domingo, 25 de septiembre de 2022

Crítica: MUERDE


La importancia de encontrar una (nuestra) voz

El Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CCPUCP), con apoyo de la Fundación BBVA, está presentando la obra Muerde, un monólogo interpretado por Alfonso Dibós, escrito y dirigido por Franciso Lumerman. La obra está basada en un hecho real que tuvo lugar en Argentina (tierra natal del dramaturgo): transeúntes golpearon y mataron a un menor de edad por robar un celular. Es así como la obra propone una reflexión sobre la exposición constante que las personas pueden pasar en situaciones de peligro, injusticia y riesgo. Todo este manifiesto es encarnado en René, una persona marginada por la sociedad. Al estar manchado de sangre, el personaje intenta descubrir qué fue lo que sucedió, de dónde vienen sus heridas.

Un almacén. Objetos viejos, sucios, manchados, rotos, olvidados. El espectador entra a la sala roja del CCPUCP y observa un escenario lleno de todos estos objetos peculiares. En un rincón, alguien se mueve ligeramente, cuyas ropas se mimetizan con el estado deteriorado de los objetos en escena. René empieza a compartir su historia, sus memorias, el lugar de Rosa y todas aquellas sensaciones que han estado callando por mucho tiempo. Este monólogo finalmente es un intento del personaje por recordar qué ocasionó que esté cubierto de sangre, además de descubrir el poder de las palabras que por mucho tiempo no tuvieron lugar.

Si bien este espectáculo es un monólogo, es necesario reconocer que la voz del personaje toma un papel protagónico, ya que es un elemento que se va apoderando de René, con el objetivo de encontrarse a sí mismo. La forma de hablar que el actor adoptó para el personaje era peculiar, pues por momentos, cuando se daban picos de intensidad en escena, el mismo personaje reprimía su voz luego de decir información impactante o relevante para el momento. Dibós logró darle vida a su voz como un personaje que complementaba a René, y a la vez lo retaba a encontrar respuestas dentro de él mismo. En el monólogo, parecía que el texto y el personaje entraban en conflicto, ya que René iba dándose cuenta de ciertos aspectos a partir de lo que iba diciendo y recordando.

Muerde representa un reto en términos de acción dramática, pues el ritmo y desenlace de la representación recae en un solo actor. Dibós logró una construcción de personaje llena de detalles y tiene el mérito de poder sostener el espectáculo de manera impecable, dando peso y significado a cada aspecto que René va compartiendo durante la obra. El texto en sí mismo representa un salto atemporal entre recuerdos y vivencias, por lo que el ritmo de la obra no tiene picos evidentes de intensidad. Ha sido un reto logrado por el actor poder mantener la atención del público desde el trabajo minucioso de creación.   

Esta obra fue representada en la virtualidad durante la pandemia, con una propuesta escénica de acuerdo a las circunstancias de aquel momento. Tanto la representación virtual como la presencial constituyen dos productos únicos y ha sido un privilegio ver cómo una obra ha podido mutar de acuerdo con las circunstancias. De eso se trata hacer arte: el poder acomodarnos a las circunstancias para seguir representando, seguir manifestando, seguir creando.

Stefany Olivos

25 de septiembre de 2022

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Crítica: TIEMPOS MEJORES


Familia en fragmentos

Se dice que en todas las familias existe algún secreto, pues bajo esta premisa se construye la potente y desgarradora narrativa de la obra Tiempos mejores, escrita por Mikhail Page y Rasec Barragán, la cual se estrenó virtualmente durante la pandemia, siendo seleccionada por el FAE Lima 2021, ganando luego el premio Estímulo Económico a las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura. Bajo la dirección de Roberto Ángeles, esta nueva producción de LA IRA Producciones estrenó con éxito su temporada presencial en el Teatro Julio Ramón Ribeyro del Centro Cultural Ricardo Palma, en Miraflores.

Con el pretexto de celebrar el cumpleaños de su hermano Leandro –Mario Cortijo-, que estudia en Londres, Andrea –Alicia Mercado- organiza desde los Estados Unidos una reunión por Zoom convocando a sus padres María Laura y Antonio –Denisse Dibós y Javier Valdés-, quienes están en Lima. Aprovechando la ocasión, los esposos deciden anunciar su separación, lo cual será el punto de quiebre que revelará una serie de resentimientos y dolorosos recuerdos del tiempo en el que vivían juntos.

Un compacto y afiatado elenco sostiene la montaña rusa de emociones que propone la trama, acompañados por una sencilla pero funcional escenografía y juego de luces, que retrata con ingenio una reunión virtual, con cubos de madera en los cuales los actores tenían algunos elementos propios de sus personajes. Además, la impecable ejecución del piano por parte de Ítalo Maldonado, aportó en los cambios de escena o momentos clave de la puesta. Destacable la interpretación de Mercado, quien maneja con destreza la complejidad de su personaje, calando en la memoria del espectador, así como Cortijo, quien sobre todo hacia el final nos sorprende con la drástica evolución de su personaje.

Tiempos mejores retrata los fragmentos de una familia, que pese a su privilegiada condición económica, no está libre de los dramas y escombros que se remueven del pasado, un tiempo que no fue el mejor, ni el más grato. Así, la intensa y profunda narrativa se conduce con una acertada dinámica e interpretaciones honestas, que nos llevan a diversos cuestionamientos como: ¿hasta qué punto se puede llegar con tal de guardar las apariencias?, ¿cuánto pesan las heridas que nunca sanan?, ¿sería mejor no descubrir ciertas cosas de nuestra familia? Les animo a preguntárselo después de ver la obra.

