Mucho más que una "guerra de los sexos"
El trillado conflicto hombres vs mujeres puede ser tratado de manera genial, cuando un dramaturgo como Alfredo Sanzol (Pamplona, España, 1972) se inspira en textos de comedias de Shakespeare y se ubica en España durante el siglo XVI para divertirse y divertirnos con enredos de género, que van mucho más allá de la disputa, para confrontarnos con las capacidades humanas para vencer miedos, prejuicios y censuras y alcanzar la armonía; allí donde los seres humanos gozan de eso que llaman ternura.
Luego del éxito de esta obra en España, La ternura llega al Perú y, con la mano maestra de Alfonso Santisteban, la genialidad del dramaturgo se desarrolla en el escenario con la sapiencia, humor y genio también que pone Santistevan a sus obras. Desde el inicio, meciéndose como si estuvieran en la balsa de La tempestad, la reina Esmeralda (Magali Bolívar) nos introduce en su fantasía, gracias a que "tiene un plan" (en la obra tiene varios) para evitar el casamiento forzado de sus hijas por conveniencia política.
Si has leído sobre de la derrota de la Grande y Felicísima Armada Española (la “invencible”), te reirás con el vuelco que le da el autor a esa historia con el hechizo de la reina, cuyo plan de aislarse con sus hijas del mundo de los hombres se ve frustrado al descubrir que la isla elegida como refugio está poblada por tres hombres que, por su odio a las mujeres, viven solos. Lo que sigue es una sucesión de enredos hilarantes, cuyo ritmo y sentido no decaen en ningún momento.
Una manta es suficiente para la imaginación. Pero se agregan elementos como el atinado vestuario y aunque al principio nos parecen grotescas las barbas de las disfrazadas, luego este aparente descuido se explica perfectamente. Todo ha sido cuidadosamente elegido en esta puesta.
La obra nos presenta un elenco solvente, donde el peso mayor recae en "los padres" (Bolívar y Roberto Ruiz), pero excelentemente secundados por sus hijas e hijos. Aunque al inicio es evidente la interpretación superior de la experimentada Amaranta Kun respecto a su "hermana menor" Danitza Montero, el decurso de la historia le da a esta última la oportunidad para mostrar su talento. Los "hermanos" Gabriel Gonzales y Renato Rueda encarnan con precisión, gracia y equilibrio sus respectivos papeles.
Las ocurrencias son tan hilarantes que varias veces el público parece excederse en risas y hasta comentarios, pero eso es señal de que está disfrutando plenamente de la obra y se lleva esa sonrisa hasta salir del teatro, con la satisfacción de haber gozado de un buen trabajo escénico, además de la diversión misma.
Gracias por darle alegría al teatro.
David Cárdenas (Pepedavid)
21 de abril de 2025