domingo, 23 de enero de 2011

Entrevista: GABRIELA FERNÁNDEZ

"Un buen director debe criticarme mucho" 

Ganadora del premio del público a la Mejor Actriz del 2010 por la obra La orgía en El Oficio Crítico, Gabriela Fernández manifiesta que antes de entrar a la ENSAD, se licenció en Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Martín de Porres en 1996. “En ese tiempo existían problemas de terrorismo, así que primero terminé en la San Martín y después entré a la Escuela”, recuerda Gabriela, intérprete egresada en el 2000, que tuvo como compañeros de promoción a Sandra Bajac, Omar Del Águila, César Andrade y Richard Torres. “Decidí en ese entonces que primero, quería tener como hijo al teatro”.

Uno de los profesores que recuerda con más cariño es al maestro Sergio Arrau. “Creo que lo que me gustó más fue su manera de enseñar, sin sentir que te estaba enseñando; de dirigir, sin sentir que te está dirigiendo”, afirma. “Él es tan desprendido de formalidad, tan fresco, tan verdadero y para nada condescendiente”. Sabido es el carácter de Arrau como profesor, quien sin “pelos en la lengua” habla a sus alumnos sin tapujos. “Dividió al salón en dos grupos: los Pencas y los Bodrios”, rememora divertida. “Para la obra Pupi en busca de la muñeca perdida me asignó un papel importante con muy poco tiempo antes del estreno. Me sentí halagada y asustada a la vez, sentí que me daba su confianza”.

“Sí ha habido un avance en la ENSAD”, asegura Gabriela sobre la actual situación de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático, a la cual ingresó cuando todavía funcionaba en el incómodo espacio del Museo de la Nación. “Al entrar todos me decían que hacía muchos años la Escuela era otra cosa, que el Estado la apoyaba”, comenta. “En la actualidad, ahora en La Cabaña, me he quedado sorprendida al encontrar actores con mucha disciplina y exigencia con su trabajo, con ciertas actitudes obviamente, pero que se cuestionan todo el tiempo”. Ella participó como asistente de dirección en el proyecto teatral de la Escuela La oscura raíz del grito, que se presentó en festivales en Lima, Callao y Cuzco el año pasado.

Gabriela se considera más actriz que directora, aunque reconoce que en Huancayo en el 2006 llegó a dirigir, como muestras de talleres, nada menos que 42 montajes. “Fue una experiencia maratónica”, recuerda. “Al menos llegué a sacar de entre todas, un par de obras fabulosas”. Como era de esperarse, Gabriela puso en práctica los conocimientos adquiridos de Arrau, utilizando su ya famoso Manual del Instructor, para probar diferentes formas de dirigir. “Actuar y dirigir a la vez es demasiada responsabilidad”, comenta sobre la obra Sueño y pesadilla, para la cual se convocó a Arturo Fernández para que dirija y así darle la posibilidad a Gabriela para interpretar la obra junto a Omar Del Águila. “Respeto mucho a los que pueden hacer ambas cosas, creo que deben tener mucha “cancha” y autoconfianza”.

Para Gabriela, un director ideal debe lograr que el actor entienda la esencia de la obra. “Debe hacerte comprender el impulso que te lleva del punto A al punto B”, afirma. “Yo necesito un director exigente, que me haga ensayar bastante, que me critique mucho”. Gabriela tuvo oportunidad de trabajar con directores con un estilo muy particular, como con Daniel Dillon en el montaje de Roberto Zucco. “Fue toda una experiencia, Dillon nos dejó muy sueltos y me pidió que olvidara todo lo ensayado al momento de salir a actuar”. Gabriela no se cierra a trabajar con ningún director y piensa que toda obra de teatro debe ser “orgánica, para que la disfrutemos tanto los actores como el público”.

Actualmente Gabriela forma parte del Consorcio Cultural La Compañía, integrado por los grupos Teatro a Ultranza, MACUEM y Zapatos Rotos. “Nos unimos en un inicio para llevar teatro a las zonas afectadas en Ica luego del terremoto”. La idea de formar una red y tomar al teatro como una empresa, le ha servido a Gabriela para realizar su labor con una visión social. “Ahora nos encontramos buscando obras para trabajar este año, siempre autocapacitándonos, y esperamos realizar un montaje en homenaje a Mario Vargas Llosa”, concluye.

Sergio Velarde
23 de enero de 2011

sábado, 15 de enero de 2011

Entrevista: JORGE DA FIENO

"En lo Irracional radica la Genialidad" 

De vuelta en casa. Luego de estar alejado por un dilatado periodo de tiempo de las tablas, el actor, dramaturgo y director Jorge Da Fieno, regresó el año pasado al teatro con dos divertidísimos personajes dentro de la obra Reality Lima Pipol Chou 2010, que también escribió y dirigió. “Actuar y dirigir no es un problema para mí”, asegura Jorge, premiado por El Oficio Crítico como el Mejor Actor de Reparto por el mencionado montaje. “El problema es la falta de profesionalismo de muchos actores, que felizmente no fue el caso de este Reality”. Y es que para Jorge, si el ensayo es a una hora determinada, pues a esa hora debe comenzar. “Otros actores no se comprometen a fondo con el trabajo y sus personajes, ése sería el único impedimento para hacer ambas cosas, actuar y dirigir. Coloco un doble que me reemplace en los ensayos mientras dirijo, y luego entro con todo ya armado”.