Maria Cristina Mory Cárdenas

21 de setiembre de 2022

martes, 20 de septiembre de 2022

Crítica: VECINOS


¿Existe una igualdad entre hombres y mujeres al postular a un trabajo?

Esto plantea la obra Vecinos. Y, ¿el nombre de la obra? Pues son precisamente los vecinos los que de alguna manera, identificados con este suceso, apoyan a su vecina a hacer justicia, para que se valoren las aptitudes y méritos más que el género.

Esta pieza teatral hace saltar la pregunta si en el pleno 2022, y con tantas luchas, protestas y liberaciones a cuestas, realmente los hombres y las mujeres somos iguales en cuanto a nuestros desempeños y valor. Cuando pensamos en ello pueden venir a la mente adjetivos opuestos. Masculino: fuerte, valiente, agresivo, proveedor, racional, insensible. Femenino: débil, tierna, dócil, cuidadora, emocional, sensible. Esta diferencia se ha marcado desde tiempos remotos y debido a ello pensamos que estas diferencias son “naturales”, pero ¿cuánto realmente lo son? Al ser concebidos, solo uno de los 46 cromosomas de nuestro ADN determina nuestro sexo; de hecho, no hay diferencia entre niños y niñas en la etapa de gestación. Una vez que somos clasificados, se nos educa de acuerdo con lo que se espera del sexo asignado.

Se espera, por ejemplo, que los niños no lloren o que las niñas no sean intrépidas. Esas reglas de comportamiento las hemos asumido como si fueran diferencias biológicas, es decir, que tienen que ver con nuestro cuerpo, y no es así.

Con estas expectativas sociales de lo que es ser masculino y femenino nos adentramos en nuestra sociedad que inmediatamente cosifica, como le ocurre a la protagonista de esta obra, que va por un puesto de trabajo y no toman atención a su hoja de vida y por el simple hecho de ser mujer no es tomada en cuenta para tal oficio, estando más calificada que su contraparte masculina.

Simone de Beauvoir, una prominente escritora francesa, dijo en 1949: “No se nace mujer, se llega a serlo”, refiriéndose a que las características que entendemos como masculinas o femeninas son resultado de procesos culturales construidos socialmente. En ese mismo sentido tampoco se nace hombre, se llega a serlo. Lo más grave es que esas diferencias sexuales han sido y son utilizadas como justificación para mantener una forma de desigualdad en las sociedades y establecer entre pueblos y naciones una idea de jerarquía que subordina a las mujeres en general.

Esto queda retratado en la obra, con actuaciones correctas, entregadas y un escenario funcional para tal efecto.

Manuel Trujillo

20 de septiembre de 2022

Crítica: Q.E.P.D. MATRIMONIO POST-MORTEM


Muerte declarada no grata

A mí siempre me ha llamado la atención que La X Productora haya logrado generar una fidelización de su marca sobre la base de presentar comedias sucintas, urbanas, breves e inteligentes. Q.E.P.D. Matrimonio Post-Mortem no fue la excepción. La espera para el inicio de la función fue breve, lo cual habla bien de la productora.

Creo que lo más revelador de todo fue la gran capacidad que tiene Paco Valera para empatizar con el público de manera casi inmediata, debido a su motricidad, mímica y movimientos faciales coordinados y simpáticos. Se nota que el actor ha tenido mucho trabajo en televisión, publicidad y cine. Es la primera vez que lo veo en vivo y ahora entiendo de dónde viene su gran carisma como actor y como profesor de teatro. Desde hace unos meses yo estoy llevando talleres de trabajo vocal con un profesor especializado en la locución, y tengo que mencionar que lo más impresionante del montaje fue la gran capacidad que tiene Valera para trabajar su voz. Fue impresionante la cadencia, la proyección y sobre todo, la articulación de las palabras para que sus discursos tengan coherencia y generen risa. Por otro lado, la historia fue realmente un hazmerreír total. En cierta medida, fue un homenaje a la hipocresía, a la doble moral y una sátira a todos los males de una sociedad limeña en decadencia. Fue muy interesante, pues está ambientada en el Perú de fines de los noventa, épocas marcadas por el fin de una crisis política solo comparable con la actual.

Por otro lado, fue interesante la recepción del público, pues la gente no paraba de reír debido a que la historia era muy atractiva. Pese a que los personajes cambiaban las temáticas de su discusión todo el tiempo, esto no aburría, pues cada información era risible. En ningún momento se apeló al humor chabacano lo cual es loable, pues en el caso de la comedia limeña es algo difícil de evitar. A pesar de que la presencia actoral de Valera fue más que destacable, quien marcó el montaje fue, sin duda, Caroll Chiara, debido a que ella siempre resolvía sus conflictos de manera asertiva y sobre todo, con mucha ironía. Estoy convencido de que uno de los mejores puntos es que nunca el montaje llegó a aburrir al público y se demostró el trabajo colectivo que lograron ambos actores.

Finalmente, se debe mencionar que la escenografía fue muy sucinta y relacionada con la temática del funeral. Así mismo, los vestuarios fueron bastante convencionales, pues eran ternos y vestidos de luto. Q.E.P.D. Matrimonio Post-Mortem fue una propuesta interesante y quiero resaltar el comentario final de Varela invitando al público a difundir la obra, pues van a estar de gira en Arequipa. Es poco habitual que los colectivos apuesten por las giras en otras ciudades y esto habla bien de cambio lentos en la manera de hacer teatro en el Perú. Felicitaciones por la iniciativa.

