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domingo, 3 de diciembre de 2017

Crítica: 12 EN PUGNA

Condenar o no…he ahí el dilema

Un grupo de personas se alistan para decidir acerca de la culpabilidad o no de un joven acusado por el homicidio de su propio padre –un típico juicio norteamericano- sin embargo; no será tan sencillo que doce personas lleguen a un acuerdo unánime (debe ser así, de lo contrario el juicio tendría que ser anulado); surgiendo el entredicho, cuando uno de los jurados manifiesta su inconformidad frente a los demás -en apariencia decididos a condenar al muchacho a la silla eléctrica-  Este es el argumento del filme estadounidense  de los años cincuenta "12 Angry Men" (12 Hombres en pugna), el mismo que bajo la producción de la Asociación Cultural “Sinraztro” y la acertada dirección de Jhonatan Céspedes Roncalla, se presentó en el Teatro “Federico García Lorca” del Centro Español del Perú.

Esta propuesta tiene matices e ingredientes muy interesantes, que van desde un elenco bien afiatado y de distintas edades: Yamil Sacín, Mauricio Lombardi, Paco Solís Fúster, Andrés Luna, Iñigo Luna, Titi Plaza, Airam Galliani, Jesús Sasai, Eka Konysheva, Mariel Zúñiga, Marco Antonio Ñique y Jorge Luis Pérez; hasta la inclusión de cuatro mujeres en el jurado (en la versión original todos son hombres ya maduros). Detalle destacable, considerando que se retratan características (valores, creencias, rasgos de la personalidad, etc.) que bien podría tener cualquier ser humano independientemente del género; sin embargo, la presencia femenina refresca el argumento y narrativa de la obra.

De otro lado, considero que es la interpretación de cada una de estas doce personalidades –muy particulares todas- la esencia misma de la representación; que empiezan a enfrentarse unas con otras, desde que el jurado número 8 –interpretado con precisión por Mauricio Lombardi- inicia un debate entre el jurado restante, con el fin de justificar con argumentos válidos la decisión final (después de todo se trata de una vida). Personajes recalcitrantes como los interpretados por Yamil Sacín y Titi Plaza -jurado 3 y jurado 10, respectivamente- daban cuenta de los distintos modos de ver la vida, las creencias, los prejuicios, las relaciones familiares fragmentadas y violentas, entre otros factores, que llevan a los seres humanos a actuar de una forma u otra, tomando decisiones erradas, sin percatarse de los detalles que pueden hacer una gran diferencia. Sobre todo, en un contexto difícil y delicado como el que representa un juicio. En general, cada personaje supo llevar de forma clara su acción, por tanto, la dinámica se centraba en las estrategias de cada cual para sostener su posición.

A su vez, 12 en pugna, coloca en la palestra un tema controversial como es la pena de muerte, tanto en el ambiente jurídico como en la sociedad civil. Invitando a una reflexión seria y consciente acerca del tema, puesto que primero habría que revisar las falencias que nuestro sistema judicial adolece. Una buena obra, bien adaptada e interpretada; que lleva a cuestionarnos que no siempre tendremos la razón, por ende, no somos dueños de la verdad y debemos aprender a escucharnos unos a otros.

Maria Cristina Mory Cárdenas
3 de diciembre de 2017

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