lunes, 31 de marzo de 2025

Crítica: PLUMA Y LA TEMPESTAD


Lazarillo de la urbe

¿Conocen aquellas obras en las que, antes de la tercera llamada, los actores ya están presentes habitando el espacio como sus personajes? Estas antesalas que nos entregan a tratar de entender un mundo en loop, absurdo, esperando existir de verdad. Pluma y la tempestad, dirigida por Florencia Guzmán, toma una de estas antesalas como su inicio, y me deja la interrogante si quizás, igual que nosotros, el personaje principal de la obra se encuentra esperando su existencia, sin ser consciente del absurdo pero pintoresco universo humano que le toca explorar. 

El gran peso de la progresión temática y emocional de la obra recae sobre los hombros de su intérprete principal, Ernesto Ayala, y su capacidad para verse afectado por las costumbres oscuras que su personaje presencia sin perder nunca del todo su energía original. Pluma, un joven cuya androginia expresa su infinito potencial humano entra al mundo (en una secuencia de parto por demás fascinante) para, cual Principito o Lazarillo de Tormes, pasar de mano en mano entre los habitantes de un mundo usualmente sucio y hostil, pero también lleno de dogmas sobre los cuales reflexionar o cuestionar. Se encuentran algunas bondades y amores entre la podredumbre, fugaces pero igual representativos, de que la humanidad en los lugares más tristes aún se encuentran. El conflicto es si Pluma la llega a escuchar, o si se pierde entre tanta bulla y contradicción humana. 

Ayala, como protagonista, funciona bien. Es fácil encantarse por su picardía inocente, su progresiva frustración con el mundo se capta con empatía. Sus encuentros con rufianes, prostitutas, peregrinos u obreras son interesantes, aunque al montaje a veces le cuesta mantener el ritmo entre uno y otro. La estructura de la obra se sostiene en su mejor peso a la mitad de la obra, mientras que el inicio del viaje aún flaquea al momento de engancharnos. La energía está en su pico cuando los actores que acompañan a Ayala se entregan de lleno a la escena sin temores ni impostar, cuando vemos a sus personajes no solo en palabra sino en cuerpo: todo el elenco tiene por lo menos un muy buen personaje en este aspecto, pero Rocío Antero y Lorena Aquino Sánchez se llevan las palmas, abarcan sus diferentes personajes desde voz, cuerpo y corazón.

La escenografía es de un trabajo impecable. Desde el cuchitril del que discuten los padres de Pluma a la basura y los bidones de las calles, el Club de Teatro de Lima se transforma con esta obra a un pequeño y amplio antro en el que aun se percibe un poco de luz. El espacio apoya al sentimiento de acompañar a Pluma en un desfile de personajes que abrazan o desprecian la suciedad de la urbe. El texto de Arístides es como siempre, un deleite, muchas veces con tantos detalles que es difícil profundizar en todos. El aspecto de habitar el cuerpo, aun así, quizás el más importante en esta obra, es el que se ha cuidado con mayor consciencia, y lo que completa el sentimiento de viaje humano que lleva Pluma en medio de una tempestad que bien podría ser Lima a un resultado satisfactorio.

José Miguel Herrera

31 de marzo de 2025

domingo, 30 de marzo de 2025

Crónica: DÍA MUNDIAL DEL TEATRO


Organizado por la compañía AVKS ("A Ver Ke Sale") en el Teatro Auditorio Miraflores

Fue una fiesta. En realidad, un espectáculo en formato de varieté, ese estilo de entretenimiento en vivo, surgido del music hall en el Reino Unido y vodevil en los Estados Unidos, hace casi un siglo.

El desbordante entusiasmo iba del escenario al público y viceversa. Era tan intenso que la primera canción, desde el fondo del pasillo se perdió lamentablemente por el ruido del público que aún no terminaba de acomodarse. Posiblemente algunos creyeron que era un fondo musical grabado, pero no, una voz dulce y potente que - evidenciando su buena formación en el canto - abría el espectáculo.

Luego, durante casi tres horas los números se fueron sucediendo, con la participación de 30 jóvenes regalando su alegría y su talento. El proyecto era ambicioso y tuvo algunas fallas en el sonido, pero nada significativas (salvo el baile de la marinera, que tuvo que reiniciar, con el apoyo del público).

Bajo la conducción de Valeria Ortega (@valeriaortega.actriz) y Samuel Valdivia (@samuel_valdivia_97), excelente clown, pasamos una noche fantástica, como merecía la fecha. 

No tengo datos de todos (no había un programa), pero destacaron voces como la de Silvana Artorne (@silvanaastorne), cantando Un Mundo Ideal, hermoso tema de Aladdin, para elevarnos a la fantasía. En contraste, casi al final, Celeste (@anqascha) hizo del silencio el espacio propicio para emocionarnos con los versos cargados de reflexión social de Los Nadies, de Eduardo Galeano, que remató con una desgarradora interpretación de Yo Vengo a Ofrecer Mi Corazón, de Fito Páez y algunas sentidas notas de su violín (aún le falta dominio del instrumento, pero qué importa, cuando el mensaje ha llegado tan hondo).

Entre ellas, los números de clown, malabares, magia, mimo, stand up, bailes peruanos, instrumentistas y más voces maravillosas, como la de Lula (@its.just.lula), con su experiencia en el teatro musical.

Los invitados realzaron el espectáculo y aunque muchos eran aficionados que salían de los talleres que organiza AVKS, el trabajo en equipo fue muy profesional y por eso los resultados fueron exitosos.

Gracias, AVKS, por esta celebración del Día Mundial del Teatro.

David Cárdenas (Pepedavid)

30 de marzo de 2025

Crítica: NI DE AQUÍ NI DE ALLÁ


Recordatorio para volver a habitar el presente

Saberse habitar es una de las cosas más difíciles que hay en la vida, y si tus raíces están en dos lugares distintos, pues más difícil aún. Encontrarse a uno mismo entre la inmensidad de personas, lugares y experiencias que nos rodean es una de las premisas que nos trae esta puesta en escena que conforma el 24° Festival Saliendo de la Caja.

Esta propuesta autoficcional nace como un proyecto final de una estudiante de la especialidad de Creación y Producción Escénica de la PUCP; de hecho, es la tesis que está elaborando un elemento fundamental en la historia que nos quiere contar, pues es el detonante de todas las emociones y acciones a las que se somete la protagonista que, junto con dos actores más que ayudan a ejemplificar ciertos momentos importantes de su vida, nos lleva por todo el viaje de migración que tuvo que realizar para poder estudiar, así como las consecuencias a lo que ello conllevó, como es la temida crisis de identidad.

Algo bastante curioso de la obra es que se vale solo de cajas la mayor parte del tiempo como escenografía principal, lo cual pone a prueba el buen manejo de estos elementos que tienen los actores para poder darles forma y hacer que el público comprenda de qué se trata, como cascos de astronautas, lo cual recuerda al público ese lado juguetón que tanto caracteriza al teatro.

El guion que manejan es sencillo, pero cuenta con saltos temporales para poder comprender el presente del personaje, teniendo en cuenta su pasado, lo cual le suma a la historia al no quedarse solo en una narrativa lineal. Además, se rescata la forma tan humana con la que aborda el tema, no cae en la excesiva autocompasión ni pretende dar pena, es un buen balance entre alivios cómicos y no tan cómicos; de alguna manera reflejan bien cómo se siente ser migrante en este país, los estereotipos, la incertidumbre que toca enfrentar y, sobre todo, refuerza el hecho de no olvidar quién eres, de dónde vienes y a dónde vas, preguntas que en todo momento de la obra van de la mano. En sí no se trata de una historia con un cierre definitivo, es más una especie de mostrar lo que es el ahora del personaje y cómo se llegó hasta ese punto, además de una reflexión hacia dónde serán sus siguientes pasos. Es como un recordatorio para volver a habitar el presente y volver a la pregunta de quiénes somos y qué hacemos acá.