Enrique Pacheco

20 de setiembre de 2022

Crítica: AZUL


Color de alegría

El teatro infantil está dando la talla actualmente en Lima. Es realmente increíble cómo ha evolucionado este género dentro del teatro limeño. Creeser Teatro va a dar que hablar, debido al compromiso que ha demostrado en este montaje. Azul me dejó totalmente anonadado con el resultado presentado. Por otro lado, ya conocía el trabajo de Gian Paul Miranda y Jazmín Labrín, pues ellos provienen de la agrupación Palosanto, en donde trabajaron en obras muy memorables hechas por el entrañable Ismael Contreras.

En primer lugar, yo creo que se tiene que felicitar que el colectivo logró generar una experiencia de teatro infantil desde la puerta del Teatro de Lucía. Desde el inicio del montaje, uno ya se sentía parte de la historia, pues los personajes de la obra (Miranda y Rodrigo Reyes Pavia), auto nombrándose Par e Impar para ordenar a los asistentes a sus asientos, hacían que el ambiente sea muy empático. Así mismo, se les dio a los niños lámparas de luz infantiles para poder activarlas en algunas escenas de la función. Esto último fue muy interesante, debido a que ninguno abusó de la luz durante la función, lo cual demuestra que los actores lograron desarrollar un nivel de conexión muy fuerte con el público. Cuando se realiza teatro para la infancia, los actores deben tener mucha inteligencia emocional en una serie de situaciones. Yo siempre he mencionado en mis reseñas que el tema del teatro para los niños es muy difícil y un punto clave para poder desarrollar un buen montaje es no subestimarlos. Por otro lado, creo que Azul generó un mensaje bastante claro, sin apelar a un lenguaje infantil convencional básico. Estoy convencido que por esa razón, los niños en ningún momento perdieron la atención o trataron de romper unilateralmente la cuarta pared teatral.

Como crítica constructiva, puedo mencionar algunos aspectos. En primer lugar, tengo que indicar el tiempo, pues me pareció que para ser un montaje infantil la duración fue un poco extensa, lo cual puede ser no solo una crítica sino un halago, pues los niños en ningún momento se aburrieron. En segundo lugar, creo que los personajes deberían tener una misma personalidad durante toda la función, pues había momentos en que los personajes de Miranda y Reyes Pavia las cambiaban. Por ejemplo, Par e Impar, quienes ordenaban a los niños, eran otros personajes durante la función. Esto puede no generar una sensación de extrañeza.

Finalmente, se puede mencionar que la utilería y los vestuarios fueron realmente impresionantes y con unos acabados con colores vivos. De igual manera, el uso del material audiovisual durante los monólogos del personaje de Labrín fue muy interesante y simpático. Creo que el director, el mismo Miranda, podría pedir asesoría de un psicólogo o profesor enfocado en problemas de la infancia, porque Azul se presta para tocar temas importantes, como por ejemplo el autismo, una temática muy poco abordada en el teatro. De hecho, el color del autismo es el azul y su día internacional es el 2 de abril. Estoy seguro de que esto podría ser un reto adicional dentro de la carrera de Creeser Teatro. En general, el montaje fue impresionante.

Enrique Pacheco

20 de setiembre de 2022

Taller: PRODUCCIÓN TEATRAL


¿Por dónde empiezo?

Herramientas de la producción teatral para facilitar de manera teórico-práctica el trabajo y darle importancia al productor desde la organización, promoción y ejecución de cada una de las actividades que permitirán hacer sostenible un proyecto teatral.

Dirigido por Diana Hurtado Vargas y Dante Marchino Checa, ambos con vasta experiencia en gestión cultural y producción de obras de teatro, así como festivales nacionales e internacionales.

8 sesiones/16 horas (2 horas por sesión) 

Del lunes 3 al jueves 27 de octubre del 2022

De 7:30 a 9:30 p. m./Modalidad: Virtual por Zoom y presencial

Doce cupos-constancia de participación

diana.hurtado@atodacosta.net

Dirigido a jóvenes y adultos, mayores de 18 años, interesados en producir teatro o eventos culturales

En el taller de PRODUCCIÓN TEATRAL: ¿Por dónde empiezo? se brindarán herramientas básicas de la producción teatral para facilitar de manera teórico-práctica el trabajo y poner en relieve la importancia del productor desde la organización, promoción y ejecución de cada una de las actividades que permitirán hacer sostenible un proyecto teatral. 

Con ejemplos concretos de actividades culturales vigentes, reconoceremos las etapas de preproducción, producción y posproducción con la finalidad de sumergirnos en las estrategias de ejecución.  

«Cada participante contará con una asesoría en su proyecto personal que inicie en el taller o esté desarrollando, esto muy aparte de las clases», nos cuenta Diana.

La naturaleza del taller sigue una línea de trabajo teórico-práctica y en el trayecto se irá escribiendo o revisando un proyecto por participante o en grupo. La evaluación será constante en clase de acuerdo al trabajo activo para comprobar lo aprendido», afirma Dante.

«[Es un] Diálogo constante que incentiva la reflexión con la finalidad en desarrollar la producción de conocimiento utilizando los procedimientos aplicados dada la naturaleza de los proyectos, asistiendo a las obras de teatro en cartelera, serán también los objetivos y metodologías en el taller», coinciden Diana y Dante en nuestra charla.

8 sesiones/16 horas en total (2 horas por sesión), los lunes y jueves.

