El peso de la espera
Cada vez surgen nuevas formas de contar teatralmente cómo nuestra sociedad actual está en peligro y, sobre todo, cómo las injusticias que atraviesa nuestro país recaen directamente en los ciudadanos. Hace una semana tuve la oportunidad de ver Números, escrita y dirigida por Omar Leonardo, con actuaciones profundamente conmovedoras que atraviesan y confrontan al espectador. El elenco, conformado por Luciana León, Lucía D’Arrigo, Renée Cabrera y Daniel Barboza, da vida a una propuesta que estuvo presente en el Club Teatro de Lima.
Desde el inicio, el título le hace justicia al montaje. Potencia la propuesta de dirección y representa con fuerza lo que se ve en escena. En un primer momento, uno podría creer que se trata de un solo caso el que enfrenta la protagonista; sin embargo, con el paso de los minutos, emergen distintos “números” de casos, como una multiplicación de realidades que afectan al ser humano. Así se pone en evidencia cómo nuestras propias instituciones burocráticas terminan dándonos la espalda.
Nuestra sociedad, de por sí, ha incorporado la espera como parte de su rutina diaria, y eso se refleja de forma contundente en la obra. Es interesante cómo la dirección de Leonardo dialoga directamente con su texto, cuestionando la noción del tiempo y el acto de esperar frente a problemáticas que se viven de forma simultánea y constante.
Un punto de partida escénico muy logrado es el juego de miradas entre los actores. Esta elección genera una tensión palpable, casi silenciosa, que envuelve al público y lo obliga también a sostener la mirada.
Otro acierto es que los intérpretes se presenten como ellos mismos en escena. Esta decisión aporta una capa de realismo al drama que refuerza su impacto emocional. A ello se suma la convención escénica del cuadrado marcado en el suelo, dentro del cual se desarrollan las acciones: un símbolo potente que refleja monotonía, agotamiento y el sinsentido ante las injusticias sociales que parecen no tener salida.
En conjunto, Números es un montaje profundamente certero, que habla desde la verdad y con una propuesta escénica que, sin ser pretenciosa, golpea con fuerza. Es teatro que interpela, que incomoda y que deja huella.
Juan Pablo Rueda
4 de mayo de 2025
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