Barbara Rios

30 de marzo de 2025

sábado, 29 de marzo de 2025

Crítica: TÉ DE TÍAS


Amigas Canciones

Un escenario ligero con pocos objetos es usado con inteligencia; las luces ayudan a generar un espacio íntimo, pero externo; una noche de fiesta, un karaoke. Un grupo de amigas se reúne para conversar sobre sus vidas. Los recuerdos suenan por el espacio, la conversación es graciosa, el uso de gags es frecuente y los chistes son habituales, pero funcionan en la gran mayoría del público. Es interesante observar cómo las personas conectan automáticamente con la propuesta, las carcajadas son desbordantes y el recorrido de la historia es llevadero. Las circunstancias no son complicadas, solo es un conjunto de personas que se van relacionando desde juegos cómicos y canciones; tal vez este punto sea el más llamativo desde mi consideración, todo el setlist de canciones fue muy bien interpretado y aportaba en el trascurso del acto dramático.

Las canciones fueron los mejores momentos, acompañadas de las luces y de las presencias escénicas de las actrices que consiguen una atmósfera íntima, de amicalidad, de proximidad. El texto parece estar escrito desde una exploración simbólica del mundo de la creadora, es como un recuento de voces, de sucesos, de experiencias personales que se pueden combinar con la ficción y desencadenar los recuerdos. Los personajes están creados equivalentemente, encajan dentro de sus personalidades y peculiaridades, parecen un conjunto de subjetividades que han ido formando una personalidad, se siente muy íntima la narrativa, muy personal.

Sin embargo, dentro de cada personaje hay un conflicto mayor, cada una se desarrolla a su manera. Los temas van desde el amor propio, la libertad, la sexualidad, el talento, las oportunidades que cada uno decide darse a sí mismo. De esta manera, Té de tías es un sublime enfrentamiento hacia un pensamiento que se reta constantemente a sí mismo o que se observa frente al espejo y se cuestiona, sobre el lugar que ocupa en el mundo, la posibilidad de romperlo, de cambiarlo, de tirarlo y construir uno nuevo. La reinvención y la ruptura de ataduras mentales o físicas están presentes en la narrativa de la historia; es como si las cuatro mujeres que están en escena representaran a muchas mujeres, sus dudas, sus salidas, sus aislamientos. 

Al final, la obra completa se vuelve una descarga anímica, las canciones son muy buenos momentos dentro de la espectacularidad de la puesta; los diálogos mantienen un buen ritmo y utilizan artilugios que consiguen conectar con los espectadores, el desarrollo dramático de los personajes también se torna atractivo por la forma en que se enfrentan a sí mismas, se reinventan y toman decisiones que son fundamentales para el desarrollo de sus vidas. La dramaturgia está bien articulada, la sonoridad complementa muy bien el trabajo de luces e interpretación; juntas nos presentan un espectáculo de una hora y media, que explora distintas emociones y permite el desahogo de la risa y la mirada del interior desde un escenario.

Moisés Aurazo

29 de marzo de 2025

jueves, 27 de marzo de 2025

Crítica: PROYECTO SECRETO


Un viaje impredecible hacia la dramaturgia peruana

En su cuarta edición, Proyecto Secreto vuelve a sorprender con un formato único que reinventa la experiencia teatral a través de lecturas dramatizadas en vivo. Creada y dirigida por Federico Abrill, esta propuesta invita a los espectadores a vivir un espectáculo irrepetible, donde el azar y la improvisación juegan un papel fundamental. Con la participación de obras de dramaturgos peruanos como Almendra Vivanco y Juan Velazco, y la interpretación de actores invitados en cada función, este evento se convierte en un laboratorio creativo que explora lo imprevisible y lo auténtico. Aunque efímera, esta vivencia deja una huella en el público y, sin duda, merece una pronta nueva edición.

Al ingresar a la sala, los anfitriones de la función, Renato Medina-Vasallo y Yaremis Rebaza, nos reciben y explican las reglas del juego. A su vez, también nos recuerdan que para ninguna obra hubo ensayos previos, lo cual aumenta la expectativa del público. En esta oportunidad, las actrices invitadas son Julia Thays y Andrea Chuiman. La primera lectura corresponde a Llamado de emergencia, una obra escrita por Abrill, que será leída e interpretada por las actrices Rebaza y Thays por primera vez. Esta comedia, que trata sobre un amor platónico no correspondido, nos introduce en un contexto que pondrá tanto al espectador como a las actrices al límite.

Durante la primera lectura, la interpretación de ambas actrices crea una dinámica audaz y bien estructurada de principio a fin. Thays, en particular, realiza un despliegue impecable en cuanto a la inmediatez del análisis del texto y la interpretación, manteniendo una naturalidad admirable a través de la escucha constante con su compañera. Su capacidad para dar vida a las emociones del personaje, sin perder la autenticidad, se destacó. Rebaza, por su parte, se muestra expectante y receptiva ante los diversos estímulos que le ofrece su compañera, recibiendo cada línea con naturalidad y convicción. Esta lectura logró alcanzar un vuelo inesperado, llevando al espectador por un abanico de emociones como la intriga, la desesperación y las risas nerviosas. El público, visiblemente cautivado, recibió la obra con gran entusiasmo, generando un ambiente de complicidad que hizo que la función fuera aún más especial.

Tras un breve receso, el proyecto continúa con la siguiente lectura, esta vez con una nueva actriz invitada: Andrea Chuiman. En esta nueva obra, Glow de Almendra Vivanco, los actores son ahora tres: Chuiman, Rebaza y el anfitrión Renato Medina-Vasallo, quien finalmente se une a la lectura. Glow presenta la historia de una nieta y su abuelo, quienes intentan ocultar un secreto inesperado. El conflicto se plantea a través del personaje del abuelo, interpretado por Medina-Vasallo, quien logra transmitir con naturalidad la tensión y picardía del personaje de forma efectiva. Por su parte, Chuiman ofrece una amplia gama de matices, desde la comicidad hasta la intriga, permitiendo mantener un registro consistente y rítmico a lo largo de la lectura. Mientras tanto, Rebaza, siempre precisa, complementa perfectamente a sus compañeros con su naturalidad y convicción. 

En definitiva, las piezas teatrales Llamado de emergencia y Glow fueron gratamente recibidas por el público, quienes reaccionaron con una mezcla de intriga y emoción ante los interesantes giros de ambas tramas. La interacción entre los actores, la naturalidad con la que se desarrollaron los personajes y la capacidad de los intérpretes para capturar las diversas emociones de la obra fueron elementos clave que mantuvieron al público involucrado y satisfecho durante toda la función.

Este proyecto tuvo lugar en Casa Bulbo (función del 5 de marzo), bajo la producción del grupo Las Tejedoras y el artista escénico Medina-Vasallo. Proyecto Secreto es una excelente oportunidad creada por Abril, para conocer la nueva dramaturgia peruana, mientras se disfruta de lecturas impecables a cargo de diversos artistas escénicos. La recepción de ambas lecturas deja en claro que esta propuesta es una plataforma valiosa para seguir explorando las voces de nuestro teatro contemporáneo. Esperamos con ansias la quinta edición, con el fin de seguir disfrutando de esta intrépida experiencia artística.

Abigail Salvador Jaime

27 de marzo de 2025

miércoles, 26 de marzo de 2025

martes, 25 de marzo de 2025

Crítica: OFICINA DE DESEOS y NOCHE FAKE


Del Santo al Gato Chino 

En nuestro recorrido iniciamos con Oficina de Deseos, de la dramaturga argentina Leticia Arbelo, dirigida por Arturo Huapaya e interpretada por Diana Zurita y Rosabel Rojas. Una obra corta que explora con ingenio y humor la cultura contemporánea del emprendimiento y la espiritualidad comercializada. Ambientada en la improvisada Oficina de Deseos en una cochera.

La trama se desarrolla alrededor de Mariana y Laura, quienes buscan capitalizar los deseos de otros ofreciendo soluciones mágicas que mezclan santos, gatitos chinos y vibras energéticas con la jerga empresarial de moda, autodenominándose una "startup".

El texto destaca por su aguda sátira a la superficialidad moderna, donde términos como vibrar alto, energy y sellado de fe se usan para disfrazar la ambición económica y moralmente dudosa de las protagonistas. La dinámica entre los personajes refleja conflictos sobre compromiso y ética profesional, evidenciando una crítica divertida pero contundente sobre el oportunismo y la banalización de la espiritualidad.