Del lunes 3 al jueves 27 de octubre del 2022 

De 7:30 a 9:30 p. m./Modalidad: Virtual por Zoom y presencial

COSTO DEL TALLER S/550,00 por todo el taller

Promoción exclusiva para los seis primeros inscritos hasta el 22 de septiembre: S/475,00

Contacto: 962 347 528 o al correo diana.hurtado@atodacosta.net

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Crítica #701: PERDIDOS EN UNA NOCHE SUCIA


Violencia normalizada

Repuesta en innumerables ocasiones, no solo para montajes profesionales sino también en las muestras de estudiantes de actuación, la ya clásica pieza del autor brasilero Plinio Marcos, Perdidos en una noche sucia (Dois perdidos numa noite suja, 1966) no ha perdido un ápice de vigencia, debido a la cruda realidad que retrata y que además cobra capital importancia en temporadas cuando se nos bombardea en todos los noticieros con el feroz avance de la delincuencia. La puesta a cargo de El Club De Los Aquellos, como parte de la programación de eventos culturales por el Bicentenario de Brasil, resulta muy efectiva e inquietante al presentar las miserias de miles de jóvenes sin oportunidades, verdaderas bombas de tiempo que constituyen un serio peligro para la sociedad y para ellos mismos.

La historia es ya conocida, sencilla en apariencia, pero que esconde toda una problemática que pareciera imposible de resolver. Un par de zapatos de vestir decentes es todo lo que necesita Toño para salir de la miserable vida que lleva, pero su compañero Paco no está dispuesto a dárselos, desencadenando una terrible espiral de violencia. El director Daniel Goya aprovecha el espacio del Teatro Barranco de manera circular, lo que constituye todo un acierto. Es ahí donde aparecen estos dos cargadores de mercado, dentro de unas cajas de frutas, como si fueran animales enjaulados a punto de salir en libertad. La imagen es poderosa, más aún con los actores interactuando entre ellos tan cerca de los espectadores en primera fila. A pesar de su juventud, Alfredo Motta y Eduardo Suárez realizan una muy buena performance, en general.

Se puede señalar ciertos detalles durante la función, como el valioso monólogo externo del inicio que bien podría tener cabida en otro tipo de espectáculo, o la dosificación de la energía de los intérpretes en determinadas secuencias, o los visibles brackets de uno de ellos, o la ausencia sonora en la impactante resolución final. No obstante, Goya aprovecha la frescura e intensidad de Motta y Suárez para sumergirnos en esta historia durante más de una hora, en la que vemos cara a cara la sinrazón, la desigualdad, la envidia y la violencia normalizada. Perdidos en una noche sucia siempre tendrá vigencia, mientras no nos cuestionemos acerca de los enormes males sociales que nos aquejan y que sorprendentemente aún convivimos con ellos desde la indiferencia.

Sergio Velarde

14 de setiembre de 2022

Crítica: TRISTEZA Y ALEGRÍA EN LA VIDA DE LAS JIRAFAS


El paso irremediable hacia la adultez

El Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, en coproducción con Escena Contemporánea y el apoyo de la Embajada de Portugal en el Perú, estrenaron recientemente la temporada de la obra Tristeza y alegría en la vida de las jirafas, de la dramaturgia del autor portugués Tiago Rodrigues, reconocido en Europa y nombrado en 2021 director del Festival d´Avignon, bajo la dirección de Alberto Ísola, a quien además se rinde un homenaje por sus 50 años de vida artística.

La historia se enmarca dentro de la narrativa contemporánea, presentándonos a una peculiar niña de nueve años, llamada Jirafa, por su altura, quien debe cumplir con una exposición sobre la vida de las jirafas para la escuela, ayudándose de su canal favorito Discovery Channel. Pero su padre, un actor viudo y desempleado, no puede pagar la suscripción a la televisión por cable; entonces, la niña decide emprender una aventura para conseguir el dinero que necesita, junto a su oso de peluche Judy Garland, a quien solo ella puede escuchar; cruzándose en el camino con aliados y obstáculos, llegando a confrontar al propio Ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho (personaje de la vida real), poniendo sobre la palestra sus sentimientos acerca de la ausencia de su madre.

El reparto está encabezado por Alejandra Guerra, quien con sobrada sensibilidad y destreza encarna a esta niña/adulta, que conmueve por su inocencia y al mismo tiempo, sorprende por su inusual madurez, calando en las emociones del espectador. Completan el reparto Eduardo Camino, Sergio Llusera, Augusto Mazzarelli, Eduardo Pinillos y Claret Quea, quienes en cada una de sus intervenciones aportan a la construcción de una fábula compleja, como lo es esta pieza teatral, que navega por distintas referencias literarias como El Mago de Oz, Alicia en el País de las maravillas o Pinocho, además de hacer referencia a varios temas que van desde la pérdida de una madre, pasando por la crisis económica del 2008, hasta la mención de un tema tan delicado como la pedofilia, vistos desde la mirada sencilla e ingenua de una niña, que al descubrirse ya adulta, logra enfrentar las emociones reprimidas por la muerte de su madre, a quien recuerda en algunos objetos que utiliza a lo largo de la puesta, como si el final de su exposición escolar fuese un pretexto para evocar su recuerdo, narrando en paralelo la vida ya no de las jirafas, sino la suya.

A destacar la propuesta escénica, que combina con acierto la parte lúdica y dinámica, compuesta por el material de dibujo y papelería, junto a la composición de los movimientos, las partes musicales y ágiles, sobre todo, en las intervenciones de la niña junto a su oso, logrando momentos muy sólidos y conmovedores.

Tristeza y alegría en la vida de las jirafas es una inteligente composición narrativa, que nos presenta una puesta en escena retadora, con escenas potentes y tiernas, que denuncian ciertos aspectos aún problemáticos de nuestra condición como seres humanos.

