miércoles, 31 de agosto de 2022

Crítica: LA CAMA ES EL RING


Comedia de trazo grueso

Debemos siempre partir, al redactar una reseña teatral, que las preferencias del público siempre serán variadas e impredecibles. Y que además, todas ¡todas! ellas deben ser respetadas. Espectáculos hay, literalmente, para todos los gustos y subjetividades. Que lo que puede parecer bueno sobre el escenario para algunos, no lo es para otros. Y que todos tienen la razón y a la vez, ninguno la tiene. Que existe público para toda clase de puestas en escena y que subestimar una determinada manera de hacer teatro será la eterna trampa en la que no deberían caer los comunicadores responsables. El género de la comedia es usualmente el más menospreciado, pero ¿acaso es fácil hacer reír al respetable? Pues la última función de La cama es el ring del colectivo Rompetabla Teatro cumplió su cometido al entretener a todo el público, sentado y de pie, que abarrotó El Galpón Espacio de Pueblo Libre.

Escrita por Luis Felipe Vivas, el espectáculo está conformado por numerosos sketches que siguen las picantes aventuras y desventuras por separado de tres parejas de esposos: los “calenturientos” recién casados; los que llevan ya años de matrimonio, con las dudas en aumento y la paciencia en descenso; y los veteranos que ya no se soportan. El planteamiento escénico juega decididamente en contra, pues las secuencias se agrupan en varios rounds (sobre diversos temas de pareja), con los actores entrando y saliendo reiteradamente del escenario por la platea en interminables turnos, ante la ausencia de bastidores. Una innecesaria voz en off comenta lo ya visto en cada escena y adelanta la que viene. Los personajes caen redondos en el estereotipo, además de abusarse del doble sentido y el lenguaje procaz.

Sin embargo, la respuesta del público fue abrumadora y esa será siempre la mejor recompensa al trabajo exhibido. Desde la misma difusión del afiche, se sabe qué formato y estilo de espectáculo se va a apreciar. Y a qué público va dirigido. A destacar a los actores Miriam Contreras, Armando Rivas, Keyfrer Collantes, Sheila Cabrejos, The One Matt y Dayana Carrillo (esta última, adaptadora y directora del montaje); todos ellos supieron sacar adelante sus personajes con humor y carisma. La escenografía, con la cama simulando estar en vertical, fue funcional y bien pudo ser más aprovechada. Felicitaciones al colectivo Rompetabla Teatro 2022 por esta primera aventura llamada La cama es el ring y recomendamos, por cierto, ir subiendo gradualmente la complejidad y el riesgo en sus montajes a futuro.

Sergio Velarde

31 de agosto de 2022

lunes, 29 de agosto de 2022

Entrevista: ANGELA SOLIS, ALEJANDRO TAGLE y OLGA ACOSTA


Actores de la Ensad en El misántropo

La conmemoración por los 400 años del nacimiento del notable autor y poeta francés Molière ha traído al escenario de la Alianza Francesa de Lima la imponente puesta en escena El misántropo, bajo la dirección de Jean Pierre Gamarra; temporada que sin duda viene recibiendo la acogida del público. Esta coproducción de la Alianza Francesa de Lima, la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD) y Éxodo Teatro cuenta con un sólido elenco conformado por Fernando Luque, Amaranta Kun, Óscar Yepez, Anahí Padilla, Alonso Cano, Olga Acosta, Diego Pérez, Alejandro Tagle y Angela Solis.

La obra nos muestra la vigencia de la temática de los textos clásicos, que nos confrontan con una sociedad todavía hipócrita y dividida, frente a lo que se considera bueno o malo. Oficio Crítico conversó con los jóvenes actores que representan a las canteras de la ENSAD en este exitoso montaje.

Cuéntenos un poco acerca de su experiencia profesional.