Las interpretaciones se apoyan en diálogos rápidos y sarcásticos, destacando la relación problemática y cómica entre las amigas, especialmente con el conflicto ético al atender clientes con solicitudes personales y emocionalmente comprometedoras. El humor es efectivo, generando risas frecuentes con situaciones absurdas pero reconocibles.

Sin embargo, aunque las actuaciones no fueron malas, tampoco resultaron espectaculares. Se percibió por momentos incomodidad en una de las actrices, mientras que la otra parecía estar en un código distinto, llegando a un nivel cercano a la sobreactuación. A ambas les faltó jugar más con la situación y creer en ella para dar mayor autenticidad a sus interpretaciones.

Además, la obra podría beneficiarse de una mayor claridad en la transición entre escenas y personajes, pues algunos diálogos pueden resultar confusos sin una identificación más precisa. Pese a ello, la propuesta teatral resulta fresca, entretenida y logra un comentario social acertado sobre la superficialidad y la comercialización excesiva de lo espiritual en la era digital.


Superando el Desamor con Humor

Noche Fake, al igual que la primera, está escrita también por la dramaturga argentina Leticia Arbelo, pero esta fue dirigida por Rosabel Rojas Rivas y representada por Camila Medina y Daniela Sosa Del Rio.

Es una comedia contemporánea que explora con frescura y humor las dinámicas emocionales entre amigas en plena crisis amorosa. La puesta en escena presenta un diálogo ágil y cotidiano, capturando eficazmente la complicidad femenina y la vulnerabilidad frente al desamor.

La trama sigue la noche caótica de Carla y Dai, dos amigas que intentan superar un desengaño amoroso de una de ellas mediante estrategias tan cómicas como desesperadas, desde falsos compromisos hasta rituales caseros improvisados. 

La pieza aborda con sátira el efecto de las redes sociales en las relaciones modernas, exponiendo cómo se vive y se muestra públicamente el duelo romántico en la actualidad.

La energía de las intérpretes sostiene la atención del público con un ritmo entretenido y dinámico. Destacan especialmente los momentos absurdos y divertidos, que funcionan gracias a la química evidente entre las actrices. 

A diferencia de la primera puesta en escena, en esta ocasión a las actrices se les notó más conectadas, cómodas con sus personajes y disfrutando plenamente sus roles, además de mostrar una conexión más fuerte entre ellas.

Milagros Guevara

25 de marzo de 2025

Crítica: TRAGAFORTUNA


La ludopatía en escena

En el marco de los últimos meses he tenido la oportunidad de conocer que en nuestro país existen buenos dramaturgos y directores de teatro, sobre todo que realzan la reducida industria teatral peruana que tenemos en el Perú. Este año, el teatro Británico apuesta por lo lúdico y nos presenta Tragafortuna, su más reciente producción bajo la dirección de Ernesto Barraza y la inteligente dramaturgia de Angelo Condemarin. Es que, sin duda alguna, en Tragafortuna hay mucho que aplaudir, desde la elección del texto que fue ganador del 9° Concurso de Dramaturgia Peruana 2024 “Ponemos tu Obra en Escena”, la selección del vestuario que muestra la interioridad de cada personaje, diseñado por Dania Granda, y la impecable escenografía a cargo de Raúl Arrospide. Asimismo, mencionar que cuando el texto es potente, este debe ser sostenido por un cuerpo actoral que dé la talla, y en este caso fue así, conformado este por Liliana Trujillo, Anaí Padilla, Brian Cano, Claudia Berninzon y Augusto Mazarelli.

En primer lugar, la historia nos habla un poco de la buena moral y la suerte a través de Carolina, una mujer de 48 años dedicada al amor por las tragamonedas. Para conseguir su objetivo de ganar el premio mayor, intenta convencer a Leonor, una mujer funcionaria pública que rescata ludópatas. Por un momento puede sonar un poco forzada esta introducción; sin embargo, me parece que la dirección de Barraza le da vuelta al texto, es coherente y acompaña de forma caricaturesca el timing del libreto.

Me parece interesante el diálogo que propone en escena la obra, puesto que es un montaje reflexivo que, a través del juego y personajes ocurrentes, habla de los vicios y las adicciones ludópatas. Lo hace, pero con mucho cuidado y sin caer en acciones forzadas o repetitivas. Por este motivo, es muy acertado que el símbolo de los “tragamonedas” se haya trasladado a la interpretación del personaje de Camilo mediante el cuerpo. Permite ver el lenguaje abstracto que el propio objeto quiere comunicar y la relación obsesiva que Carolina y Leonor llegan a tener con las máquinas. A partir de lo mencionado, destaco la buena expresión corporal de Cano, que por un momento llega a aparecer como un stripper, a través de los movimientos corpóreos que realiza. Pero sin duda alguna, es una de las máquinas que está en escena.

En las tablas existen personajes femeninos que son muy potentes. Desde Trujillo, interpretando a Carolina con una correcta exploración y construcción de personaje, actuando totalmente como una mujer amante del mundo de las tragamonedas, dispuesta a utilizar cualquier estrategia para convencer a quien sea con tal de su propio beneficio. También, Berninzon, que por un momento nos muestra esa inocencia que la caracteriza como persona y los personajes que ha interpretado, pero en otro momento nos muestra la otra cara del personaje, que es ocurrente y adictivo. Por otro lado, cuando aparece Padilla en escena interpretando al personaje de Martha, se puede observar que su trabajo es muy atinado para la selección de este personaje, puesto que logra mostrar al espectador ese coraje del propio personaje que es hambriento por el dinero. Sin embargo, también se observa a la misma Padilla en escena, como siempre con la buena presencia escénica que destaca en todas sus interpretaciones.

Los vicios y las adicciones son algo que nos pueden llevar a tomar muy malas decisiones, pero es interesante cómo Condemarin, a través de su escritura, nos cuenta un poco más de eso, es decir, la profundidad que tuvo el personaje de Carolina para caer en la ludopatía. Barraza aprovecha esta pintoresca historia para hacer una dirección que le dé forma al texto, mediante lo contemporáneo y lo realista. En general, un montaje fresco e innovador, lleno de personajes pantagruélicos que están listos para arrasar a todos los espectadores.

Juan Pablo Rueda

25 de marzo de 2025

lunes, 24 de marzo de 2025

Crítica: NI DE AQUÍ NI DE ALLÁ


La ambigüedad como estandarte

Tal y como la autoficción de la que se vale, Ni de aquí ni de allá ataca la incógnita sobre el origen de su autora con una exacerbada sensación de confusión, pero paradójicamente también con una muy presente claridad sobre el universo alrededor suyo y sus pertenencias.

La obra nos presenta a Claudia/Laura, una joven de familia amazónica que por cosas del destino y del centralismo nació en Lima y hoy también estudia ahí, queriendo ser actriz/astronauta. Su conflicto respecto a su verdadero origen es lo que mueve su viaje a través de diferentes cuadros que se intercalan entre la comedia autoconsciente, la costumbre amazónica (en especial la huayacha y la chachapoyana) y la construcción sincera y nostálgica de su protagonista y creadora. Este intercalado funciona en cuanto la comedia nunca llega a desconectarse del conflicto principal, y cada cuadro se vuelve una pieza para entender el viaje de la protagonista.La alternancia entre la persona real (Claudia) y la persona autoficcionada (Laura) nunca se vuelve demasiado confusa, la ruptura y el metateatro están bien explicados, aunque el insumo real de la vida de Tuesta hace que la alegoría de buscar ser astronauta se pierda un poco durante el desarrollo.

Claudia Tuesta, autora de la obra y quien en su estreno inicial en El Galpón Espacio fue la actriz principal, no pudo estar en estas nuevas funciones del Festival Saliendo de la Caja por motivos de salud. En su reemplazo, Nely Sáenz toma el papel manteniendo la autoconsciencia característica de la obra. Tuesta se mantiene a través de diversos archivos de video, y en un efecto curioso esto vuelve estas apariciones multimedia más potentes que al tener a Claudia en escena: Sáenz logra volverse su avatar a través de la voz y la energía de manera satisfactoria. Por su parte, Dan Fernández y Yahir Manosalva brillan en todas las partes cómicas con una buena dosis de carisma y química genuina entre ellos y con Sáenz, destacable en particular su escena sobre los juanes y las intervenciones con acento pituco, el sello de la obra para identificar el cambio entre Lima y Amazonas.