Maria Cristina Mory Cárdenas

14 de septiembre de 2022

martes, 13 de septiembre de 2022

Entrevista: ROCIO OLIVERA


“Una actriz de teatro debe tener pasión, bastante escucha y disciplina.”

El Manifiesto de las Alas Rotas es una obra del destacado dramaturgo y director español Yoska Lázaro, actualmente en cartelera en el Teatro Auditorio Miraflores. Oficio Crítico conversó con una de sus actrices, Rocio Olivera, quien viene desarrollando una interesante carrera como locutora e intérprete en distintos espectáculos para toda la familia y para público en general.

Con estreno simultáneo en Lima y en Buenos Aires, El Manifiesto de las Alas Rotas cuenta con un elenco conformado al 100% por mujeres; además de Rocío, Lezu Merino, Daniela Zea y Karla Prieto, las cuales abren sus inquietudes más profundas y vulnerables como actrices antes, durante y después de salir al escenario. El espectador transitará por fragmentos, retazos e instantes que retratan la expectativa, los nervios, la necesidad de aceptación social entre otros pensamientos de cada artista en su lucha diaria por desarrollarse en su vocación. La obra, además, cuenta con fragmentos en idioma quechua.

En Lima se presenta en el Teatro Auditorio Miraflores (Avenida José Larco, 1150 - Sótano) y cuenta con interacciones en vivo entre actrices de ambos países. La dramaturgia y dirección es de Yoska Lázaro, con la co-dirección de David Merino. Las funciones son los viernes y sábados a las 8 p. m. durante el mes de setiembre. Se pueden adquirir entradas a través de Joinnus.com o boletería los días de funciones.

Las entradas se pueden adquirir en Joinnus.com  en el enlace https://bit.ly/3ByeEIh o en la boletería del teatro en cada función. Produce LPM Producciones y Teatro a Tres Velas (IG: @lapiezameisner.arg / @lapiezameisner.peru)

Sergio Velarde

13 de septiembre de 2022

 

sábado, 10 de septiembre de 2022

Crítica: CAPERUCITA RÍE A MEDIANOCHE


Revisión distinta del cuento clásico

En el Teatro Aforo XI en Pueblo Libre se presentó la pieza teatral Caperucita ríe a medianoche; siempre es gratificante ir a espacios alternativos apartados de las zonas usuales donde vemos arte escénico y que con tanto esfuerzo, sacrificio, corazón y empuje se llevan a cabo intervenciones teatrales donde se explora diferentes propuestas y se permite jugar un poco más con la imaginación.

En esta pieza teatral se propone una vuelta distinta al clásico cuento de la Caperucita Roja, de tal manera que unos adolescentes Caperucita y Lobo están enamorados y escapan de sus hogares juntos, y no tienen mejor idea que robarle a la abuela de la Caperucita para alcanzar un mejor estilo de vida.

Esta historia tiene, en mi opinión, el trasfondo de seguir de cerca a la adolescencia y sus inconsistencias. Por un lado, Caperucita, ingenua, empezando a vivir, muy emocional, ilusionada; y de otro lado, su pareja, Lobo, totalmente impulsivo, reaccionario, febril. Todo esto acaso reúne las características de los adolescentes, que podemos llamarlos rebeldes, hormonales, que actúan cegados por el impulso y casi son como una isla, poco comunicativos, porque en la realidad el cerebro del adolescente no está desarrollado como el del adulto. Esta falta de conocimiento hace que de inmediato los etiquetemos como hormonales o rebeldes; entonces en lugar de tratar de entender una necesidad, atacamos su comportamiento. Sumado a las condiciones económicas de estos dos personajes y familias disfuncionales, surge entonces la receta perfecta para planear su plan de fuga.

Los personajes mismos tienen poco conocimiento de lo que desean, solo irse, tomar de alguna manera el dinero de la abuela de la Caperucita y empezar otra “vida”, que ni ellos anticipan, por sus propias inconsistencias y su proceso natural, pues no profundizan más.

Es una clara referencia a lo que pasa hoy en día con los adolescentes, que no son escuchados de manera adecuada, ni tienen límites firmemente amorosos en el hogar.

El espacio, correctamente utilizado con solo unos cuantos elementos, iba cambiando y haciéndose funcional, lo cual hacía que todo recayera más en las actuaciones, las cuales estuvieron correctas.

Manuel Trujillo

10 de septiembre de 2022

jueves, 8 de septiembre de 2022

Crítica #700: CARNE QUEMADA


Efectivo thriller noventero

Uno de los más recordados montajes del dramaturgo Jaime Nieto fue Carne quemada (1995), pieza representada inicialmente en la Alianza Francesa. Demostrando su particular vigencia, el colectivo Resiste Teatro decide devolverla a los escenarios veintisiete años después de su estreno, ahora en el Nuevo Teatro Julieta. Se trata de un curioso thriller ambientado en la Chicago de los años noventa, con los personajes típicos en este estilo de historias: el inubicable asesino en serie, el periodista desempleado deseoso de fama, el detective frustrado, el inescrupuloso conductor de televisión y el psiquiatra interesado, entre otros. Los resultados son auspiciosos, pues no solo se respeta el contexto original, sino que el refuerzo multimedia empleado suma al producto final.

