directamente a una imagen de humildad y
sinceridad del espectáculo. Definitivamente la elección del espacio fue
crucial, pues Volátil hubiese podido
ser una obra totalmente diferente en otro lugar. Fue agradable ver el nivel de
compañerismo con el otro que cada artista mostraba: en una obra llena de
momentos de alto riesgo, el cuidado entre los actores volvió incluso más
“humano” el espectáculo, alejándose por completo de ser un montaje lleno de
adornos y virtuosismo ensimismado. Los movimientos poseían una serie de matices
y calidades de energía propias de una partitura corporal sensible y
notoriamente trabajada a fondo: se notó una apropiación del espectáculo en ese
sentido. A pesar de esto, en algunos momentos del espectáculo los matices
desaparecían, ya sea en el movimiento o en la expresión de los rostros de los
artistas: a veces notaba que sus cuerpos estaban en una sintonía distinta a la
de sus expresiones; incluso la mirada de algunos de ellos se perdía en algunos
momentos, un detalle que me desconectaba de la obra, pues provocaba que el recurso de los desplazamientos por el
espacio agote por momentos.
Este montaje no cuenta una historia como clásicamente se
suele esperar. Volátil es una
muestra de sensaciones como resultado de una búsqueda conjunta. Es una
propuesta interesante de ver por el hecho de que se utilizan técnicas
diferentes de representación al servicio de los artistas en escena. Rescato
definitivamente el hecho de simplemente lanzarse a hacer un espectáculo de este
tipo en un mercado teatral tan inocente como el limeño. Rescato y agradezco que Volátil sea una invitación a apreciar
otros medios de expresión además de la palabra hablada, a poner a prueba nuestra
sensibilidad.
Stefany Olivos
1° de diciembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
Crítica: ¡A VER, UN APLAUSO!
La
palabra del payaso
El camino pedregoso del artista, aquel que
no ostenta más que su gracia, su necesidad de crear y compartir, a pesar de la
indiferencia o el rechazo. ¡A ver, un
aplauso! representa la muerte de un payaso de plaza y a su vez, el recuento
de una vida que empieza a escribirse ante nosotros.
La esencia de la puesta en escena reside en
el payaso, el inicio hace hincapié en un estilo, las estrategias del clown para
atraer y conmover se presentan con riendas sueltas. Pareciera que estamos
encaminados a una deconstrucción del texto, invitados a un espectáculo silente
donde los payasos nos relatarán sus vidas a través de música y gestos, ante un
trabajo de atmósfera y sensaciones notable, con humor sencillo y efectivo.
Luego, descubrimos que el estilo es tan solo un añadido al respetuoso
seguimiento del texto de De María y no un protagonista del espectáculo. Aquí es
donde los intérpretes se desencuentran y la obra pierde sorpresa e interés.
En general, la dirección de Verony Centeno
muestra señales de buen gusto para la composición y el manejo del espacio, el
silencio, la luz y el tiempo, con los que es capaz de elaborar momentos
sublimes, tal como la despedida de Tripaloca y Jelvi, su chica rin; una escena
sin apresuramientos que por pura composición construye la idea del adiós. Tras
un encuentro íntimo de luz cenital y desnudamientos, la mujer sale por un
portal gigante, azulado y en ese caminar se despide del hombre, de la obra y de
nosotros. Una imagen con un abanico de significados, el punto álgido de la
obra.
Por otro lado, el uso del diálogo es un
punto débil para un montaje que se aferra a él como eje de la historia. Los
actores/payasos, acostumbrados a otras formas de expresión, sufren el texto y
nos alejan de la ficción. Muchos gritos, pocos matices y mala dicción es lo que
vuelve gran parte de la puesta un lugar de difícil acceso, que recobra su
aliento cuando los intérpretes retornan a su comodidad.
La aparición de Debra Salinas le otorga a
una obra para entonces lejana y caótica un momento de pausa. A partir de la
interacción con la actriz, la historia adquiere mayor sentido, pues muchos
relatos habían quedado ininteligibles. Pareciera que su sobriedad contagiara a
su colegas y juntos encontraran un tono narrativo adecuado para transmitir las
circunstancias ficcionales. De aquí se desprenden los mejores parlamentos de la
puesta.