La obra le da una fuerte significancia a las cajas, símbolo de las encomiendas de una madre en provincia a una hija en la capital. Las cajas hacen igual aparición durante toda la obra, transformándose de elemento a elemento y construyendo una estética alrededor de las mismas, al mismo tiempo que la vestimenta y la escenografía blanca y pulcra. Otros elementos como los lentes para representar la pérdida de la identidad, las luces, las notas y las fotos, o los recursos de video ayudan a mostrar la claridad de la autora sobre la significancia de cada momento para su viaje interno. El único recurso que falla es la combinación entre la escenografía, con tres telas separadas de fondo, y los frecuentes videos que se proyectan y se fragmentan con las telas. La sensación de división, fragmentación y confusión se comprende bien, pero no deja de ser un distractor para entender los muy bien trabajados recursos de video.

Ni de aquí ni de allá enlaza su trama de querer ser astronauta viniendo desde la ceja de selva con una muy bella alegoría que ata la verdad de muchas de nuestras pertenencias: ninguna, todas, y unas cuantas muy cercanas a nuestro corazón peruano y desplazado. Con significancias bien pensadas y con fuerte potencial de desarrollo, Ni de aquí ni de allá es un fuerte abrazo a la historia migrante de nuestro país y nuestros jóvenes de las nubes.

José Miguel Herrera

24 de marzo de 2025

sábado, 22 de marzo de 2025

Crítica: AMOR DE VERANO


El amor sorprende

Amor de verano es una propuesta muy interesante, con tres divertidas y cortas obras de teatro enlazadas por una temática en común: las relaciones de pareja. 

En Sin filtros, una pareja se encuentra dispuesta a pasar un día de playa tranquilo, pero con mucha pasión; ese día se ve opacado por la aparición de una amiga. Debido a este suceso, saldrán a la luz secretos que generarán decisiones que lo cambiarán todo. En la puesta en escena podemos observar a dos actrices que han logrado complementarse en escena y guiar la historia con acciones claras y precisas. Está escrita por Tábata Fernández-Concha y dirigida por Lia Camilo, quienes han sabido guiar la obra de una manera muy amena.

¿A dónde vas? nos presenta a dos personas que se encuentran rumbo a una fiesta y allí desarrollan una divertida, pero al mismo tiempo romántica historia. Los actores muestran, sin duda, una química que permite que nos quedemos expectantes de principio a fin. Escrita por Federico Abril y dirigida por Carla Vadivia, ambos han insertado en la obra juegos escénicos que permiten una lectura de los lugares donde ocurre cada acto; estos dan dinamismo a la obra y permiten la percepción adecuada de la puesta en escena. 

Tsunami apocalíptico es una obra que nos cuenta el encuentro de dos desconocidos en una playa pública; cada uno con sus propios prejuicios, ambos tejen una divertida historia. No cabe duda de que los actores han logrado no solo complementarse, también han desarrollado acciones muy completas. Esta puesta en escena se sostiene y la acción dramática se configura de tal manera que puede seguirse; así mismo, permite que el público esté en constantes carcajadas. Escrita y dirigida por Airam Galliani, quien ha guiado esta comedia creando gags muy acertados; así mismo, el dinamismo es notorio.

En definitiva, Amor de verano es un espectáculo que genera muchas risas desde el inicio hasta el final, con muy buenas actuaciones, las cuales logran transmitir no solo historias divertidas, sino reflexivas puestas en escena. Nos llevan de la risa a la reflexión con una facilidad increíble, exponiendo nuestros prejuicios y sobre cuánto una decisión puede cambiar nuestra historia, etc. Es seguro que cada uno se llevará su propia reflexión, pero al final lo que en definitiva nos llevaremos todos será una gran sonrisa. Un espectáculo que vale la pena ver. 

Javier Gutiérrez

22 de marzo de 2025

jueves, 20 de marzo de 2025

Crítica: KORTAS – MARTES


Pasiones en escena 

Los martes en Teatro Barranco 2.0., KORTAS nos sumerge en cuatro microhistorias donde las pasiones humanas son el motor central. A través de distintos géneros y estilos, estas piezas nos llevan del frenesí a la desesperación, del absurdo al desencuentro, en una experiencia teatral intensa y variada.

El ritual de la euforia: la noche abre con una pieza de danza contemporánea dirigida y coreografiada por Almendra Retamal. Discotek nos envuelve en un trance visual y sonoro donde cinco cuerpos en escena se convierten en musas de la fiesta. Acompañada de un espectacular juego de luces y una banda sonora envolvente, la coreografía se ejecuta con precisión y potencia, capturando a la perfección la esencia dionisíaca del placer sin fin. Es, sin duda, una experiencia atrapante y bien lograda. En escena: María Paula Bañados, Chelsea Garibay, Adrian Gutierrez, Yenifer Mendoza y Mirka Rivera.

Cuando el pasado llama a la puerta: como segunda función de la noche, en ¿Volvemos?, Christian Paredes nos ofrece una versión libre de Casa de Muñecas, donde Cristina (Mane Acosta) regresa cinco años después para intentar reavivar lo que alguna vez tuvo con su ex, Marcelo (Daniel Cano). Al principio, la respuesta parece obvia: ¿cómo podría retomarse una relación después de tanto tiempo, sobre todo, cuando fue ella quien decidió marcharse? Pero conforme avanza la obra, los argumentos de ambos personajes se despliegan, sembrando la duda. ¿Realmente son tal para cual? ¿La perdonará? Y si lo hace, ¿por qué? Lo que comienza como un intento de reconciliación pronto se convierte en un duelo emocional, donde los silencios pesan tanto como las palabras. La química entre ambos actores es innegable, con Cano entregando una interpretación especialmente intensa, cargada de una rabia contenida que contrasta con la vulnerabilidad del personaje de Acosta. Esta, por su parte, dota a su personaje de una mezcla de determinación y fragilidad, mostrando la incertidumbre de quien regresa sin saber si aún tiene un lugar. La puesta en escena es sencilla, pero logra generar intimidad: nos sentimos como testigos incómodos de una conversación que debería pertenecer solo a ellos. La resolución, en cambio, sorprende con un giro casi cómico, rompiendo la tensión acumulada y recordándonos que a veces, el amor no se trata solo de sentimientos, sino de decisiones.

Cuando el absurdo llama a la puerta: Luis Fernando Hidalgo nos trae en Favor de Vecinos una comedia pícara que enfrenta a dos personalidades opuestas en una situación absurda. Humberto (Luifer) es un joven que solo busca tranquilidad, pero su nueva vecina, Nicole (Tami Takamura), irrumpe en su rutina con una petición inesperada que lo pone en una encrucijada tan ridícula como comprometedora. Desde el primer instante, el contraste entre los personajes marca el tono de la obra. Humberto, con su torpeza e incredulidad, es el blanco perfecto para las insinuaciones y bromas de Nicole, quien juega con la picardía y el misterio con una seguridad apabullante. Takamura se luce en este rol, manejando el humor con una mezcla de desparpajo y seducción que descoloca a su interlocutor, mientras Luifer, con su expresión de desconcierto permanente, complementa la dinámica con un timing cómico impecable. El ritmo es ágil, sin pausas innecesarias, y el texto se apoya en dobles sentidos, silencios estratégicos y una tensión cómica que va en aumento. El público no paró de reír, disfrutando de cada malentendido y de la manera en que la historia se desenvuelve hasta su hilarante clímax.

El clímax de la noche: la velada cierra con Reputación, escrita por María Belén Ochante, dirigida por Jorge Barriga e interpretada por Brayan Vílchez y Geral Angulo. La obra nos sumerge en un escenario tan incómodo como hilarante: un matrimonio que se encuentra en un prostíbulo, desencadenando una batalla de reproches, justificaciones y situaciones cada vez más delirantes. El conflicto entre Karolina (Angulo) y Sergio (Vílchez) avanza con un ritmo impecable, en el que cada réplica, cada gesto y cada pausa están perfectamente calculados para sostener la tensión cómica. La dirección de Barriga se siente precisa, permitiendo que el absurdo nunca opaque la autenticidad de los personajes. A pesar de lo extravagante de la premisa, la historia se siente extrañamente realista. Parte de esto se debe al trabajo de Vílchez y Angulo, quienes logran un equilibrio brillante entre el drama y el humor. Vílchez maneja la desesperación de Sergio con una energía creciente que lo hace cada vez más divertido, mientras que Angulo construye a Karolina con una determinación arrolladora que refuerza el caos de la situación. La química entre ambos actores es palpable, y su dominio del ritmo y el lenguaje corporal mantiene al público al borde de la carcajada en todo momento. Sin duda, Reputación se lleva el título de la mejor obra de la noche, dejando una última explosión de risas que cierra la jornada con broche de oro.