Quizás uno de los detalles más saltantes de la dramaturgia sea que muy al principio de la obra, el público ya sabe quién es el responsable de los horrendos crímenes que se vienen perpetrando en la ciudad, con cadáveres descuartizados en las puertas de los cines. Ya sin el factor whodunit,  el suspenso radica en la interacción del criminal con su entorno y en la espera por la revelación final. Son varios los personajes que propone Nieto y el director Martín Velásquez (Marvelat) sabe cómo ordenarlos en escena, delimitando con precisión el escenario y aprovechando también las graderías para ciertas secuencias. Acertados también los videos en la pantalla del foro, muy bien realizados, que se intercalan con las escenas en vivo aportando dinamismo.

La ajustada ambientación, así como los elementos utilizados, el vestuario y los peinados, nos remiten a una década que ya parece bastante lejana; no obstante, poco han cambiado el sensacionalismo de los medios de comunicación, las campañas mediáticas por conveniencia y la utilización del miedo como estrategia de control. Excelente trabajo del elenco en general, con Dante del Águila y Anibal Lozano como protagonistas, interpretando sus roles con mucho nervio y convicción. Completan el eficiente reparto Francesca Vargas, Walter Ramírez, Kelly Estrada, Herbert Corimanya, David Huamán, Iván Chavez, Daniel Suárez y una particularmente inspirada Verony Centeno, que con mucha sobriedad impide que su difícil personaje, la insatisfecha pareja del periodista, caiga en el estereotipo. Carne quemada de Nieto es una muy buena reposición y además, un efectivo thriller, cargado de suspenso.

Sergio Velarde

8 de setiembre de 2022

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Crítica #699: POR TODAS ELLAS


Empoderamientos femeninos

No solo basta visibilizar la problemática, se hace necesario el confrontarla. Bajo esta premisa, cuatro colectivos artísticos se unieron para llevar a escena tres microobras de autores peruanos contemporáneos en un solo espectáculo, llamado Por todas ellas, con el propósito de hacer reflexionar al público espectador sobre un tema inquietante y urgente: la violencia contra de la mujer. Así como la reciente La sangre es mujer (2022) de Esteban Philipps, esta puesta representada en el Asociación Cultural Campo Abierto no solo constituye un valioso aporte a la lucha frontal contra todo acto de violencia de género, sino que se convierte por mérito propio en un sólido e interesante montaje.

Cada una de las tres microobras consigue crear sus pequeños universos con bastante convicción. Inteligente elección la de iniciar con Inocente o culpable de Daniel Goya, en la que nos convertimos en los miembros del jurado en un caso de violación: ella (Beatriz Quintana) lo acusa a él (Manu Rodríguez) de haberla forzado sexualmente y este lo niega; ambos defienden sus posiciones con vehemencia, lógica y mucha subjetividad. Y fue un comienzo acertado para la puesta, ya que el veredicto del jurado (en el que participó activamente parte del público) es impredecible, así como ciertamente lo son nuestra administración de justicia y el razonamiento de toda una sociedad de hombres y mujeres que convive día a día con el machismo. Por otra parte, en la conmovedora Reconstrucción de Herbert Corimanya, asistimos al doloroso recuerdo de una valiente joven (Elizabeth Morales), víctima de la violencia más cruel, que les presta su cuerpo y su voz a todas aquellas mujeres afectadas que buscan reconstruirse a diario, luego de experimentar la peor de las pesadillas.

Finalmente, con la excelente Sermones de Paris Pesantes pasamos de una divertida situación inicial (una instructora de yoga no puede comenzar su sesión por la intromisión de su hermano menor) a una dramática revelación familiar, nuevamente con Quintana y Rodríguez en escena. Buen trabajo del director Luis Castillo, que le da unidad a estas historias y que consigue de sus tres actores, inspiradas interpretaciones. Felicitaciones a los colectivos Camerino Virtual, Haz tu drama, Amapola Artes Escénicas y El Convivio por esta exitosa temporada. Por todas ellas, con la producción de Vivian Solano, es una necesaria llamada de atención a la sociedad acerca de una de las más preocupantes problemáticas que nos aquejan y además, un sentido homenaje a todas las sobrevivientes que buscan justicia, reparación y salir adelante.

Sergio Velarde

7 de setiembre de 2022

Crítica: LIBRES


¿Qué es ser libre?

Entre varias definiciones filosóficas acerca de lo que significa ser libre, la que más me llamó la atención es la que anota: “Capacidad de obrar sin impedimentos, de autodeterminarse, lo que supone la posibilidad de elegir tanto los fines como los medios que se consideren adecuados para alcanzar dichos fines”.

La libertad aristotélica reconoce a la persona la capacidad para decidir libremente y de manera racional frente a una amplia gama de opciones previamente ofrecidas, incluso, la facultad de actuar según la decisión que haya tomado.

Cuando presencié la pieza testimonial Libres, me planteé muchas veces aquel concepto de ser “libre”, y es que muchas veces vivimos en un mundo donde normalizamos muchos constructos sociales y los tomamos como propios, casi siempre por el hecho de lo que los demás esperan de nosotros, especialmente nuestras familias.

Hasta que un día nos cuestionamos qué queremos realmente para nosotros y dejamos de ser presos de nuestros propios pensamientos y de nuestro propio sistema de creencias.

Por la celebración del día de la comunidad LGTB, en la AAA pudimos presenciar la puesta en cuestión, en un espacio vacío de elementos, pero lleno de libertad, de sensibilidad, de energía, también de miedos, de frustraciones, de historias, pero revalidando ese espacio interno que nos permite fluir como realmente somos, y decirnos una vez que el amor no tiene géneros, que las etiquetas nos siguen haciendo mucho daño y hay que librarnos de todas ellas.