Angela Solis: “Soy actriz, cantante e intérprete, formada en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD) y The Baron Brown Studio de los Ángeles; también he hecho clown, improvisación, ballet, teatro físico y he tenido maestros como Leonardo Torres Vilar, Katherina D´onofrio, Raúl Teba (España), Francisco Bass (Argentina), Natacha Koss (Argentina), Juan Pablo Rincón (Colombia), Elaine Williams (US), Fin Morrell (UK), Corey Campbell (UK), entre otros. He protagonizado “Despertar de Primavera”, en el Teatro Roma, bajo la producción de la ENSAD; “Antígonas”, dirigida por Angela Mesa (España); “Antígona” de Jean Anouilh, dirigido por Haysen Percovich; “Welcome to a very bloody birthday party”, dirigida por Nina Goldsworthy (UK), entre otros. Actualmente, me formo en técnica operística y canto lírico”. 

Alejandro Tagle: “Soy actor egresado de la IX promoción de “El Estudio” de Leonardo Torres Vilar, estudiante del cuarto año de la carrera de actuación en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD). Ganador del concurso “Dramaturgia Joven” realizado por la ENSAD (2021). He culminado diversos talleres de actuación (técnica Meisner), teatro musical, técnica corporal, dramaturgia y actuación para la cámara, con Henry Gurmendi, Marcela Pardón, Eugenio Barba, Norma Martínez, Leonardo Torres, Katherina D’onofrio, etc. He realizado las obras “Somos libres”, “El jardín de los cerezos”, “Oliver Twist”, “Inopia”, etc. Actualmente participo en la obra “El misántropo”. He coprotagonizado el cortometraje “Este no soy yo” (DAFO), “La hija del dragón”, “Corbata”, etc. También, soy asistente de dirección en la obra “La vida es sueño”, dirigida por Jean Pierre Gamarra.

Olga Acosta: “Además de mi formación en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD), también he estudiado en Aranwa Teatro; en el TUC, antes de que fuera la FARES, y en el taller de Roberto Ángeles. He participado en obras como “Collacocha”, “Un mar de mieles”, “La pícara suerte”, “Bicentenaria” (Inauguración Sala de Parto 2017), a cargo de directores como Mateo Chiarella, Rómulo Assereto, Marianella Morena (Uruguay), entre otros; además, formo parte de un colectivo teatral llamado El Patio Colectivo Escénico, en el cual también he participado profesionalmente como actriz y directora. Actualmente, estamos preparando nuestro próximo proyecto a estrenar en noviembre de este año, y seguimos gestionando más proyectos”.   


¿Cómo ha sido su proceso creativo para este montaje? (El casting, preparación del personaje, etc.)

AS: “Fue interesante y muy divertido. Mi personaje Vasco, después apodado como “La tía Damis” por ser muy “Damis” que suena a “dama”, lo basé en imágenes y en un trabajo corporal que justamente derivaron de aquellas inspiraciones. Para ello recurrí en las poses de Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Betty Boop, en la mirada de la modelo pop Twiggy, por lo cual también se recurrió al maquillaje gracias al director de escenografía y vestuario, y en otros personajes femeninos que combinan dulzura, status, soberbia, y engreimiento. En cuanto al casting, la oportunidad se dio cuando menos lo esperé y sorpresivamente. Ha sido un gran placer conocer a un director joven como lo es Jean Pierre, formado en Argentina y Europa y que tiene experiencia en diversos países, y en sí a todo el equipo de la Alianza Francesa. Me ha permitido aprender muchísimo y yo espero también haber dejado mi granito de arena en sus corazones. Asimismo, rescato el trabajo de Lorenzo Albani, a quien hay que hacerle una mención honrosa, por su calidad artística y humana que ha tenido con todos los actores. Para mí, Jean Pierre y él han sido como unos padres, unos hermanos mayores, y junto al elenco hemos tenido la total confianza de darlo todo y compaginarnos, se ha formado un vínculo profesional y amical precioso, realmente los quiero mucho, infinitamente agradecida”.           

AT: “Ha sido un proceso muy divertido, de aprendizaje y nuevos descubrimientos. Ver a mis compañeros afrontando sus personajes situaciones, verlos proponer y hacer, verlos ser dirigidos y contratando ideas fue sumamente enriquecedor, se aprende muchísimo de los grandes actores y personas que te rodean. La he pasado muy bien. En cuanto a mi personaje, fue un poco difícil y divertido encontrarlo, ya que siempre estaba proponiendo algo nuevo y cuando sentía que estaba bien, seguía buscando más. Jean Pierre, el director, fue bastante pertinente con sus acotaciones y los resultados se pueden ver escena. Al final, encontré lo tanto estaba buscando”.