Daniela Ortega

20 de marzo de 2025

Crítica: ¿Y SI TE CANTO CANCIONES DE AMOR?


Una pena entre dos es menos atroz

Encajar en la sociedad y lo que esta espera de uno, a veces, puede ser desesperanzador y hasta doloroso. Incluso si tienes personas con las cuales sí puedes ser tú mismo y que te ayudan a sobrellevar los malos momentos; en ocasiones, la vida se empeña en hundirte más, y es cuando te enfrentas a la dura decisión de si continuar o no. 

Es basándose sobre esta premisa que el director Augusto Mazzarelli pone en escena la obra del dramaturgo Dino Armas, una comedia que, más allá de las risas, también trae consigo momentos de cierta melancolía y tristeza, pero sin caer en la saturación emocional del espectador. Pachi y Fidel, una pareja de amigos que han sido marginados por la sociedad por diferentes motivos, viven juntos y así han decidido pasar sus últimos días antes de Navidad, momento en el cual decidirán poner fin a sus penas. Ambos personajes nos demuestran, mediante sus dinámicas diarias, cuáles son sus heridas y traumas, además de cómo cargan con ellas de manera cotidiana; nos muestran sus momentos vulnerables, pero también los pequeños momentos en los que las penas dejan de pesar y la vida ya no les pinta tan gris.

La escenografía que acompaña la historia es bastante acogedora: una sala de departamento que está siendo decorada para Navidad y que es testigo de tanto sus discusiones como risas; cada elemento puesto en escena sirve para que cada personaje muestre rasgos de su personalidad o den pie a que cuenten ciertos momentos de sus vidas. Asimismo, otro de los elementos importantes y que justamente es lo que le da nombre a la obra es la música de Chavela Vargas, una selección de canciones de amor y dolor con cuyas letras ambos personajes se identifican, las viven y sienten.

Si bien al inicio daba la sensación de que faltara cierta naturalidad en la química de ambos personajes, después se van soltando y vas siendo cómplice de las dinámicas que aparecen sobre escena, incluso logrando empatizar con las situaciones y emociones por las cuales atraviesan. Destaca mucho el desarrollo que tuvo el personaje de Fidel, en el sentido de que se explora con profundidad el origen de sus heridas, y de una manera tan humana que logra conmover a más de uno en el teatro. Tanto David Carrillo como Verónica Miranda se van desenvolviendo sobre el escenario de manera progresiva y se van entregando de a pocos a sus personajes hasta lograr conectar con el público.

Un último aspecto interesante de la obra, y que el mismo director destaca, es este mundo contradictorio que Armas logra armar, y eso se evidencia en la “celebración” de una Navidad triste, y que ambos personajes son como el agua y el aceite, Fidel es ordenado y metódico, mientras Pachi es desordenada e improvisada; sin embargo, son contradicciones que no desentonan o que no son un obstáculo para la historia. Por el contrario, se complementan y enriquecen aún más la trama. Es una historia que te deja pensando en la vida y sus diferentes aspectos, los diferentes momentos que tocan vivir y cómo cada persona los transita de distinta manera, y cómo una buena amistad puede hacer la diferencia.

Barbara Rios

20 de marzo de 2025

lunes, 17 de marzo de 2025

Colaboración regional: TUPU


Un Encuentro de Mujeres Creadoras que Ilumina el Teatro Cusqueño

El Cusco, cuna de una riqueza cultural milenaria, se prepara para acoger un evento importante para escena teatral: TUPU, el Primer Festival de Mujeres Creadoras de las Artes Escénicas. Del 27 al 29 de marzo de 2025, este festival reunirá a talentosas creadoras del teatro cusqueño en un espacio que celebra la creatividad, la resistencia y la voz de la mujer en las artes escénicas.

Este encuentro se realiza en conmemoración del Día Mundial del Teatro y el Mes de la Mujer, fechas simbólicas que refuerzan la necesidad de visibilizar el aporte de las mujeres en la escena cultural. La iniciativa nace del esfuerzo independiente de un grupo de artistas escénicas comprometidas con la generación de espacios equitativos y representativos. Un festival que no solo busca consolidar la presencia femenina en la dramaturgia, dirección, interpretación y gestión teatral, sino que también se erige como un acto de amor y resistencia en un medio donde las mujeres aún deben luchar por ser escuchadas y reconocidas.

UN FESTIVAL CON IDENTIDAD Y PROPÓSITO

El nombre TUPU no es casualidad. Este término, cargado de significado en la cultura andina, representa el cierre del tejido que sostiene con firmeza lo que se lleva en la espalda. Como el tupu en el atuendo andino, este festival es un símbolo de unidad, un anclaje firme en medio de las adversidades. Resguarda la creación, el arte y la memoria de quienes, a través del teatro, dan forma a nuevas historias y resignifican la tradición cultural cusqueña.

En ese espíritu, las organizadoras del festival Adalid R. Rodríguez, Almendra Vivanco, Dalia Ivanova y Urpi Herrera, artistas independientes, buscan visibilizar y reconocer la creación de las mujeres en el teatro cusqueño. Mujeres que, con tenacidad y pasión, sostienen la escena con su arte, abriendo nuevos espacios en la dirección, la dramaturgia, la interpretación, la gestión y en las diversas tareas de la creación escénica.

UNA PROGRAMACIÓN DE ENCUENTRO Y CELEBRACIÓN

El Festival TUPU se desplegará en tres emblemáticos espacios culturales independientes de Cusco: Llaqta Café, La Esencia y CASA DARTE. La programación incluirá presentaciones teatrales, un conversatorio de reflexión sobre el rol de la mujer en las artes escénicas y un homenaje sorpresa a una destacada personalidad del teatro cusqueño.

Como parte de la cartelera del festival, se presentarán obras concebidas y llevadas a escena por talentosas creadoras cusqueñas, cuyas visiones y relatos darán vida a un espacio de encuentro y expresión cultural:

Nina Chaska – "Ese puerto existe"

Raísa Saavedra – "BABAS"

Tania Castro – "Cuando suenan los jiwayros"

Fátima Aguilar – "Llévame"

Anahí Araoz – "La Matto"

Yllay Terry – "Cajita Lambe Lambe"

Carmita Pinedo – "Conjuros"

Además de las funciones teatrales, se desarrollará el conversatorio "Desafíos de la Mujer Cusqueña en el Teatro", que permitirá un intercambio de experiencias entre creadoras, académicas y público. Este espacio de diálogo busca visibilizar los retos estructurales que enfrentan las mujeres en las artes escénicas y proponer estrategias para fortalecer su participación. Ponentes: Teresa Lastarria, Zulema Arriola, Milagros del Carpio, Ninoska Carbajal y Marisol Zumaeta.

Uno de los momentos más emotivos del festival será el Homenaje a Teresa Lastarria, una figura clave en el teatro cusqueño, cuyo trabajo ha sido fundamental para el desarrollo de la escena local. Este tributo busca reconocer su legado y su aporte a las nuevas generaciones de creadoras.


LA IMPORTANCIA DE UN FESTIVAL DE MUJERES EN CUSCO

En una ciudad con un legado cultural tan vasto como Cusco, la presencia de un festival exclusivamente dedicado a las mujeres creadoras es un hito fundamental. El teatro, desde tiempos inmemoriales, ha sido una herramienta de resistencia y transformación social, y las mujeres han desempeñado un papel crucial en esta lucha por la equidad y la representatividad. Sin embargo, su trabajo a menudo ha sido invisibilizado o minimizado. TUPU nace como un grito de reafirmación, como un escenario donde las mujeres no solo actúan, sino que también escriben, dirigen y producen sus propias historias.