Exitoso publicista de algunas de las campañas más populares de los últimos años (SISE, El Monstruo de Computación, etc.), Jorge se formó en el Club de Teatro de Lima, institución dirigida por Reynaldo D’Amore desde hace más de 50 años. “Con Reynaldo fue literalmente “el despelote”, aprendí a ser un “loco lindo”, a no hacerse problemas en la vida y tener una misma forma de actuar siempre”. También fueron sus maestros Sergio Arrau y Eugenia Ende. “Con Sergio aprendí lo desenfadado que puede ser uno, a tener ese grado de locura para reírte de la vida”. Arrau dirigió a Jorge en dos oportunidades, y recuerda un texto del personaje Jacinto en la comedia Rosas y Jacintos: “La vida sin locura no es vida”. Y con Eugenia, Jorge aprendió expresión corporal y el aspecto más técnico de las artes escénicas. “Siempre me consideré muy disciplinado en lo que hago, tengo armado mi proyecto de vida de aquí a 10 años, lo firmé con el Señor y todo se está cumpliendo”, asegura.

Sobre la técnica que emplea para construir sus personajes, Jorge manifiesta que es un actor “chekhoviano”, es decir, que ha personalizado las pautas de actuación de Michael Chekhov. “Todo está basado en la hipersensibilidad”, refiere. “Abrir tus sentidos al máximo, para luego llegar a la Articulación Psicológica del personaje”. Para Jorge, el personaje debe partir de una “pose” específica, que genere un impulso que le otorguen la voz y el aspecto físico. “Existen entonces, dos planteamientos: el Cinético, en el que fluyen libremente tus instintos; y luego, el Mimético, que es el racional, que sirve para pulir el personaje”. El aspecto Cinético de la creación de un personaje es el más importante para Jorge. “Es allí donde radica la genialidad: en lo irracional”. Finaliza el proceso una Entrevista al personaje, para observarle y hablarle directamente.

Entre las obras que Jorge recuerda con mayor cariño se encuentran el primer Reality Lima Pipol Chou, escrita y dirigida por él mismo, en la que participaron los actores Luis Gustavo Gonzáles, Juan Carlos Díaz e Igor Moreno; Rosas y Jacintos, al lado de Gonzáles, Angelita Velásquez y María Gracia Cavero; Todo el cielo lo sabe, en donde él mismo actuó, escribió y dirigió; y El canciller, puesta en escena en homenaje al maestro Sergio Arrau. “En esa obra tuve la oportunidad de interpretar ocho personajes y de compartir escenario con Reynaldo Arenas”, recuerda.

Inexplicablemente, Jorge desapareció de la pantalla chica y de los escenarios por bastante tiempo. “Fue una época muy dura, económicamente hablando”, rememora. “Mi esposa Gladys (Hermoza) me apoyó mucho en esos momentos, ella no sólo es una gran actriz, sino mi mejor amiga”. Durante ese lapso, Jorge se dedicó, entre otras cosas, a escribir el libro autobiográfico de Arnie Hussid, hasta que por fin pudo salir adelante. “Felizmente gracias al Señor, me recuperé, hice Reality… y también la serie Tribulación, en la que colaboré con el guión”. Entre sus proyectos más inmediatos figura la puesta en escena de otra obra escrita por él mismo, así como un viaje, en el que espera conseguir más contactos. “Creo que con un poco más de humildad, todo sería mucho mejor para todos”, reflexiona.

Sergio Velarde
15 de enero de 2011

martes, 11 de enero de 2011

Entrevista: CARLOS ACOSTA

"Como director debo generarle problemas al actor"  

Dos de los montajes más sólidos y entretenidos del año pasado fueron: La manzana prohibida de Gonzalo Rodríguez Risco y Lecciones de fe de Claudia Sacha. El común denominador de ambas puestas en escena radica en su director, Carlos Acosta, ganador del premio al Mejor Director del 2010 por El Oficio Crítico. “Yo egresé de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica (ETUC) como actor en el 87”, recuerda Carlos. “Tuve como profesores a Roberto Ángeles, José Enrique Mavila y Luis Peirano. Durante el proceso, tuvimos un Taller de Dirección con Jorge Chiarella, en el que dirigí partes de Las preciosas ridículas y fue una experiencia reveladora para mí, me atraía algo de la dirección teatral”.

Al concluir sus estudios, Carlos pasó a trabajar como actor con el grupo Brequeros, con Roberto Ángeles como director del grupo. “Teníamos un teatrín en la cuadra 10 de la Av. Arequipa y así comencé a experimentar; sabía que tenía que generar mis propios proyectos y no esperar a que me llamen”. Fue así que Carlos se "atrevió" a dirigir Las preciosas ridículas en dicho espacio, “con el atrevimiento normal que todo joven que empieza tiene, y que no debería perder nunca”, manifiesta. La puesta en escena fue todo un éxito, la temporada se prolongó por ocho semanas con llenos de sala y visitaron colegios y universidades. “Tuve como actores a Antonio Aguinaga y Fernando Vásquez. Con las ganancias de la obra pude recuperar el dinero que me prestó mi padre para realizar el proyecto. También recibí mucha ayuda de la AAA, que me alquiló el vestuario a bajo precio y los comentarios de maestros, compañeros y público fueron muy positivos”, asegura.

La dirección teatral

Luego de Las preciosas ridículas, Carlos tomó conciencia de tomar la dirección teatral como una posibilidad de trabajo, ya que podía decir las cosas que le interesaban a través de sus montajes. “El teatro me fascina por el hecho de contar historias”, afirma. “Tomo la historia y la recreo sin traicionar al autor”. Pero inicialmente para Carlos todas las obras eran pesadillas en potencia, que había que solucionar no sólo como director, sino también como productor. “Resulta un grave problema dirigir y producir a la vez; como director pedía cosas, pero como productor no tenía como conseguirlas, era muy limitante creativamente”. Es ahí donde nace, como piensa Carlos, la famosa creatividad peruana o latina. “Nosotros sabemos cómo resolver problemas debido a la ausencia de recursos económicos”, asegura convencido. “La idea es resolverlos creativamente y que no parezca que no tenías otra opción”.