OA: “En cuanto a mi proceso para este montaje, ha sido retador, porque el texto es en verso, entonces, hay una musicalidad intrínseca en el texto, la cual el director nos pedía constantemente que no perdiéramos. De hecho, comenzamos  trabajando la musicalidad, antes que cualquier otra cosa, antes que la acción o la intención, y creo que eso ha sido bastante bueno, porque ha permitido que en la puesta en escena eso esté presente y no se pierda, que esté internalizado en cada actor. Respecto al casting, yo lo vi por la página de la ENSAD, y me puse a investigar un poco sobre del director, sobre la obra a montar, también sobre lo que pedían en el casting, porque pedían un monólogo de un texto clásico, y me llamó mucho la atención, me encanta el teatro clásico, así que me animé a hacer el casting, estuve indagando entre textos de Shakespeare, de Lope de Vega, me decidí por este último ya que era un verso en castellano, y elegí el texto de “Fuenteovejuna”, porque era un texto que ya había trabajado antes, fue mi puesta final en Aranwa Teatro; entonces, decidí abordar de nuevo un pequeño monólogo de la obra en sí, ese fue mi casting. Mi personaje en la obra es Elianta, como lo mencioné, trabajamos mucho la musicalidad, las imágenes que Jean Pierre me ofrecía, como las de una diosa, de algo natural, de una pradera, de la delicadeza, como una ninfa. La idea era construir a partir de sensaciones, también a través de impulsos, del cuerpo, el humo era otra imagen, entonces, ha sido retador pero he aprendido un montón”.       


¿Cuál es su visión la temática de la obra y sus personajes? ¿Qué significa para ustedes formar parte de esta obra?

AS: “Es una obra que funciona en pleno 2022, porque refleja cómo se manejan hasta ahora las relaciones humanas 400 años después; es decir, que el legado de Molière queda intacto hasta el día de hoy. Y me parece estupendo que los protagonistas logren hacernos sentir un drama real y hacernos empatizar con las situaciones, a pesar de que en la obra se manejen códigos entre la tragicomedia y la farsa como lo es Molière. Además, me fascinó mucho ver el trabajo de mis compañeros y el resultado. Alcestes, que por un lado odia a la sociedad, pero refleja también su propia doble moral ya que se siente irónicamente atraído por Celimena. Y en cuanto a Celimena, ver cómo se le humaniza más en esta versión es magnífico, puesto que no es la típica « atrapa hombres» de la historia sino que es una joven de 20 años, que podría ser yo o mi amiga, que estamos en plena juventud y nos vemos reflejadas, que no es simplemente coquetería y maledicencia lo que le pasa al personaje, sino que pasa por un juego mental y por un diálogo emocional mucho más profundo y oscuro del que uno podría imaginarse. Y en cuanto al resto del elenco de igual manera, todos han estado realmente maravillosos y me han deslumbrado con su trabajo actoral”.

AT: “Son humanos con más defectos que virtudes y dentro de su insinceridad, son bastante reales con lo que dicen y piensan, a pesar de sus contradicciones. Son humanos”. Por otro lado, formar parte de esta obra, es sin duda, una alegría y un honor poder compartir escenario con estos magníficos actores, con la magnífica dirección y la dirección de arte. Como vuelvo a decir, he aprendido muchísimo, me siento muy agradecido”.   

OA: “Es una temática muy pertinente en la actualidad, por más que la obra sea muy antigua, de la época entre el Renacimiento y el Barroco, creo que igual la temática está muy vigente; por eso es un clásico, porque no pasa de moda, en el sentido de que muestra la conducta del ser humano, la situación, la naturaleza del ser humano tal cual es, por más que pase el tiempo, que se cambien de lugares, incluso, más allá del tiempo y del lugar, creo que el ser humano en esencia es el mismo; con sus mismos errores y sus mismos demonios, algo con lo cual siempre se lucha. La temática creo que corresponde ahora, en cuanto a la hipocresía que puede haber, a la superficialidad en tantos ámbitos de la vida, el hecho de encajar, de ser políticamente correcto, que es algo que “El misántropo” rompe, creo que todos podemos pensar como él, solo que no nos atrevemos a decirlo, pero él sí se atreve y toma la decisión de primar la honestidad, de ser fiel a lo que realmente piensa y no disfrazar con palabras lo que cree. Formar parte de la obra ha sido una gran experiencia, creo que he aprendido un montón, me llevo mucho como actriz, como aprendiz, yo sigo siendo aprendiz, creo que todo actor o actriz nunca deja de formarse; he aprendido mucho de mi director, de la visión que tiene del teatro, sobre todo, del teatro clásico, él es un especialista en este ámbito, he aprendido mucho de su dirección, de mis compañeros, de la solidez de sus carreras y estoy feliz de formar parte de esta obra, pues ha marcado mi experiencia como actriz”.         

