¿Existe una igualdad entre hombres y mujeres al postular a un trabajo?
Esto plantea la obra
Vecinos. Y, ¿el nombre de la obra? Pues
son precisamente los vecinos los que de alguna manera, identificados con este
suceso, apoyan a su vecina a hacer justicia, para que se valoren las aptitudes
y méritos más que el género.
Esta pieza teatral
hace saltar la pregunta si en el pleno 2022, y con tantas luchas, protestas y
liberaciones a cuestas, realmente los hombres y las mujeres somos iguales en
cuanto a nuestros desempeños y valor. Cuando pensamos en ello pueden venir a la
mente adjetivos opuestos. Masculino: fuerte, valiente, agresivo, proveedor,
racional, insensible. Femenino: débil, tierna, dócil, cuidadora, emocional,
sensible. Esta diferencia se ha marcado desde tiempos remotos y debido a ello
pensamos que estas diferencias son “naturales”, pero ¿cuánto realmente lo son?
Al ser concebidos, solo uno de los 46 cromosomas de nuestro ADN determina
nuestro sexo; de hecho, no hay diferencia entre niños y niñas en la etapa de
gestación. Una vez que somos clasificados, se nos educa de acuerdo con lo que
se espera del sexo asignado.
Se espera, por
ejemplo, que los niños no lloren o que las niñas no sean intrépidas. Esas
reglas de comportamiento las hemos asumido como si fueran diferencias biológicas,
es decir, que tienen que ver con nuestro cuerpo, y no es así.
Con estas
expectativas sociales de lo que es ser masculino y femenino nos adentramos en
nuestra sociedad que inmediatamente cosifica, como le ocurre a la protagonista
de esta obra, que va por un puesto de trabajo y no toman atención a su hoja de
vida y por el simple hecho de ser mujer no es tomada en cuenta para tal oficio,
estando más calificada que su contraparte masculina.
Simone de Beauvoir,
una prominente escritora francesa, dijo en 1949: “No se nace mujer, se llega a serlo”, refiriéndose a que las
características que entendemos como masculinas o femeninas son resultado de
procesos culturales construidos socialmente. En ese mismo sentido tampoco se
nace hombre, se llega a serlo. Lo más grave es que esas diferencias sexuales
han sido y son utilizadas como justificación para mantener una forma de
desigualdad en las sociedades y establecer entre pueblos y naciones una idea de
jerarquía que subordina a las mujeres en general.
Esto queda retratado
en la obra, con actuaciones correctas, entregadas y un escenario funcional para
tal efecto.
Manuel Trujillo
20 de septiembre de
2022
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