Luz en la oscuridad: una historia de infancias y supervivencia
El pasado sábado 15 se presentó El Baile de las Luciérnagas, obra escrita por Karen Iberico y dirigida por Sisi Yesquén. A través de la mirada de tres niños en situación de calle —Pipe (Alvaro Valderrama), Dulia (Iberico) y Didi (Wedner Velasquez)—, la obra nos sumerge en una Lima caótica y pandémica, donde la inocencia y la dureza de la vida conviven en un delicado equilibrio.
En esta obra se nos presenta cómo cada uno de los niños carga con su propia historia y con su manera particular de enfrentar el mundo. Pipe, el “hermano mayor” del grupo, lidia con un miedo tan crudo como real: crecer y seguir atrapado en esas condiciones. A pesar de ello, desde su nobleza, demuestra su amor renunciando a lo poco que tiene en favor de los demás. Dulia, la “hermana del medio”, irradia energía y picardía; es valiente, traviesa y, a su manera, protectora. Y luego está Didi, el “hermano menor”, el más temeroso y tímido, pero con una chispa de esperanza que se manifiesta en su sueño de ser futbolista.
La puesta en escena combina interacción con el público, monólogos, música y muchísimo juego, permitiéndonos explorar las capas más profundas de cada personaje. Más allá de sus carcasas, descubrimos sus miedos, carencias, anhelos y deseos más íntimos. Esta apertura emocional bien lograda genera un impacto genuino en el espectador, quien inevitablemente se encariña con ellos.
El Baile de las Luciérnagas no solo retrata una dura realidad, sino que la convierte en un llamado a la empatía y a la reflexión a través de una dramaturgia muy sentida. En palabras de la propia dramaturga, la obra nos invita a “pensar y ver lo que no vemos”, iluminando, como luciérnagas en la noche, aquello que solemos ignorar.
Daniela Ortega
17 de marzo de 2025
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