Para Carlos es importante separar la Dirección de la Producción de una obra de teatro. “La primera vez que trabajé sólo como director fue cuando dirigí la obra Paralelos secantes de Juan Manuel Sánchez, para el Teatro Nacional”, rememora. “Me sentí director al fin, no tenía que preocuparme de nada, la productora Nany Díaz debía proveerme de todas mis necesidades”. Y es que para la obra, Carlos necesitaba una cama elástica cuadrada y la productora debía conseguirla. “Un día me comunicó que encontró una cama elástica pero redonda y eso traía otra significación, remitían a otras lecturas que yo no quería para el montaje. Al final, luego de mucho buscar, terminó consiguiéndome la cama cuadrada”.

“Mi trabajo como director es generarle problemas al actor”, afirma Carlos. “Sin problemas, el actor no se da la posibilidad de solucionarlos creativamente. Mientras más complejo proponga el problema dentro de la obra, haré que se encuentren soluciones cada vez más creativas”. Y así obviamente, las puestas en escena, con Carlos Acosta como director, se enriquecerán enormemente, para dar como resultado montajes limpios, coherentes y fluidos. Como lo fue, por ejemplo, Lecciones de fe, que se estrenó el año pasado en Teatro Racional. “Dirigir a Elvira (Dela Puente) y Haydeé (Cáceres) fue una experiencia increíble”, recuerda Carlos. “Tenía mucha expectativa por trabajar con ellas y descubrí que son dos seres humanos maravillosos, con una carga emocional enriquecedora”.

Para Carlos, cuando un director trabaja se le vienen conceptos a la mente y los propone a sus actores, pero ellos no lo saben de antemano. “Tu “arma” como director es que sólo tú sabes y lo planteas como un problema. A partir de generar el problema, vas encaminando a los actores hasta encontrar posibilidades de solución creativas. Al final, terminan siendo mejores de las que inicialmente te habías planteado”. Carlos recuerda que para Lecciones de fe, en la primera lectura ya estaba todo resuelto. “Les dije bromeando: Bueno, señoras, nos vemos una semana antes del estreno”.

La ENSAD, los talleres y su grupo

Carlos Acosta lleva 10 años como profesor de la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENSAD) y asegura que en un inicio, sólo pensaba llevar un ciclo. “No veo como una desventaja ser profesor de la ENSAD; al entrar en la pedagogía uno sabe que acaparará todo tu tiempo y es por eso que dejé proyectos personales durante 8 años”. A pesar del desgaste evidente que un profesor recibe, especialmente uno de actuación, en el que los jóvenes colocan sus esperanzas y terminan siendo exigentes con él, la experiencia termina siendo invalorable. “Te nutres de los alumnos”, comenta Carlos. “Aprendes de los problemas que te plantean, es muy rico para tu crecimiento personal: aprendes de lo que aprehendes de ellos”.

“Hace poco me planteé la decisión de volver a generar mis propias propuestas artísticas, así como continuar con los talleres de actuación”. Para Carlos, el hecho de trabajar en la ENSAD no significa un problema con el dictado de talleres. “Un taller es más particular”, afirma. “La ENSAD te ofrece un trabajo mucho más integral”. La obra La manzana prohibida fue el resultado de su trabajo con el grupo Libre Palabra, del cual forma parte con Fiorella Díaz, Sergio Ota y Yuri Cárdenas. “Todos ellos fueron alumnos míos y les propuse tener un colectivo, con el cual podríamos decir lo que queríamos con absoluta libertad".


Los proyectos

“Quisiera que recuerden que también soy actor”, dice Carlos, quien actuó por última vez en Dos para el camino de César De María, al lado de Tatiana Espinoza (en la foto), una obra que Carlos también dirigió. “Quiero retomar la actuación y poder manifestarme en acción total”. Como director, Carlos necesita que sus actores “tengan confianza en la persona que los va a guiar; que sean intuitivos, que con un gesto sepan donde tienen que ir; y que tengan la mente dispuesta, abierta y libre”. Por otro lado, como actor desea que su director “escoja de mí lo mejor que él crea conveniente, como idea o imagen”.

Carlos se prepara para dirigir en abril De repente un beso, un texto de Eduardo Adrianzén, en Teatro Racional, cuya puesta en escena tendrá a tres jóvenes actores. “También tengo planeado continuar con mis talleres actorales y a mediados de año espero poder concretar una oferta para un proyecto en el que intervendré como actor”. Para Carlos es importante seguir aprendiendo de las experiencias que ofrece el teatro, así como crear vínculos con los seres humanos que participan en estos procesos creativos. “Es importante reconocernos como seres creativos y humanos. A veces un director es como un vendedor de ilusiones y así encuentras gente que quiere compartir esas experiencias contigo”, concluye.

Sergio Velarde
12 de enero de 2011

miércoles, 5 de enero de 2011

Entrevista: XIMENA ARROYO


"Debemos buscar una representatividad propia"  

Hija de la actriz Sonia Seminario y administradora desde el 2001 de la Asociación de Artistas Aficionados (AAA), Ximena Arroyo saluda desde su oficina, en medio del numeroso público que pide información sobre los talleres de verano en su espacio. “Disculpa la demora, pero no calculé que a esta hora vendría tanta gente a pedir informes”, dice luego de atenderlos. Pero lejos de ser ésta una buena señal para el emblemático teatro, la problemática de la AAA es bastante seria, como Ximena misma cuenta, en la acogedora cafetería del local donde se realizó esta entrevista. “Hemos hecho una alianza estratégica con los centros culturales del Centro de Lima, como el Averno y La Escuela Experimental de Mimo, frente al Municipio de Lima para que no entorpezca nuestra trabajo”, informa.

