domingo, 19 de noviembre de 2023

Crítica: PERRO Y ACTOR


Un ácido símil de la realidad

Perro y actor es una pieza teatral compuesta por dos ácidos e intensos monólogos escritos por el autor y director británico Steven Berkoff, bajo la dirección de Carlos La Rosa e interpretados por el actor Sandro La Torre. Las funciones se llevaron a cabo en distintos auditorios del Británico Cultural, de manera gratuita, teniendo una última este miércoles 22 en la sede de Camacho.

La propuesta escénica es simple y minimalista, siendo predominantes los colores rojo y negro. Así, el primer monólogo titulado Perro narra las vivencias de un hincha de fútbol junto a su mascota de raza pitbull, quien lo acompaña a todos lados, revelándose más de un conflicto cuando el can, fanático de “Rambo”, desata su ferocidad, lo cual detona temas como la discriminación, los prejuicios sociales y la violencia. Respecto a la interpretación, La Torre partía del uso del cuerpo y la voz para distinguir tanto al humano como al perro, con un vestuario deportivo y neutro que ayudaba a la rapidez en el cambio de roles, que resultaron orgánicos y precisos. También el uso de la banderola con la frase: “No nos quieren – No nos importa”, como diferenciador de ambientes y lugares aportó en el desarrollo del monólogo. Otro recurso aprovechado por el actor fue romper por completo la cuarta pared en ciertos momentos, conquistando la complicidad del espectador.

Por otro lado, el segundo monólogo titulado Actor, nos presenta a un hombre obsesionado con el oficio y con el anhelo de interpretar a “Hamlet” de Shakespeare. En ese sentido, La Torre continúa con el trabajo corporal, cambiando el tono y la energía anterior, interpretando a este actor sin trabajo, lleno de frustraciones en distintas facetas de su vida; es decir, interactuando con otros colegas, con sus padres y algunas parejas. En algunos fragmentos también ejecuta a los demás personajes, mostrándonos picos casi delirantes, que evidencian el abandono de los vínculos personales de un actor que ha preferido luchar por sus metas profesionales. El cambio en el escenario –quitando la banderola- y poniendo una tela roja en el piso, así como el vestuario negro, aportan para la ejecución de las acciones; sin embargo, el mayor reto está en la potente interpretación de La Torre. Vale mencionar, el toque musical entre un monólogo y otro, con canciones de Feffo Neyra.

Perro y actor es una interesante comedia, que desde la narrativa nos ofrece una serie de metáforas y símiles con la realidad, tratando temas muy duros con una dosis alta de humor ácido. Por ejemplo, en Perro encontramos la exaltación de una masculinidad ruda y violenta, desencadenando otros problemas sociales que siguen latentes. Actor, por su parte, desnuda un secreto a voces en el medio de la interpretación, pues muchas veces la incertidumbre e inestabilidad laboral afecta directamente en la vida personal.

Maria Cristina Mory Cárdenas

19 de noviembre de 2023

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