Con la correcta dirección general de Ana Correa y la escénica de Jesús Oro y Nata Niño de Guzman, se aprovechó el espacio escénico para que en cada intervención se abordara, en libertad y con los elementos precisos, lo más interno de cada testimonio, desnudando sus cuerpos y sobre todo, sus almas hacia lo que sentían en total libertad y amor.

Finalmente, una demostración de cómo se puede ser libres desde el corazón, con nuestros cuerpos, nuestras ilusiones y nuestros sueños, en una sociedad que juzga todo el tiempo el pasado, el presente y tus elecciones. Como dice nuestro himno: “Somos libres, seámoslo siempre” y déjennos SER.

Manuel Trujillo

7 de setiembre de 2022

Crítica: POR CHABUCA 2


Chabuca Granda: más allá de una historia de canción

La segunda mitad del año se viene con muchos estrenos presenciales, los cuales han estado esperando realizarse desde inicios de la pandemia. Muchos productos escénicos, los cuales fueron pensados para el 2020, han podido finalmente estrenarse este año, para fortuna de quienes extrañamos el teatro como espacio de encuentro. Uno de estos proyectos, que se viene concretando como un díptico escénico, tiene como figura central a nuestra gran compositora y cantante Chabuca Granda. El origen se da por iniciativa de Igor Olsen, quien convoca en 2019 a diez dramaturgos y se crearon así diez microobras con una premisa creativa: el título de una de las canciones de Chabuca; cinco de ellas se presentaron en el Julieta en la temporada Por Chabuca, relatos breves de canción; y las otras cinco se pueden ver desde el 25 de agosto en Por Chabuca 2, en el teatro del Centro Cultural Ricardo Palma.

La temporada, como ya se mencionó, estaba inicialmente pensada para ser estrenada en 2020; sin embargo, la espera para ver estas obras finalmente en escena ha valido la pena. El propósito de este proyecto era conmemorar el natalicio de la famosa cantautora, usando su legado artístico como estímulo creativo de algunos de los dramaturgos más representativos del medio local. El poder extrapolar el mundo musical de Chabuca Granda a historias vivas aquí y ahora constituye una propuesta única, ya que era un doble gozo el poder conocer más de Chabuca, a la vez de imaginar situaciones no antes vistas a partir de la canción.

Es interesante cómo esta propuesta constituye un viaje entre Chabuca, sus canciones y la transformación sensible que puede haber a partir del título de estas. No estamos hablando de obras que cuenten la historia de la canción. Ha dependido de cada dramaturgo hasta qué punto se conecta el nombre de la canción, el imaginario de Chabuca y una historia transversal. En ese sentido, las posibilidades de conexión son interminables. Una vez que termina la primera obra, entiendes que cada historia es un juego-acertijo para descubrir el mundo de que la compone.

La dinámica de la propuesta hace que el espectador se vuelva un participante activo en pensar sobre cómo el autor tomó el nombre de la canción para crear. Un elemento en común de todas las obras fue el código efímero que albergaba las historias. Cada microobra logró crear un mundo específico de calidad, de tal manera que, con solo presenciar la obra corta, nos podíamos imaginar perfectamente el mundo de cada personaje, el antes y el después que podrían haber ocurrido a partir de la escena. Se logró construir un mundo único para cada historia, logrando envolver al espectador en una experiencia estimulante de principio a fin. Cabe agregar que el orden de las obras fue precisamente elegido, ya que el ritmo de cada historia contribuía a que el pase de una escena a otra sea más fluida, sin que se pierda el enganche creado con los espectadores.

Desde la construcción del personaje, se observó un trabajo de calidad por parte del elenco en general. Sin embargo, hubo unas evidencias de desconcentración en algunos textos. Si bien eran confusiones mínimas, también era notorio que los actores en cuestión se desconectaban del personaje cuando eso sucedía. Esto ocasionaba, solamente en algunos momentos, que la escena pierda el ritmo parcialmente. Sin embargo, una vez que la escena seguía, la concentración y el ritmo se reestablecían.

Esta obra fue una forma diferente de acercarnos a Chabuca Granda. Ya no solo sus canciones son un puente hacia su legado artístico, sino que ahora tenemos una serie de microobras que, en esencia, contienen a la artista de manera tangencial. Es así como Por Chabuca 2 es una oportunidad para conocer un poco más de la grandeza de Chabuca Granda, no solamente en cuanto a trayectoria, sino como estímulo para recorrer mundos dramáticos distintos, vivos y vigentes.

Stefany Olivos

7 de setiembre de 2022

lunes, 5 de septiembre de 2022

Crítica: ¿HABRÉ VIVIDO LA FELICIDAD?


Un pequeño viaje hacia el interior

Resulta muy interesante que las propuestas escénicas hayan vuelto a la presencialidad desde distintas tribunas, tal es el caso de ¿Habré vivido la felicidad?, creación colectiva dirigida por Augusto Alza e interpretada por Natalia Darcourt y Marcia Huse, la cual se viene presentando en Haute food & drinks, restobar ubicado en San isidro, que cuenta con la “Sala Zurita”, un acogedor espacio acondicionado para albergar creaciones íntimas; y luego pasar a degustar cócteles y piqueos mientras disfrutas de un concierto. Sin duda, una buena opción que particularmente no había experimentado en Lima.