La situación de la AAA

Sacar adelante un espacio como la AAA no es tarea sencilla y Ximena está asumiendo actualmente una gran responsabilidad con dicha institución. “Es una casa muy grande, al mes pagamos 800 soles de luz, 500 soles de agua y 2,000 soles de arbitrios; el local le pertenece a la Beneficencia y es alquilado”. A pesar que en años pasados la AAA fue parte del movimiento cultural peruano de una clase elitista, actualmente no recibe el apoyo del Estado. “Para que el público llegue al teatro, tenemos que bajar los precios o no cobrar entrada para así ganar espectadores”, nos comenta. “Intentamos crear un público exigente, que sepa valorar los espectáculos de calidad, que logre despertar esa dimensión artística que todo ser humano tiene”.

El espacio que administra Ximena posee ventajas, como la fortaleza que su mismo nombre tiene. “La AAA marcó un hito en la historia cultural de Lima”, comenta. “Aquí se presentó el Ballet Municipal, el Coro Nacional, tuvimos saludos de personalidades como Jacques Cousteau, Laurence Olivier, entre otras”. Y es que en aquella época, los miembros y socios fundadores tenían muchas relaciones y amistades en el extranjero, convirtiendo al teatro en una institución muy selecta. “En los años 50 y 60, se realizaron los primeros auto sacramentales en la AAA”; como menciona Ximena, esto fue posible gracias al dinero que aportaban los socios de ese entonces, quienes en la actualidad o ya murieron o ya no les interesa invertir en el lugar. “El ejemplo más saltante es el actual director del diario El Comercio, Francisco Miró Quesada; su padre fue miembro fundador de este teatro y ahora, para ese diario, simplemente no existimos. Realmente los hijos, o repiten la historia o hacen todo lo opuesto”, enfatiza.

Entre las desventajas que mantiene la AAA, figuran su ubicación y su infraestructura. En el primer caso, existe todavía un rechazo en algunos sectores de ir al Centro a ver teatro, y la gente que vive en la misma zona no está vinculada ni educada en el arte; en el segundo, el teatro carece temporalmente del equipo ideal, aunque ya lograron adquirir una nueva consola de 24 canales, por supuesto, de manera autogestionada. Actualmente la AAA funciona ilegalmente, tal como informa Ximena. “No nos renuevan el Convenio de Ayuda Mutua con la Beneficencia, a pesar de haber estado brindado actividades sin costo alguno al Puericultorio, al Albergue Canevaro, entre otros. Ojo, no queremos la gratuidad de nuestro espacio, queremos pagar con trabajo”, sentencia.

Sus obras y proyectos

Con una dilatada carrera como directora y actriz, Ximena Arroyo, ganadora del premio a Mejor Actriz de Reparto por sus actuaciones en Cacúmenes y Los amores de don Perlimplín con Belisa en su jardín por El Oficio Crítico, piensa que “un buen director debe tener claro lo que quiere decir, hacia dónde va, y que lo pueda transmitir a sus actores”. Por otro lado, afirma que “el actor ideal tiene que tener un objetivo, saber que debe encontrar algo en escena, todo lo demás es accesorio. Hay muy buenos actores, pero que no buscan nada en escena”. En Cacúmenes, escrita por Alejandro Alva y estrenada el año pasado en la AAA, Ximena figuró como actriz y directora, pero “fue más que todo una dirección adjunta, ya que el proyecto fue liderado por Haysen Percovich”.

Entre los proyectos que tiene Ximena para el 2011, destaca el de dirigir un clásico como Yerma de Federico García Lorca, con adaptación del texto por María Laura Vélez, programado para el segundo semestre del año. “Actuar y dirigir me gustan por igual”, señala. “Como actriz siento que el escenario es como mi casa; pero cuando dirijo todo es más complicado, debes llegar a tus actores, encaminarlos y es conmovedor ver cómo se entregan a aquello que quieres decir”. Uno de los mejores montajes que Ximena dirigió fue Función velorio, de Aldo Miyashiro, en la AAA en el 2004, que obtuvo muy buenos comentarios.

“Es importante que veamos el trabajo del compañero”, asegura Ximena, convencida que sólo de esta forma se pueden estrechar los lazos entre los diferentes colectivos, grupos o elencos de teatro independiente, confrontar sus propuestas y generar el tan necesario diálogo. “No saltamos cuando no nos tocan”, afirma. “La idea es saltar cuando atentan contra el compañero, sólo así podremos encontrar soluciones a nuestras problemáticas”. Para Ximena también es importante que el teatro independiente tenga presencia en el medio. “El gran problema con los grupos es que no tienen claro dónde van. A la primera llamada de la Isil todos huyen. Es importante el compromiso y unirnos todos para ganar así una representatividad propia”, concluye.

La Asociación de Artistas Aficionados (AAA) se encuentra ubicada en Jr. Ica 323 en el Centro de Lima; para contactarse con administración llamar al 428-0432 o escribir a: aaaasociacion@yahoo.com . Toda la información de los talleres, muestras y montajes que se llevarán a cabo durante el año, se encuentra publicada en el blog: http://aaalima.blogspot.com


Sergio Velarde
05 de enero de 2011

Entrevista: RAÚL DURAND

"Un director me debe hacer salivar"  

Uno de los actores más completos del medio es, sin duda, Raúl Durand, quien viene realizando una discreta pero prolífica labor como intérprete en numerosas obras de teatro. Una de las últimas puestas en escena que realizó fue la premiada Lock Out, ganadora del X Festival De Teatro Peruano Norteamericano y del premio a la Mejor Obra del 2010 por El Oficio Crítico, escrita por César Vallejo y dirigida por Carlos La Rosa. “Tuve muy buenos maestros de teatro”, nos cuenta Raúl. “Rocío Antero, Augusto Casafranca, Willy Pinto, Lucho Ramírez y en especial, Carlos Riboti, en dos talleres montaje que hice con él: Incas Trágicos, en el que interpreté a Huascar; y El infierno, basado en La Divina Comedia; ambos montajes con propuestas físicas muy interesantes”. Si bien no es director, sí ha dirigido muestras para talleres o diversos trabajos por encargo de ONGs con actores aficionados.

