jueves, 20 de marzo de 2025

Crítica: KORTAS – MARTES


Pasiones en escena 

Los martes en Teatro Barranco 2.0., KORTAS nos sumerge en cuatro microhistorias donde las pasiones humanas son el motor central. A través de distintos géneros y estilos, estas piezas nos llevan del frenesí a la desesperación, del absurdo al desencuentro, en una experiencia teatral intensa y variada.

El ritual de la euforia: la noche abre con una pieza de danza contemporánea dirigida y coreografiada por Almendra Retamal. Discotek nos envuelve en un trance visual y sonoro donde cinco cuerpos en escena se convierten en musas de la fiesta. Acompañada de un espectacular juego de luces y una banda sonora envolvente, la coreografía se ejecuta con precisión y potencia, capturando a la perfección la esencia dionisíaca del placer sin fin. Es, sin duda, una experiencia atrapante y bien lograda. En escena: María Paula Bañados, Chelsea Garibay, Adrian Gutierrez, Yenifer Mendoza y Mirka Rivera.

Cuando el pasado llama a la puerta: como segunda función de la noche, en ¿Volvemos?, Christian Paredes nos ofrece una versión libre de Casa de Muñecas, donde Cristina (Mane Acosta) regresa cinco años después para intentar reavivar lo que alguna vez tuvo con su ex, Marcelo (Daniel Cano). Al principio, la respuesta parece obvia: ¿cómo podría retomarse una relación después de tanto tiempo, sobre todo, cuando fue ella quien decidió marcharse? Pero conforme avanza la obra, los argumentos de ambos personajes se despliegan, sembrando la duda. ¿Realmente son tal para cual? ¿La perdonará? Y si lo hace, ¿por qué? Lo que comienza como un intento de reconciliación pronto se convierte en un duelo emocional, donde los silencios pesan tanto como las palabras. La química entre ambos actores es innegable, con Cano entregando una interpretación especialmente intensa, cargada de una rabia contenida que contrasta con la vulnerabilidad del personaje de Acosta. Esta, por su parte, dota a su personaje de una mezcla de determinación y fragilidad, mostrando la incertidumbre de quien regresa sin saber si aún tiene un lugar. La puesta en escena es sencilla, pero logra generar intimidad: nos sentimos como testigos incómodos de una conversación que debería pertenecer solo a ellos. La resolución, en cambio, sorprende con un giro casi cómico, rompiendo la tensión acumulada y recordándonos que a veces, el amor no se trata solo de sentimientos, sino de decisiones.

Cuando el absurdo llama a la puerta: Luis Fernando Hidalgo nos trae en Favor de Vecinos una comedia pícara que enfrenta a dos personalidades opuestas en una situación absurda. Humberto (Luifer) es un joven que solo busca tranquilidad, pero su nueva vecina, Nicole (Tami Takamura), irrumpe en su rutina con una petición inesperada que lo pone en una encrucijada tan ridícula como comprometedora. Desde el primer instante, el contraste entre los personajes marca el tono de la obra. Humberto, con su torpeza e incredulidad, es el blanco perfecto para las insinuaciones y bromas de Nicole, quien juega con la picardía y el misterio con una seguridad apabullante. Takamura se luce en este rol, manejando el humor con una mezcla de desparpajo y seducción que descoloca a su interlocutor, mientras Luifer, con su expresión de desconcierto permanente, complementa la dinámica con un timing cómico impecable. El ritmo es ágil, sin pausas innecesarias, y el texto se apoya en dobles sentidos, silencios estratégicos y una tensión cómica que va en aumento. El público no paró de reír, disfrutando de cada malentendido y de la manera en que la historia se desenvuelve hasta su hilarante clímax.

El clímax de la noche: la velada cierra con Reputación, escrita por María Belén Ochante, dirigida por Jorge Barriga e interpretada por Brayan Vílchez y Geral Angulo. La obra nos sumerge en un escenario tan incómodo como hilarante: un matrimonio que se encuentra en un prostíbulo, desencadenando una batalla de reproches, justificaciones y situaciones cada vez más delirantes. El conflicto entre Karolina (Angulo) y Sergio (Vílchez) avanza con un ritmo impecable, en el que cada réplica, cada gesto y cada pausa están perfectamente calculados para sostener la tensión cómica. La dirección de Barriga se siente precisa, permitiendo que el absurdo nunca opaque la autenticidad de los personajes. A pesar de lo extravagante de la premisa, la historia se siente extrañamente realista. Parte de esto se debe al trabajo de Vílchez y Angulo, quienes logran un equilibrio brillante entre el drama y el humor. Vílchez maneja la desesperación de Sergio con una energía creciente que lo hace cada vez más divertido, mientras que Angulo construye a Karolina con una determinación arrolladora que refuerza el caos de la situación. La química entre ambos actores es palpable, y su dominio del ritmo y el lenguaje corporal mantiene al público al borde de la carcajada en todo momento. Sin duda, Reputación se lleva el título de la mejor obra de la noche, dejando una última explosión de risas que cierra la jornada con broche de oro.

Daniela Ortega

20 de marzo de 2025

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