Este festival, hecho con amor y autogestión, nos recuerda que la creación artística es también una forma de lucha y que cada función, cada texto y cada puesta en escena es una pieza más en la construcción de una cultura más inclusiva y diversa.

Para más información sobre la programación, el valor de las entradas y otros detalles del festival, pueden seguir sus redes sociales o escribir al correo electrónico: festivaltupu@gmail.com.

Cusco se viste de teatro y sororidad, y este festival se suma a los esfuerzos por dar mayor visibilidad a las creadoras en la escena escénica.

Que el TUPU sea el lazo que nos une en esta gran fiesta de las artes escénicas.

Miguel Gutti Brugman

Cusco, 17 de marzo de 2025

Crítica: EL BAÚL DE CIRCACIA


Juguetes en distintos colores

Hay pocos indicativos tan claros para una buena obra infantil como ver a los niños de la audiencia señalando “¡Se escondió por ahí!” con desesperación por ayudar a la protagonista. El baúl de Circacia vuelve a Perú logrando nuevamente este efecto, además de marcar los 10 años de La X Productora y los 19 años desde su primera presentación en Bélgica. Soledad Ortiz de Zevallos trae con este espectáculo una hora tierna a la vez que pícara de teatro, música y circo, y despierta en los niños de su audiencia el asombro y la empatía.

La obra parece funcionar en base a fases, en las que cada una marca una unidad dramática a la vez que un enfoque artístico distinto. Pasamos de la acrobacia circense al teatro físico, del zapateo al momento tranquilo de música. No hay nunca un estancamiento o una sensación de repetición. Cada parte mantiene además una virtuosidad física impecable, resultado de la formación de sus tres intérpretes. Me cuestiono si es sencillo para los niños seguir el hilo de la historia (en esencia, dos niños que se encuentran a una curiosa marioneta y aprenden a convivir con ella) entre cada cambio de estímulo, pues es a veces fácil perderse entre cada acrobacia. Lo resaltante es la capacidad del elenco para mantener en la acrobacia la personalidad de sus personajes, lo que quizás en esta propuesta es la parte más importante a resguardar para las infancias. Asimismo, la escenografía y la iluminación tenues y limpias evitan también llegar a esta sobreestimulación.

Es notoria la cantidad de experiencia que guarda Ortiz de Zevallos realizando el espectáculo. Atraviesa cada parte con soltura y naturalidad, y su personaje mantiene siempre la energía de la obra arriba. Su vínculo con la marioneta interpretada por Nicole Carrión es lo que mueve la mayor parte del conflicto, y ambas se colocan a la altura para llevar este a cabo. El personaje de Bibi de Daniel Hanashiro no tiene tanta agencia en la debacle además de muchas veces tener que colocarse entre ambas, pero su energía más tranquila hace que pueda acompañar el proceso de la protagonista de entender a la extraña marioneta. En tiempos de extremas diferencias es quizás invaluable el poder recordarle a los niños la importancia de las diferencias, y que pueden coexistir en nosotros el cariño a más de una persona, más de una realidad.

Los colores en el vestuario de cada personaje, diseñados para expresar sus personalidad opuestas, junto a sus distintas maneras de llevar el movimiento al extremo virtuoso, parecen entonces diseñados no solo como una herramienta para entretener a los niños y asombrar a lo adultos, sino para expresar esta plasticidad única que cada ser humano tiene, como distintos juguetes que se mueven distinto o distintos instrumentos que se escuchan en armonía. En la diferencia está la variedad, y también el valor agregado de esta linda obra.

José Miguel Herrera

17 de marzo de 2025

Crítica: EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS


Luz en la oscuridad: una historia de infancias y supervivencia

El pasado sábado 15 se presentó El Baile de las Luciérnagas, obra escrita por Karen Iberico y dirigida por Sisi Yesquén. A través de la mirada de tres niños en situación de calle —Pipe (Alvaro Valderrama), Dulia (Iberico) y Didi (Wedner Velasquez)—, la obra nos sumerge en una Lima caótica y pandémica, donde la inocencia y la dureza de la vida conviven en un delicado equilibrio.

En esta obra se nos presenta cómo cada uno de los niños carga con su propia historia y con su manera particular de enfrentar el mundo. Pipe, el “hermano mayor” del grupo, lidia con un miedo tan crudo como real: crecer y seguir atrapado en esas condiciones. A pesar de ello, desde su nobleza, demuestra su amor renunciando a lo poco que tiene en favor de los demás. Dulia, la “hermana del medio”, irradia energía y picardía; es valiente, traviesa y, a su manera, protectora. Y luego está Didi, el “hermano menor”, el más temeroso y tímido, pero con una chispa de esperanza que se manifiesta en su sueño de ser futbolista. 

La puesta en escena combina interacción con el público, monólogos, música y muchísimo juego, permitiéndonos explorar las capas más profundas de cada personaje. Más allá de sus carcasas, descubrimos sus miedos, carencias, anhelos y deseos más íntimos. Esta apertura emocional bien lograda genera un impacto genuino en el espectador, quien inevitablemente se encariña con ellos.

El Baile de las Luciérnagas no solo retrata una dura realidad, sino que la convierte en un llamado a la empatía y a la reflexión a través de una dramaturgia muy sentida. En palabras de la propia dramaturga, la obra nos invita a “pensar y ver lo que no vemos”, iluminando, como luciérnagas en la noche, aquello que solemos ignorar.

Daniela Ortega

17 de marzo de 2025

domingo, 16 de marzo de 2025

Crítica: PASO DE GATO TEATRO - OBRAS CORTAS


Nueva alternativa teatral en Barranco

Paso de Gato Teatro presenta un nuevo formato de obras cortas, bajo la dirección general de Ricardo Caffo; las funciones se llevan a cabo en el restaurante La Residencia, en Barranco.

Esta nueva alternativa se compone de tres obras en formato breve, las cuales se desarrollan en distintos ambientes, utilizando elementos de mobiliario, vestuarios, efectos sonoros y en algún caso proyecciones multimedia. Por otro lado, la dinámica de las propuestas es ágil y amena para el espectador.

Testamento, escrita por Caffo, nos presenta a dos hermanas que ejecutan un plan maquiavélico para beneficiarse de un bien heredado por su abuela, el cual se va desmoronando por los enredos que surgen a medida que avanza la trama, que se enriquece por los giros inesperados. Actúan Fiorella Flores y Rocío Olivera, quienes dotan a sus personajes de características y detalles particulares, dominando el código de humor con solidez.    

Por favor, de Marc Egea, nos sumerge en una pequeña radiografía del abuso de poder, la justicia y el comportamiento humano frente a los delitos. La audaz narrativa de Egea alude a la corrupción como el mal congénito de la sociedad, que parece funcionar como un círculo vicioso, donde no sabemos quién es quién. El elenco, conformado por Milagros López Arias y Duncan Torres, desarrolla sus roles con aplomo, mostrándonos las dos caras de una misma moneda. Sin duda, cualquier parecido con la realidad quizá no sea coincidencia. 

Finalmente, en El Papiro, de Yamil Sacin, una arqueóloga es confrontada por su mentor de infancia, un sacerdote que busca impedir la revelación de un manuscrito que podría remecer los cimientos de la iglesia. La historia gira en torno a la fe, los principios éticos y morales, los cuales se ven fuertemente cuestionados. Actúan Pedro Olortegui y Andinnia López-Cano, quienes conforman una dupla potente que diferencia claramente a sus personajes. ¿Acaso el fin justifica los medios?

Maria Cristina Mory Cárdenas

16 de marzo de 2025

Crítica: ROMEO


Los enredos de Romeo

En la obra de Shakespeare, Romeo ingresa a la fiesta de los Capuleto, familia en disputa con la suya, donde conoce a Julieta y se enamora de ella con solo verla y ella de él, y vivimos la historia del romance que termina trágicamente para ambos.