Raúl sólo pone una condición para aportar su talento a algún proyecto: “Un director me tiene que hacer salivar”, afirma sin titubeos. “Tiene que motivarme, debe hacer que quiera pagar por llegar al ensayo, que le tenga hambre a la obra”. Y es que para él, un director además de motivarlo, debe tener las cosas claras y absolver cualquier duda que se le presente; de lo contrario, pierde fe en el proyecto y ya no arriesga del todo en el proyecto. “Hubo casos en los que la propuesta inicial era muy buena, pero el director no me motivaba, trato de evitar estar en esas obras”.

Sus trabajos en escena

Entre las obras en las que Raúl participó y que recuerda con más cariño figura, además del trabajo realizado con Riboti, la puesta en escena de Oye para siempre con el grupo Cuatrotablas. “El montaje no me gustó del todo, pero sí todo lo que generaba con el público”, recuerda. Asegura haber recibido muchos comentarios positivos de los espectadores, así como haber sentido una mayor trascendencia en su influencia con determinadas personas. “Algunos espectadores me decían que gracias a la obra amaban más al Perú; y otros sentían que el teatro les gustaba ahora mucho más”, recuerda orgulloso.

“Y por supuesto, me encantó hacer Lobo, ¿qué estás haciendo? (obra familiar escrita y dirigida por Patricia Denegri)”, por la que Raúl ganó el premio al Mejor Actor del 2010 por El Oficio Crítico. “Los directores de teatro infantil asumen que debe haber más movimiento en escena para llamar la tención del niño”. Para Raúl, se trató de una buena oportunidad para poder desplegarse físicamente en el divertidísimo papel de un temeroso Lobo que huye de la Abuela de Caperucita, proponiendo los desplazamientos en el espacio junto a los demás actores, siempre bajo la aceptación de dirección. “Me considero un actor con mayores recursos en obras para niños”, afirma.

Por el momento, Raúl se encuentra abocado a los ensayos del inminente reestreno de Lock Out en el Auditorio de la Alianza Francesa en el verano, así como también al dictado de un Taller de Creatividad a un grupo de profesoras de un nido. “También tengo pendiente una obra en la que interpretaría a don Quijote, pero aún estamos en conversaciones”, nos comenta. “Tengo bastante flexibilidad en mi tiempo para poder dedicarme a más proyectos, sólo me queda esperar”. Y por supuesto, deseamos que logre encontrar propuestas que despierten su interés y así poder ver a este intérprete más seguido en las tablas.

Sergio Velarde
05 de enero de 2011

lunes, 3 de enero de 2011

Entrevista: BETZABETH MISME


"No tengamos miedo de hacer teatro"  

Estudió la carrera de Comunicación Escénica en el Instituto Charles Chaplin y tuvo como profesores de teatro a Pilar Núñez, quien le enseñó expresión corporal y oral; a Jorge Villanueva, con quien compartió dinámicas entre los elencos de la AAA y la Universidad de Lima; y a Manuel Calderón, quien le inculcó nociones de producción teatral profesional. Ella es Betzabeth Misme, ganadora del premio a la Mejor Actriz de Reparto por la obra Especies del grupo Espacio Libre. “Me encanta trabajar en este grupo”, comenta entusiasmada. “Hacemos teatro independiente, que habla sobre temas que no son muy comunes; creo que el grupo Espacio Libre se ha ganado un nombre en el medio, siempre busca innovar, explorar y presentarse en espacios no convencionales”.

Betzabeth empezó en el grupo en el 2006 como apoyo del director Diego La Hoz, quien la invitó a participar. “Aprendí mucho de actuación, danza y dramaturgia con Franklin Dávalos y Gonzalo Rodríguez Risco”. Como todo joven que debe aprender a sobrevivir en nuestra difícil ciudad, tuvo que abandonar temporalmente el teatro para dedicarse a otras actividades alejadas de las artes escénicas. “Sin embargo, en el 2008 ya estaba de vuelta. Hicimos con el grupo Una guerra que no se pelea de Sara Joffré y apoyé en los talleres de actuación”, comenta.


La obra Especies

Sobre Especies, ganadora por votación como la Mejor Obra de Teatro del 2010 en el blog El Oficio Crítico, así como participante de la Muestra Nacional a realizarse en Trujillo este año, Betzabeth la describe como teatro documental. “Los actores (Omar Del Águila, Joseph Palomino, Johnatan Oliveros y la misma Betzabeth) interpretamos diferentes casos de pedofilia para que el público tome conciencia del problema”, explica la joven actriz, quien señala también que esta obra se diferencia de las demás, porque nunca afirma si se está a favor o en contra de la situación, dejándole al público la última palabra.

“Mi personaje es una mujer llamada McCarthy, quien puso una guardería y planificó junto con toda su familia el abuso de los pequeños”, nos cuenta Betzabeth, quien con la obra visitó muchos lugares apartados en los conos y obtuvo muchos comentarios de los espectadores, quienes se sintieron identificados con las historias. “Luego de las funciones, organizábamos foros para escuchar a la gente, también nos mandaban cartas y testimonios escritos; es importante mostrar temas fuertes, ya que mucha gente se siente identificada y tocada por ellos”.

Nace Escénica Teatro

Gracias a todo el aprendizaje obtenido en estos años, Betzabeth está dedicada en la actualidad a sacar adelante su propio centro cultural. “Y ubicado en mi propia casa, tengo tanto espacio libre que me pregunté un día: ¿Por qué no impulsar teatro en mi comunidad?”. Y así nació Escénica Teatro, ubicada en Prolongación Javier Prado 8805 en Los Portales de Ate, y en el que Betzabeth busca no sólo descentralizar el teatro, sino también fomentar las artes escénicas en Ate, pues considera que están todavía a un nivel muy bajo.