La trama nos presenta a una mujer, cuyos recuerdos, vivencias y emociones se reflejan en las personas que han marcado su vida: su madre, su pareja y su hija son los ejes que conectan a esta mujer con sus vínculos más profundos. A través del trabajo corporal, la iluminación, las imágenes proyectadas, la música, los elementos sencillos utilizados como símbolos y el vestuario, la propuesta estimula al espectador a través de los sentidos, haciéndolo cómplice de este breve y sensible viaje hacia el interior. De otra parte, hay que destacar el trabajo de interpretación de Darcourt y Huse, quienes manejan con aplomo los cambios rápidos de sus personajes, además de tener un buen control en la voz, tanto en la dicción como en el volumen. Funcionó la dinámica y el ritmo trabajados, pues los momentos más ágiles se amalgamaron con las escenas de corte más contemplativo. Evoco por ejemplo, la imagen del mar reflejado en las actrices, perfectamente fusionada con el color de los vestuarios.

¿Habré vivido la felicidad? es una sencilla pero potente creación escénica, que aborda los temas universales que competen al ser humano como el amor, el apego, las relaciones, etc. los cuales nos llevan a cuestionarnos si realmente hemos o estamos experimentando la felicidad, por lo menos, aquella que nace en cada uno de nosotros y que es nuestra responsabilidad cultivar.      

Maria Cristina Mory Cárdenas

5 de setiembre de 2022

sábado, 3 de septiembre de 2022

Crítica: LIMA-MIAMI-WUHAN


Ataque del “Covid(cho)”

La cuarentena, la pandemia, la enfermedad, la muerte, el distanciamiento, la soledad, el hecho de estar atrapado en nuestro mundo interno por temor al mundo exterior; diversos temas o consecuencias relacionados al Covid 19 han llevado a muchos artistas a hacer de ellos parte de su trabajo creativo. Por supuesto, las perspectivas son variadas, las poéticas también, pero cuando consideramos demasiada literalidad como mejor vía para contar este tipo de historias puede resultar hastiado y nada entretenido. Por ello, el artista escénico tiene una tarea compleja para llevar a cabo un espectáculo interesante con relación a la coyuntura pandémica. Sin embargo, Lima-Miami-Wuhan, obra escrita por Federico Abrill, en la versión de Xiomara Loli y dirigida por Renato Piaggio, tiene propuestas considerablemente buenas, pero que traen consigo debilidades visibles tanto en el texto como en la composición.

La obra narra la relación a distancia de Juan y Clara (interpretados por Gian Paul Miranda y Lia Camilo, respectivamente), quienes planean vivir juntos luego de juntar el dinero suficiente para emigrar de los países donde radican, hasta que todo se ve interrumpido por la cuarentena a causa del Covid. Esta idea de las reuniones online es bien resuelta cuando ambos actores juegan a la convención de que se encuentran en diferentes territorios (tanto en espacio como en tiempo), a pesar de que los vemos en el mismo escenario. Las directrices funcionan, marcan la estética general. No obstante, el recurso se agota cuando nos centramos en los conflictos de los personajes. Poco atractivos de seguir o de empatizar. Son los clásicos miembros de la sociedad que tienen malos trabajos, bajos sueldos, pésimas profesiones y que suelen abandonarse en la tristeza. Lo único que los mantiene a flote es el anhelo de convivir, pero la flaqueza de la relación entre los actores complica la atención del espectador. Varias veces no logran la intensidad necesaria para mostrar un romance estable, ni lastimado por las circunstancias.

A mitad de la función, la acción mejora. Pues el conflicto más interesante se presenta: el contexto cuarentena. La historia se torna densa, explicita. Los personajes muestran su lado más frágil y más fuerte frente a las dificultades, del cual resalto el dilema de Juan cuando su función consiste en despedir a trabajadores de la empresa donde labora, sirviendo como una mirada crítica a la deshumanización en los sectores de trabajo. Lamentablemente, esta última parte es corta. Los problemas se resuelven rápido y los breves discursos políticos pasan por agua fría; además, lo mejor de las interpretaciones se ven en vídeos situacionales transmitidos en pantallas y no mucho en escena.

Otro aspecto visual que no terminó de cuadrar en el montaje fueron sus transiciones de escena, cuando se nos presenta al símbolo principal: el murciélago. Este es un ente que recorre el mundo entero, pero no como causante de la inestabilidad global sino como un viajero místico; el cual es difícil de encontrarle un sentido que no sea contradictorio.

Pudo tener un mejor cierre, incluso un giro prometedor. Felizmente, aunque hablemos de Covid en el teatro, estamos seguros de no enfermarnos en estos espacios, mas no seguros por completo de si seremos sorprendidos por lo que veremos.

Christopher Cruzado

3 de setiembre de 2022

jueves, 1 de septiembre de 2022

Entrevista: RONIE CUSÓ


“Es importante reconocer los procesos de creación.”

Estrenada originalmente en pandemia, Playlist de cumpleaños prepara su estreno presencial en este mes. Oficio Crítico conversó con su director, Ronie Cusó, acerca de su trayectoria y experiencia escénica, así como de la inminente temporada en la Asociación Cultural Campo Abierto este 2 de setiembre.

Playlist de cumpleaños es escrita por Mario Zanatta y dirigida por Ronie Cusó. Con la actuación de Carlos Victoria y Emmanuel Caffo. La temporada se llevará a cabo los viernes y sábados a las 8 p. m. y los domingos en doble horario, 5 y 7 p. m. en Campo Abierto Lima.

Playlist de cumpleaños: ¿Cuáles son las canciones de tu vida? Descubre las de Don Ezequiel en @playlist.laobra 
Asegura tus entradas a precio de preventa:
Entrada general: 25 soles (en vez de 45 soles)

https://lnkd.in/edmNTiib

Sergio Velarde

1º de setiembre de 2022