Condenar o no…he ahí el dilema
Un grupo de personas se alistan para decidir acerca de la
culpabilidad o no de un joven acusado por el homicidio de su propio padre –un
típico juicio norteamericano- sin embargo; no será tan sencillo que doce
personas lleguen a un acuerdo unánime (debe ser así, de lo contrario el juicio
tendría que ser anulado); surgiendo el entredicho, cuando uno de los jurados
manifiesta su inconformidad frente a los demás -en apariencia decididos a condenar
al muchacho a la silla eléctrica- Este
es el argumento del filme estadounidense
de los años cincuenta "12 Angry Men" (12 Hombres en pugna), el mismo que
bajo la producción de la Asociación Cultural “Sinraztro” y la acertada
dirección de Jhonatan Céspedes Roncalla, se presentó en el Teatro “Federico
García Lorca” del Centro Español del Perú.
Esta propuesta tiene matices e ingredientes muy
interesantes, que van desde un elenco bien afiatado y de distintas edades: Yamil
Sacín, Mauricio Lombardi, Paco Solís Fúster, Andrés Luna, Iñigo Luna, Titi
Plaza, Airam Galliani, Jesús Sasai, Eka Konysheva, Mariel Zúñiga, Marco Antonio
Ñique y Jorge Luis Pérez; hasta la inclusión de cuatro mujeres en el jurado (en
la versión original todos son hombres ya maduros). Detalle destacable,
considerando que se retratan características (valores, creencias, rasgos de la
personalidad, etc.) que bien podría tener cualquier ser humano independientemente del género; sin embargo, la presencia femenina refresca el
argumento y narrativa de la obra.
De otro lado, considero que es la interpretación de cada una
de estas doce personalidades –muy particulares todas- la esencia misma de la
representación; que empiezan a enfrentarse unas con otras, desde que el jurado
número 8 –interpretado con precisión
por Mauricio Lombardi- inicia un debate entre el jurado restante, con el fin de
justificar con argumentos válidos la decisión final (después de todo se trata
de una vida). Personajes recalcitrantes como los interpretados por Yamil Sacín
y Titi Plaza -jurado 3 y jurado 10, respectivamente- daban cuenta de los
distintos modos de ver la vida, las creencias, los prejuicios, las relaciones
familiares fragmentadas y violentas, entre otros factores, que llevan a los
seres humanos a actuar de una forma u otra, tomando decisiones erradas, sin
percatarse de los detalles que pueden hacer una gran diferencia. Sobre todo, en
un contexto difícil y delicado como el que representa un juicio. En general,
cada personaje supo llevar de forma clara su acción, por tanto, la dinámica se
centraba en las estrategias de cada cual para sostener su posición.
A su vez, 12 en pugna, coloca en la palestra un tema
controversial como es la pena de muerte, tanto en el ambiente jurídico como en
la sociedad civil. Invitando a una reflexión seria y consciente acerca del
tema, puesto que primero habría que revisar las falencias que nuestro sistema
judicial adolece. Una buena obra, bien adaptada e interpretada; que lleva a
cuestionarnos que no siempre tendremos la razón, por ende, no somos dueños de
la verdad y debemos aprender a escucharnos unos a otros.
Maria Cristina Mory Cárdenas
3 de diciembre de 2017
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