“No le tengamos miedo al teatro, él es muy agradecido”, afirma esta emprendedora joven, quien no le teme dedicarse al 100% a su pasión. “Tengo que agradecer al grupo Espacio Libre, que me ha brindado todo su apoyo y se ha comprometido a darme una mano y así lograr que más gente en Ate Vitarte tenga cultura”. Gracias a Betzabeth y a otros jóvenes artistas, el teatro se mantendrá vivo, ganará nuevos adeptos y se fomentará la creatividad en cada rincón de nuestro país. Cualquier informe sobre Escénica Teatro, escribir a: caja_escenica@hotmail.com .

Sergio Velarde
03 de enero de 2011

Entrevista: MARTÍN SEPÚLVEDA y ROGER GUERRERO


Teatro con sangre nueva  

El teatro siempre debe renovarse. Por eso es gratificante comprobar que entusiastas y emprendedores jóvenes encuentren en las artes escénicas posibilidades para desarrollar sus proyectos y busquen estrategias para estrenar obras de teatro de calidad. Es así que, como resultado de una alianza estratégica, nace el Consorcio Cultural “La compañía”, conformado por los grupos Taller de Teatro Zapatos Rotos, Teatro Macuem y Teatro A Ultranza. Y resultaron ganadores en la encuesta realizada por El Oficio Crítico, dos de sus actores: los jóvenes Martín Sepúlveda y Roger Guerrero; el primero, como Mejor Actor Protagónico por La orgía; y el segundo, como Mejor Actor de Reparto por Érase una vez un rey, ambas obras producidas por “La compañía”.

Martín comenzó su formación como actor en el colegio, para luego dirigir montajes en centros educativos, institutos y universidades. También ha actuado en varias obras con los grupos Zapatos Rotos y Macuem, pero descubrió, recién en el 2010, que su verdadera pasión es el actuar. “Me falta mucho para ser un director, en mi corta experiencia he tratado de darle mucha libertad a los actores para que exploren sus personajes.” Con La Compañía ha trabajado en nueve obras y participado en siete de ellas como actor. “Fue todo un reto, ya que cada montaje exigía caracterizaciones y puestas en escena completamente distintas”. Para Martín es importante la labor de los teatristas en los centros educativos. “Se deben plantar semillas en los colegios, involucrarlos en el mundo del teatro”, asegura. “Nuestros montajes nos permiten captar un mayor público escolar, ya que ellos pueden venir a nuestro espacio o nosotros ir a su escuela”.

Por su parte, Roger es administrador de empresas, pero se dedica a su carrera de actor dentro del grupo Macuem y ahora se encuentra muy a gusto dentro del Consorcio Cultural “La Compañía”. “He aprendido a trabajar en grupo y con Arturo (director del Consorcio) hemos logrado muchas cosas”, destaca entusiasmado. Tuvo como directores a Jimmy Herrera (anterior director del grupo Macuem), a Arturo Fernández y al mismo Martín Sepúlveda. “Lo que aprendí de Jimmy fue el alcanzar la perfección siempre”, comenta. “Arturo te propone que indagues en el pensamiento del personaje y Martín te brinda la libertad para explorar tu personaje”.

Sobre la obra Érase una vez un rey, finalista de la Muestra Regional Costa Centro 2010 y en la que ambos participan al lado de la actriz Gabriela Fernández, comentan que aún está en proceso. “Es una gran responsabilidad presentarla en la Muestra Nacional de este año en Trujillo; es por eso que nos estamos preparando, analizando cada párrafo del texto para sacar las personalidad de Luchín y Chicho, nuestros personajes en la obra”. Actualmente se encuentran con mucho entusiasmo por participar en festivales nacionales e internacionales, ya que así ganarán más experiencia. “Buscamos también promover nuestro espacio, que hemos ido acondicionando de a pocos, y poder hacer invitación a otros grupos que deseen utilizarlo”. El Consorcio Cultural “La Compañía” está ubicado en la calle José de la Riva Agüero Mz.U Lt.33 III Etapa Urb. El Trébol, Los Olivos, a la altura de la cuadra 8 de la Av. Tomás Valle (Serpost). “Además, ya estamos en camino de elegir nuestra próximo obra para este año”, finalizan.

Sergio Velarde
03 de enero de 2011

sábado, 1 de enero de 2011

Entrevista: CARLOS LA ROSA


"Hacer teatro es difícil para todos"  

Con apenas un cuarto de siglo de vida, Carlos La Rosa, el sencillo y amable productor y director de Lock Out, obra escrita por César Vallejo y ganadora del premio al Mejor Montaje del 2010 por El Oficio Crítico, ha conseguido llamar la atención como uno de los jóvenes directores más prometedores en la actualidad. Formado en la especialidad de Artes Escénicas de la Universidad Católica, él se considera actor, director y productor a la vez, aunque se prepara para estudiar dirección este año en el extranjero, que es el área que más le interesa hoy en día.

Que Vallejo tiene aún vigencia, no cabe ninguna duda. “Leí la obra mientras preparaba mi proyecto final de Artes Escénicas en el 2009, pero sentí que todavía no tenía la experiencia requerida”; pero tiempo después, Carlos terminó presentándola al X Festival de Teatro Peruano Norteamericano realizado en el ICPNA de Miraflores. “Desde que la leí, me gustó mucho, a pesar de su densidad. Es un texto muy realista, hasta naturalista, pero fue entonces que llegaron las imágenes”. Y fue así que este joven director logró la conexión estética con la obra. “Debía tener un ritmo muy rápido, muy cinematográfico”. Virtud también de sus ocho actores, quienes interpretaban a numerosos personajes cada uno dentro del montaje, y que lograron finalmente uno de los trabajos en conjunto más sobresalientes del 2010.



