Las apariencias engañan
“Considero más valiente al que conquista sus
deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la
victoria sobre uno mismo.” Aristóteles
Unipersonal testimonial de Beto Ortiz, dirigido por Gabriel de la Cruz Soler y presentado en el Centro
Cultural Español del Perú los días 9, 10, 16 y 17 de noviembre.
Esta puesta en escena tocó temas de la vida
privada del protagonista desde los inicios de su niñez hasta su etapa ya madura.
Abordó dichos temas de una forma tragicómica para la diversión del espectador.
Lo que llamó la atención de muchos fue la sencillez con la que contó cada una
de sus anécdotas y de cómo aprendió a reírse de ellas, a pesar de que en un momento
de su vida, por culpa de las mentiras de la prensa, desistió de volver a la TV.
A pesar del dolor, de la pérdida de su querida madre, Beto aprendió a
levantarse y continuar con su camino.
Los temas que tocó fueron el bullying que
sufrió de niño, la leyenda del ¼ de pollo, cuando “salió del closet”, el primer
beso con Magaly Medina que lo llevó a la fama, entre otros más. Debemos
reconocer que no debió ser fácil para Beto parase delante del público y contar aspectos
de su vida privada, pero lo hizo, cosa que rescato y admiro. A pesar de no ser
una obra sólida, contó con varios espectáculos por parte de otros actores que llevaron a otro
nivel este unipersonal: los bailes y la
música estuvieron geniales e incluso la recreación que se mostró de una Lima
antigua, que la mayoría de mi generación no conocía, encantó a más de uno. Sobre
la escenografía, sencilla pero agradable; y sobre los implementos del actor, la
peluca no le hacía ningún favor, pero sí hizo reír.
Se logró el cometido de conectar al público y
ver al ser humano que hay en él. Todas las expectativas equivocadas que tenía
respecto sobre quién era Beto Ortiz, fueron resueltas ese día. Gracias por tan
bella función y por mostrarme una vez más que a pesar de que vivimos en una
sociedad aún primitiva, existen personas tan extraordinarias que no tienen
miedo de ser como son y que aprendieron a aceptarse y a vivir de la mejor
manera. Una vez más, gracias por ser como eres y compartir con tu equipo tu
historia.
Antes de cerrar esta crítica, quiero dejar
esta frase que veo pertinente: “No mires al pasado, lo que cuenta es el
presente. No hagas caso a la gente, haz lo que creas conveniente. Recuerda: no
eres ni mejor ni peor... eres simplemente tú.”
María Victoria Pilares
3 de diciembre de 2017
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