El diseño de luces de Cristiano Jara y la
dirección de arte de Melissa Jimenez merecen una mención por su arduo trabajo
en detalles y la dificultad del estilo. La luz se encuentra siempre al servicio
de las atmósferas que desea alcanzar, se siente la organicidad en cada cambio
de color y circunstancia bajo una dirección que exige mucho dinamismo. Asimismo,
el arte al darle movimiento y ritmo a los vestuarios, que desde la falda de
Jelvi para el momento de la salsa o la camisa de aire desgarbado para
Tripaloca, hace el esfuerzo de dar expresividad y no quedarse en lo meramente
explicativo. Por otro lado, el diseño sonoro es excesivo, por momentos la
puesta se aferra a la música para imponer atmósferas de forma tajante y totalitaria.
¡A
ver, un aplauso! concluye como una serie de
momentos de gracia, unas imágenes potentes aunque aisladas y fragmentos de
textos que sobreviven el caos. Buenas sensaciones que deben proliferarse para
obtener un montaje redondo.
Bryan Urrunaga
27 de noviembre de 2017
miércoles, 22 de noviembre de 2017
Crítica: DOS PERDIDOS EN UNA NOCHE SUCIA
Dos perdidos y la voz de una realidad
La Casa Recurso abre las puertas a los espectadores. Un
escenario no convencional: una esquina de la sala, dos personajes en una banca,
aparentemente cada uno en su propia actividad. Así se da inicio a Dos perdidos en una noche sucia, del
dramaturgo Plinio Marcos en una versión de Daniel Amaru, bajo la dirección de
Rodrigo Chávez. La obra comparte la historia de Paco (Gianfranco Cruzado) y
Toño (Alaín Salinas), dos muchachos de escasos recursos que trabajan
falsificando focos por un salario casi nulo y que esperan tener una vida mejor.
Poco a poco vemos cómo los personajes van siendo víctimas de sus
circunstancias, llevándolos a tomar medidas ajenas a ellos mismos.
Desde la entrada a la sala, y la manera en la que estaba
colocado el espacio de representación, sentí que estaba viendo una situación
vetada; quiero decir, una situación oprimida, escondida. Las dimensiones del
espacio de los actores, que no llegaba ni a los 4 metros cuadrados, el
vestuario y la escenografía básica fueron suficiente para transmitirnos una
historia envuelta en la violencia normalizada y escuchar a dos personajes que
fueron una voz de la desigualdad que existe en nuestro país. El espacio
reducido de la obra fue un punto a favor de la representación, los dos actores
tuvieron un manejo corporal y vocal adecuado, sin llegar a saturar al público a
pesar de la cercanía; al contrario, la propuesta espacial aportó a que la
conexión con el público sea inmediata. En cuanto a los personajes, ambos estaban
construidos de tal manera que con meros gestos físicos ya nos daban la
información de su contexto: desde su postura al caminar hasta la forma de coger
los focos que falsificaban. Por otro lado, en el caso de Paco, interpretado por
Gianfranco Cruzado, al comenzar la obra noté al personaje un poco flojo, a
veces la propuesta de cómo hablaba el personaje desaparecía, lo que al
principio me sacaba, parecía que era el actor hablando. Luego de un rato esta
inestabilidad desapareció y el personaje creció. Debo decir que la obra me quedó muy corta,
pues no sentí que la esta haya permitido el desarrollo de los personajes
completamente.
El aspecto más importante de tener una obra como esta en
escena es cómo apela a una situación
vigente: la violencia normalizada, la desigualdad de oportunidades y la
indiferencia con la que convivimos. Esta obra representa una oportunidad de
cuestionarnos sobre cómo los males sociales pueden crecer si no hacemos nada al
respecto, una invitación a dejar la indiferencia de lado. Tenemos a dos
personajes que representan a todo un sector de la población que es víctima de
empleos informales dentro de un país donde las oportunidades las gana el mejor
postor. Lo que reconozco de esta obra es el hecho de que nos muestra dos formas
diferentes de lidiar con el mismo contexto: por un lado, Toño tiene en un
inicio la buena intención de conseguir un mejor empleo; por otro lado, Paco es
un joven conformista que usa la violencia como estrategia de supervivencia. Los
dos caen en actos delictivos por necesidad; sin embargo – sin querer
justificarlos-, Toño no quiere dañar a nadie más allá de robarles dinero o
zapatos, mientras que Paco encuentra el robo como una forma de normalizar un
nivel de violencia innecesario para sus planes iniciales. Es así como ahora
vemos que algunos son capaces de matar incluso por un celular. Comencemos por
aceptar que esta realidad nos compete a todos y que, para solucionarlo, hay que
empezar reconociendo el problema como propio del país, sin excluirse de la responsabilidad.
Yo le pregunto, ¿qué piensa usted hacer al respecto?
Stefany Olivos
22 de noviembre de 2017
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