El elenco

Para elegir a los actores indicados para dar vida a Lock Out, Carlos se basó en dos aspectos primordiales. “Primero, por su disponibilidad de tiempo, ya que una obra de esta envergadura necesitaba de mucho ensayo, al final trabajamos durante 3 meses y medio, de 3 a 4 días a la semana, de 4 horas cada ensayo”, recuerda. Como segunda condición necesitaba percibir esa tan necesaria confianza en su elenco, lo que suponía una entrega total al proyecto. Fue así que los elegidos resultaron Cecilia Collantes, Lenybeth Luna Victoria, Alana La Madrid, Raúl Durand, Renzo García, Javier Guerrero, Sandro La Torre y Alex Mori. “Anteriormente había trabajado con Cecilia y Leny”; la primera es su actual pareja y la segunda es amiga y compañera de promoción, también de Artes Escénicas como Carlos. “Al resto los conocí en diferentes obras en las que participamos juntos, excepto por Sandro La Torre, a quien descubrí en las puestas en escena dirigidas por Mario Ballón”.

¿Cuánto colaboraron los actores en la puesta en escena de Lock Out? Carlos comenta que el secreto del éxito de una obra siempre será esa confianza mutua del elenco con su director. “Motivo a mis actores para que se arriesguen, que prueben todo en cada escena”. Tener los conceptos claros es importante para él, así como manejar con mucho respeto a sus intérpretes, en especial, al considerar sus aportes cuando no comulgue necesariamente con ellos. “Tenía las muy cosas claras para cada escena con anticipación, pero el elenco fue enriqueciendo todo el producto final”, enfatiza.

Entretenimiento versus Reflexión

Como ya es sabido, Lock Out empató el primer puesto con la pieza Chicas Católicas, por decisión del jurado calificador, entre quienes se encontraban personalidades como la directora Ruth Escudero, el actor y director Sergio Llusera y el Director Cultural del ICPNA Fernando Torres. Sobre esta puesta en escena, Carlos tiene su particular apreciación. “Pienso que empataron dos propuestas muy distintas entre sí”, dice sobre la mencionada obra, dirigida por Katiuska Valencia y escrita por Casey Kurtti. “La directora optó por no abordar el tema controversial de la obra (en este caso, la religión), centrándose por ende en la amistad de las chicas. Y dio como resultado una puesta en escena entretenida, pero no cuestionadora, que no ponía en tensión al público”.

Para Carlos es importante enfrentarse con proyectos que busquen la reflexión en el espectador, por ser esta empresa más difícil y arriesgada. “Me gusta explorar la propuesta estética de una obra, es la vertiente que me interesa más”, nos comenta. Y puede dar fe de ello la riqueza de imágenes, símbolos y atmósferas generadas a lo largo de Lock Out. “Acaso veo ahora muchas obras más fáciles y menos pertinentes, pero lo que yo busco es investigar sobre las nuevas formas de hacer teatro, la forma es muy importante para mí como director”.

El regreso de Lock Out

Para aquellos que no pudieron apreciar Lock Out, el joven director nos cuenta que la obra se repondrá en la Alianza Francesa, del 12 de febrero al 13 de marzo, de jueves a domingo a las 8:00 p.m. “Creo que el mejor halago que recibí”, comenta entusiasmado, “fue que mis propios profesores recomendaron a sus alumnos ver la obra”. Llenar una sala de teatro de regular capacidad no es sencillo, pero Carlos se muestra optimista con la corta temporada de cinco semanas que le ofrece el espacio en Miraflores.

Carlos se prepara también para participar como actor en el Festival “Saliendo de la Caja” de la Católica, en la obra “Cálido y frío” de Angélica Gabriel (también actriz del montaje), dirigida por Lucía Obando. “Desde mi punto de vista como actor, considero que un buen director debe ser exigente y generar empatía con el elenco para el trabajo en grupo”, señala convencido. “Y como director, quisiera que mis actores tengan dos cualidades básicas: responsabilidad y madurez, ya que así me permiten trabajar con confianza.”Una anécdota final: hace algún tiempo Carlos acudió a la Alianza Francesa con cinco proyectos bajo el brazo y la directora encargada de recibirlos, seguramente debido a su juventud, se rió delante de él. “Hacer arte es difícil, para todos”, afirma convencido. Sin embargo, este joven director sabe que cada uno debe esforzarse al máximo para lograr sus objetivos, por encontrar su propio camino. “Los primeros proyectos que hice los financié yo mismo, no esperé el apoyo de nadie. Invertí mi dinero y mi esfuerzo, y en corto plazo he recibido muchos beneficios y satisfacciones”. Y es que no sólo la Alianza Francesa ya aprobó dos de sus proyectos (un espectáculo infantil y Lock Out), sino que el nombre de Carlos La Rosa ya suena con fuerza como una de las promesas del teatro peruano, de quien esperamos obviamente, aún más.

Sergio Velarde
01 de enero de 2011

Entrevista: DIEGO LA HOZ


“El teatro es generoso”

Y vaya que es generoso el teatro con Diego la Hoz, elegido por votación como el Mejor Director del 2010 por la obra Especies, texto de autoría de Sara Joffré y el grupo Espacio Libre. Esta pieza dramática, en la que participan Omar Del Águila, Betzabeth Misme, Jhosep Palomino y Jonathan Oliveros, también fue galardonada como la Mejor Obra del año, luego de cerrarse la encuesta. “Siento que es una especie de reconocimiento a mi trabajo”, reflexiona el director. “Es como una gran responsabilidad, la de asumir una postura, de ciencia y de consecuencia”.