En esta adaptación libre y contemporánea de Sandra Jimena, en tono de comedia, que nos entregan Free Mistakes y Alumbra Producciones, Romeo ocupa el centro de la historia. La disputa entre los Capuleto y los Montesco queda detrás del conflicto de identidad de Romeo. Lo encontramos charlando con Julieta en un departamento moderno, lo que nos sugiere su atemporalidad. Esta vez las alcahueterías del Fray Lorenzo no servirán para unir a Romeo y Julieta - como tampoco sirvieron en la obra clásica - sino que enredan más las cosas, como también contribuye a la confusión de Romeo, la participación de su amigo Mercucio.

¿Quién es Romeo? Se pregunta él mismo y gracias a un juego de confusiones se desdobla en tres Romeos o, más exactamente, en dos Romeos y una Romea, aunque ella también es Romeo ¿o no? Aunque inicialmente el texto no explica muy claramente esta confusión, el desarrollo de las escenas muestra los conflictos internos de cada Romeo y llegamos al clímax de esa búsqueda de identidad con una resolución inesperada.

Un fugaz duelo de espadas y la breve aparición del célebre balcón de Julieta nos recuerdan el origen de la historia. Luego, el texto es libre, ligero, contemporáneo y matizado con toques de ironía o ligeras exageraciones propias de una comedia.

Bajo una buena dirección de Sandra Jimena, el elenco asume con evidente entusiasmo sus respectivos roles. Son actrices y actores en formación y han logrado una puesta equilibrada. Aun así, resaltan las actuaciones de las actrices Micaela Chamorro (Julieta) y Naysha Wankun (Romea) y de Joseph Catalán, como un atormentado y confuso Fray Lorenzo.

La puesta de esta obra en el teatro Ricardo Blume (Jr. Ica 323) ratifica la importancia de este centro cultural para apoyar el desarrollo del teatro.

David Cárdenas (Pepedavid)

16 de marzo de 2025

sábado, 15 de marzo de 2025

Crítica: PROM


Reencuentro

Prom es una obra de teatro escrita por Salvatore Reátegui, cuya trama gira en torno al encuentro de cuatro amigos, los cuales, entre risas, mucha emoción y nostalgia, nos cuentan sus vivencias escolares, recordando no solo buenos momentos, sino también aquellos de decepción, amor y dificultades familiares.

No cabe duda de que la obra está llena de mucha energía, dinamismo y humor; desde el inicio, la obra sorprende con un ingreso muy peculiar para cada personaje. Ellos interactúan con el público, lo cual hace que la puesta se vuelva muy dinámica. En este punto, cabe resaltar que cada uno de los actores ha sabido dotar de características particulares a cada uno de sus personajes, logrando distinguir claramente el rol de cada uno en la puesta en escena, así como de hacer notar de manera muy clara la trama íntima de cada personaje. En algunos momentos se siente que algunas acciones no son muy claras, pero en general han logrado cumplir con los objetivos de cada personaje, consiguiendo así la fluidez de la puesta en escena. 

Esta obra está dirigida acertadamente por Andrea Romero, quien ha logrado que esta propuesta tenga los momentos oportunos para insertar la comedia; así mismo, ha logrado dar esa atmósfera de reencuentro de amigos de promoción, generando que la obra escale en el desarrollo de la trama, logrando estar a la expectativa de cada acción que ocurre en el escenario; todo ello para al final sorprender con un giro inesperado de la historia, dejándonos a todos cautivados. 

En cuanto a la parte técnica, la música, en algunos instantes, estuvo un poco fuerte; las luces y el escenario complementaron la obra, brindando el ambiente necesario para cada escena. Aunque no posee una gran escenografía, esta fue la necesaria para ubicarnos en el espacio en el que se desarrolló cada acto.

No cabe duda de que recordar las épocas de colegio nos puede traer a la memoria muchas anécdotas y generar distintas emociones; por ello, si deseas recordar con alegría, nostalgia y mucha emoción tus épocas doradas, te invito a Prom, una obra de teatro con un final inesperado. 

Javier Gutiérrez

15 de marzo de 2025

jueves, 13 de marzo de 2025

Crítica: KORTAS - MIÉRCOLES


Conectando con el público a través del humor

Los miércoles de marzo se llenan de risas y complicidad en el Teatro Barranco, con cuatro obras en formato breve que abarcan temas como el amor o dilemas en el ambiente laboral, etc. Cada una de ellas con una duración de 15 minutos, tiempo justo y necesario para crear situaciones cómicas con las que de seguro más de un espectador se podrá identificar de alguna forma o quisiera experimentar.

La obra Sala de espera se encarga de inaugurar la velada con dos actrices en escena, que interpretan un encuentro casual, justamente, en la sala de espera de un consultorio psicológico. En el transcurso de la historia, ambos personajes exponen la razón por la cual están ahí, logrando las primeras carcajadas entre el público y preparando el terreno para las obras siguientes. El dialogo está construido de manera que el espectador esté siempre entretenido y atento a lo que cada personaje hará; no es que busque despertar empatía específicamente o alguna reflexión, pero eso no resta el hecho de que sea una situación bien construida. Además, la escenografía estuvo bastante bien, usaron bien el espacio y los elementos para una buena ambientación, sin necesidad de grandes elementos.

La segunda obra, El síndrome de la abeja reina, nos pone en una situación con la que uno fácilmente se puede sentir identificado, pues se trata de un ambiente laboral hostil en el que alguien con un puesto alto trata de manera despectiva a alguien de menor rango. Sin embargo, lo peculiar de esta historia es que mezcla la realidad con la fantasía, por así decirlo, recurso por el cual destaca de las cuatro obras presentadas. Al igual que la anterior, cuenta con una escenografía simple, pero funcional para los propósitos de la historia.

La tercera presentación, Es de noche otra vez, contó con una excelente iluminación y ambientación; asimismo, la química entre ambos actores fue muy buena, de verdad se sentía como si se conocieran de toda la vida. En un momento rompen la cuarta pared, y es precisamente eso lo que destaca a esta obra de las demás, diría que hasta es la que generó más emoción entre los espectadores.

La cuarta y última obra, Eterno placer, es un buen cierre para un conjunto de obras cómicas. La dinámica entre ambos actores fluía bastante bien, ambos se prestaban para la situación y eran cómplices de lo que pasaba, se adueñaron de los diálogos para jugar con ellos e incluir al público en dicho juego. Si bien la ubicación de los asientos no permitía que se viera del todo bien el escenario, los elementos que había era los justos y necesarios, nada sobraba ni faltaba.

Son obras que demuestran que no hace falta de una historia de extensa duración para contar y desarrollar bien una determinada situación y lograr conectar con el público a través del humor.

Barbara Rios

13 de marzo de 2025

Crítica: STAR SHOW & INVASORES


Un viaje inmersivo al espacio y al arte del teatro de objetos

El evento Temporada Alta presentó a la compañía francesa Bakelite con dos de sus espectáculos más aclamados: Star Show e Invasores, los días 17 y 18 de febrero en el Teatro de la Alianza Francesa de Miraflores. Ambas obras, en formato de microteatro, exploran el teatro de objetos y las aventuras espaciales. La dirección e interpretación de ambos espectáculos estuvo a cargo de Olivier Rannou, miembro fundador de Bakelite. Mientras que Star Show contó con la actuación de Alan Floc’h; la siguiente pieza Invasores fue interpretada por el propio Rannou. Ambas propuestas se configuran como experiencias inmersivas y desafiantes, donde los actores despliegan su creatividad e histrionismo, invitando al espectador a un mundo donde la imaginación es la protagonista.

Al ingresar a la sala, Floc’h ya nos recibe en el escenario, solemne y expectante, esperando la tercera llamada para dar inicio a su aventura espacial. Así arranca Star Show, una obra que, con un solo actor en escena, utiliza objetos y cientos de imágenes proyectadas para transportar al público a un viaje intergaláctico. En este montaje, los objetos se convierten en los verdaderos protagonistas, y cada escena se teje con la precisión de los movimientos de Floc’h, mientras la iluminación, cuidadosamente combinada, acompaña de manera impecable la narrativa visual.

Siguiendo con la propuesta artística de Bakelite, Invasores continúa explorando el fascinante mundo del teatro de objetos. En esta obra, Rannou asume la interpretación de un personaje inquietante y enigmático, guiando al público a través de un relato en el que cada acción tiene consecuencias cósmicas, como un dios extraterrestre que altera el equilibrio de la Tierra. Al igual que en Star Show, la precisión en cada movimiento y en la iluminación se suma a la atmósfera fantasmagórica de la pieza, mientras que la ejecución de los objetos y el vestuario revelan el meticuloso trabajo artístico detrás de la obra. En Invasores, cada gesto de Rannou es clave para construir un universo que invita a la reflexión y mantiene al público cautivo.

Ambos espectáculos están impecablemente constituidos: desde el vestuario hasta la iluminación, pasando por la actuación y la ejecución precisa de cada objeto en escena. Todo esto genera una inmersión única, invitando al espectador a abrir su mente y dejarse llevar por un sinfín de imágenes y sensaciones. La minuciosidad de la dirección de Rannou se refleja en cada decisión, ofreciendo un espectáculo completo, fascinante y lleno de detalles. Es imposible no esperar con ansias una pronta reposición en las salas peruanas.

Abigail Salvador Jaime

13 de marzo de 2025

miércoles, 12 de marzo de 2025

Crítica: LOS CARACOLES


Ribeyro a través del Lente de Manuel Gold: Una nueva mirada mediante el 
humor, poder y frescura para el Teatro Peruano

En algún lugar del Tercer Mundo llega a las tablas del Nuevo Teatro Julieta Los caracolesfarsa fúnebre escrita por Julio Ramón Ribeyro en 1964. Como siempre, la verdad y el teatro no gozan de mucha visibilidad en nuestro país; al contrario, la obra fue censurada durante muchos años, tanto que nadie se atrevió a montarla. Sin embargo, en 2024, Manuel Gold tuvo la increíble osadía de llevar a escena este texto para desempolvarlo, marcando su debut como director. Con Los caracoles, logró una temporada exitosa. Volviendo al presente, este jueves 27 de febrero se llevó a cabo el reestreno de esta producción, nuevamente bajo la dirección de La Ira Producciones.

En primer lugar, me parece súper vistoso la elección de la obra, puesto a que muchos no conocen al flaco por escribir obras, sino por sus cuentos y poemas. Asimismo, la reducida cantidad de actores que se encuentran en escena, al principio puede sonar retador montar un texto que tiene muchos años y que además tiene más de catorce personajes con solo cuatro actores en escena. De igual manera, considero que esta propuesta fue muy acertada, debido a que los actores que estuvieron en escena son tan versátiles, ágiles y ocurrentes como está escrito en la propia dramaturgia. Por esta misma razón, Gold no solo se preparó para su debut como director, sino que se respaldó de un buen equipo actoral, entre ellos Miguel Iza, Sebastián Monteghirfo, Guísela Ponce de León, Renato Rueda y Jely Reátegui.

Tras la tercera llamada, que por cierto fue muy al estilo caracol, se observa a Iza interpretando a Oblitas Paz, sentado en un banco ubicado "en algún lugar", para comenzar a narrar el primer cuadro de la obra, rompiendo absolutamente el espacio ficticio del personaje interactuando con el espectador. En ese instante, se percibe que el texto está siendo renovado al combinarlo con propuestas contemporáneas pertenecientes al nuevo teatro. La dirección de Gold me parece acertada, ya que, teniendo en cuenta las situaciones caricaturescas propuestas por Ribeyro, estas cobran un sentido renovado en el contexto actual. Los actores aprovechan ese tono para dar vida a los conflictos del hotel El Trópico con su nueva competencia, La Isla del Viejo Roble. A partir de este dilema, el gerente y el secretario se ven amenazados por dicho hotel y hacen hasta lo imposible para evitar ser devorados como unos caracoles.

Monteghirfo y Reátegui crean una complicidad de escucha activa que, desde las tablas, le permiten al espectador leer muy entretenidamente todos sus movimientos perversos y ocurrentes. Por otro lado, Ponce de León, Iza y Rueda complementan este enredo humorístico, eso sí, cada uno con su versatilidad dentro de su personaje y con una presencia escénica destacada. Es así que mientras observaba, me di cuenta de que existía un mecanismo en cuanto las relaciones entre los personajes; esta convención tiene que ver con las relaciones de poder que mayormente se encuentran en obras del teatro latinoamericano. La relación entre víctima y victimario: este mecanismo es una característica muy propia del teatro de Ribeyro y me parece acertado que el propio elenco lo haya encontrado para repotenciarlo y sacarle brillo a cada uno de los personajes. Me gustaría hacer un paréntesis para destacar la actuación de alguien, pero me quedaría insatisfecho, ya que los cuatro saben cómo conquistar a su público y arrancar carcajadas con sus interpretaciones.

No obstante, me parece necesario destacar la excelente dirección de arte que tiene la obra, al apostar por vestuarios pintorescos muy acorde a la estética propuesta y también hacer mención especial sobre la ecoescenografía que se propone, puesto que es ecológica, minimalista y estratégica, para que los actores realicen los mismos cambios durante las escenas; por cierto, una forma muy inteligente de abordar los once cuadros. Es oportuno que Gold haya tenido en cuenta este recurso para ser su primera dirección, ya que hizo que la propuesta sea fresca y renovada.

En resumen, Gold aprovecha la escritura atemporal de Ribeyro para, junto a los actores, enriquecerla, haciendo que esas situaciones abstractas del tiempo pasado resuenen con los conflictos del ahora que atraviesa la sociedad peruana. En general, la puesta de escena es una tremenda experiencia visual, llena de personajes y actores caricaturescos que fácilmente acompañan el ritmo de cada escena. Sin duda alguna, esta es la forma de saber limpiar el texto a través de las nuevas miradas dentro del teatro contemporáneo. Un montaje muy bien pensado y sobre todo muy a la altura del texto original.

Juan Pablo Rueda

12 de marzo de 2025

martes, 11 de marzo de 2025

Crítica: EMBARCANDO


Exiliándose del desamor

La vida siempre es un viaje. Para algunos la trayectoria es cómoda y segura. Para otros, un constante exilio. Y siempre hay un primer viaje, a veces solo interior, pero necesario. En Embarcando, una joven toma sus maletas para buscar un mundo diferente, porque este se ha vuelto una pesadilla.

Ingresamos mucho antes de la primera llamada. El escenario es el dormitorio de una típica adolescente: ropas por los suelos, la cama destendida y un playlist de canciones para morir de amor que nos empieza a ablandar. Entra Emilia y por largo rato permanece allí, sobre la cama, sufriendo sus temas favoritos hasta desgarrarse entre recuerdos. La obra no empieza con la tercera llamada, sino en el momento que ingresamos a ese mundo caótico que es la habitación de la joven, que nos introduce a su universo. 

La ropa tirada y la maleta crean esa atmósfera de desesperanza que queda cuando una relación termina mal. Un par de prendas que alterna, en ponerse y quitarse, una y otra reiteradamente expresa los cambios de ánimo, casi una obsesión en la búsqueda de la armonía, cada vez más lejana. Embarcando no es solo una historia de desamor o de una relación tóxica, sino un llamado de alerta para enfrentar la violencia, física y psicológica, de una pareja que representa a todo un sistema patriarcal que provoca la rebeldía de Emilia.

Entre canción y canción, el tiempo pasa y de pronto han sido sesenta minutos de movimiento y entrega. El ritmo de la obra no decae en ningún momento, ni la tensión tampoco, gracias a una muy buena dirección de Cinthya Bravo.

Hacer teatro musical usando pistas de canciones como cuando vas a un karaoke conlleva varios riesgos: que la duración de los temas afecte el ritmo e intensidad de la obra, que limite o confunda el texto de la puesta con las historias de las canciones, que las actrices y actores las interpreten sin carácter o, peor, que las canten mal. Felizmente, a pesar de ser un unipersonal, Embarcando es un musical en el cual Valeria Azabache demuestra, además de sus dotes de actriz que domina el escenario, las de cantante que ya ha pasado por la experiencia del teatro musical, aunque es la primera vez que la vemos en un unipersonal. Mérito aparte es que ella también hizo el texto, ágil y sencillo, que construye una historia, como un testimonio personal, para que así lo sienta quien se sienta tocada y termine cantando con ella.

Embarcando tendrá dos funciones más los días 15 y 16 de marzo en el Teatro Sala Tovar (Calle Manuel Tovar 255, Miraflores).

David Cárdenas (Pepedavid)

11 de marzo de 2025