“La gente necesita tener un referente, y creo que para muchos lo somos”, reflexiona el director de Espacio Libre. “Lo percibo también por el trato tan respetuoso hacia mí, siento que me han idealizado, lo encuentro muy curioso”. Diego manifiesta que se siente capaz de dirigir los grandes montajes en los teatros de moda actualmente (¡y vaya que está preparado!), pero que si no lo hace es debido principalmente, a su tenaz deseo de no traicionar su postura ni sus principios. “Te aseguro que el 90% de los actores sólo están en grupos de teatro temporalmente, esperando que los llamen de la Isil para irse corriendo, yo no trabajo de esa manera”, precisa.

El teatro de grupo


Diego afirma no sentirse identificado con el teatro comercial y es por eso, que hoy en día trabaja en la “clandestinidad”. “Mi grupo (Espacio Libre) tiene una determinada postura, con una ideología definida”, comenta. “El gran problema de los peruanos es que no tenemos capacidad de reflexión y autocrítica por lo que hacemos, es por eso que no tomamos posturas”. Él abandonó hace un tiempo el espacio del Ovalo Balta en Barranco por cuestiones ideológicas, con el propósito de buscar un teatro con una identidad “del otro lado”. “A través de la grupalidad buscamos ser mejores personas”, reflexiona. “Compartimos el mismo espacio, reímos juntos, lloramos juntos, vivimos juntos. Y es muy importante dudar; si dejamos de dudar, morimos”.

Diego afirma no estar de acuerdo con el término de Teatro Independiente. “En Argentina sí existe”, sostiene. “Como resultado de una lucha política de hace varios años, en la que la gente no estaba conforme con el teatro comercial, y se lograron conseguir subsidios para los grupos de teatro alternativos; en el Perú, no tenemos apoyo económico”.

Afirma no haberse arrepentido nunca de haber dirigido algún montaje, ya que considera que toda experiencia significa un valioso aprendizaje. “De pronto puede que no me haya gustado del todo el producto final al dirigir alguna obra, pero no me arrepiento de haber llevado a escena ninguna”, manifiesta convencido. “Es importante hacer de todo, yo lo he hecho, y así pude encontrar mi propio camino; tocar temas frívolos o trabajar aquello que le gusta a la gente no tiene nada de malo, por el contrario, son experiencias gratificantes”, asegura.

Las encuestas de “Lo mejor del año”


Sobre las actuales encuestas sobre “Lo mejor del Teatro”, aparecidas cada fin de año en el Decano de la Prensa Nacional, Diego tiene un particular punto de vista. “Yo figuré en esos balances anuales en el 2003 y 2004, con dos obras: Tiernísimo animal, que estrené en el Mocha Graña y El tríptico de las delicias, en la Casa Amarilla de Barranco; por supuesto, eso ocurrió antes que apareciera La Plaza Isil.” Y es que en los último años, el director de Espacio Libre parece no existir para los “investigadores” encargados de realizar las encuestas y balances del diario, a pesar de haber estrenado con éxito piezas muy valiosas y efectivas, como Cuatro historias de cama o Demonios en la piel, por citar dos ejemplos. Para Diego, resulta impensable que obras estrenadas en espacios alternativos aparezcan hoy en día en las páginas de El Comercio, y eso al parecer, le tiene sin cuidado. “Es muy interesante apreciar cómo evoluciona la relación entre la prensa y las artes escénicas, a través de la historia”, comenta este director con 12 años de labor ininterrumpida, quien prefiere optar por espacios alternativos o la itinerancia, pues cree que las salas limeñas más destacadas no aprobarían sus proyectos teatrales.

Diego se siente también muy feliz por el triunfo en la encuesta de Betzabeth Misme como mejor actriz de reparto por Especies. “Betzy es una chica muy talentosa, salida de los talleres de Espacio Libre y que se encuentra en medio de un proceso interesantísmo”, destaca. Por el momento (nos cuenta Diego) ella se encuentra avocada a la creación de un espacio propio dentro de su comunidad llamado Escénica. Pero de ello hablaremos más adelante, cuando el Oficio Crítico la entreviste. “Por otro lado”, continúa Diego, “debo destacar el apoyo que nos brindan Paco Caparó y Pold Gastello, profesores y amigos del Club de Teatro de Lima, pues siempre recomiendan a sus alumnos que continúen su entrenamiento actoral en Espacio Libre”.

Los proyectos

Entre los proyectos de Diego para el próximo año, además de publicar sus obras y memorias, figura la organización por parte de su grupo del III Encuentro Teatral en Barranco, en donde planea convocar a un grupo de críticos argentinos, jóvenes investigadores de la AINCRIT (Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral). “Promover una mesa redonda con ellos sería muy interesante para nuestro movimiento teatral”, asegura Diego, quien conoció esta asociación en uno de sus viajes y le pareció una excelente idea que estos críticos nos compartan sus experiencias y conocimientos sobre el llamado teatro de la periferia en Argentina.

Y en exclusiva nos comenta que a mediados del próximo año, planea rendirle un merecido homenaje a Sara Joffré, nuestra incansable promotora y crítica teatral, así como también una de las dramaturgas más respetadas en el país. “Me encargaron la dirección de una obra de Sara, escrita hace casi 40 años, llamada Cuento alrededor de un Círculo de Espuma, que es una hermosa historia de amor, y yo acepté encantado.” Diego no sólo se encargará de estrenarla en el auditorio del CAFAE en San Isidro, sino que también planea realizar a la par, una exposición fotográfica de Sara, que espera obtenga la trascendencia que nuestra autora merece.

Diego nos deja con una reflexión: “El teatro es generoso y retribuye todo nuestro esfuerzo y sacrificio tarde o temprano”. Y tiene toda la razón el director de Espacio Libre, pues todo artista que se entrega de lleno a su pasión, cosechará sus frutos en el futuro. Prueba de ello es Diego La Hoz, un innegable y valioso referente de nuestro teatro alternativo.

Sergio Velarde
01 de enero de 2011