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

AS: “A puertas de consolidar mi formación en el Baron Brown Studio de Los Ángeles y en la ENSAD, y de participar en concursos internacionales, pues uno de mis objetivos más grandes es lograr la internacionalización, por ello estoy luchando, por eso mis futuros proyectos incluyen coproducciones internacionales. Y justamente una de las cosas más valiosas que me llevo de esta experiencia (en la obra) es haber sido dirigida por un director con calibre internacional así como el equipo de producción y el director de escenografía. Eso me alegra mucho ya que desde muy chica a pesar de las limitaciones en cuanto a mis recursos, he tratado de llevar formación internacional con maestros de habla inglesa. Ahora estoy a la expectativa de un próximo proyecto teatral y mi incursión en el mundo cinematográfico. Totalmente me llevo en el corazón esta experiencia peruana-europea.”.      

AT: “Por ahora, me encuentro como asistente de dirección en “La vida es sueño”, que se estrena el 07 de octubre en el Teatro Municipal, las entradas ya se encuentran en Joinnus. También estoy más enfocado en mis estudios debido a que vienen mis prácticas anuales “Las brujas de Salem”. Además, le estoy dedicando más tiempo a escribir, que es una de las cosas que más me gusta”.  

OA: “Los próximos proyectos son con mi colectivo, tenemos planeado como ya lo mencioné, una obra que se llama “Cachorro está pedido”, estamos comenzando los ensayos, estoy muy emocionada por este proyecto, creo que va a ser muy bueno. Tenemos planeado para el próximo año otras tres obras, esperemos que todo se pueda dar bien, y planeo seguir formándome, con otros talleres, me interesa incursionar en el teatro físico, bueno, qué teatro no lo es, pero haciendo énfasis en la fisicalidad del actor, en transmitir más por la composición corporal, que no prime la palabra, eso me interesa un montón; además de seguir creando y generando nuestros propios trabajos con el colectivo”.

Maria Cristina Mory Cárdenas

29 de agosto de 2022

Crítica: UNA LAPTOP


Un híbrido sólido y divertido

Una de las sensaciones más agradables que dejan las más recientes visitas al Club de Teatro de Lima (especialmente para los que fuimos formados en aquel sótano de la Av. 28 de julio) debe ser la alegría de comprobar la vitalidad y la juventud que se respira en cada uno de los montajes que allí se presentan. Y el riesgo. Por increíble que parezca, el Club y los colectivos NTN Comedia y Di que sí Impro orquestaron nada menos que un thriller cómico-musical de impro, titulado Una laptop. Un imposible espectáculo que se hizo realidad, con la dramaturgia de Paco Caparó y Feffo Neyra, y con la dirección de este último.

Partiendo de uno de sus textos que quedara engavetado luego de un laboratorio de dramaturgia, Neyra acomete sin miedo la idea de llevar a escena un verdadero “híbrido”, con la colaboración de Caparó y sus colegas improvisadores, acompañado además por una banda de rock en vivo. Un variopinto grupo de personas que habita una misma casa, entre las que se encuentran el propietario con síndrome de Asperger (Caparó), un actor que busca desesperadamente la fama (Julio Díaz) y los tres miembros de la banda antes mencionada (Isabel Falcón, Josefo Palomino y Aracelli “Cheli” Córdova), encuentra una misteriosa laptop con un inquietante contenido audiovisual, que le pertenecería a un asesino en serie. El peligro acecha, los asesinatos comienzan a perpetrarse, el suspenso crece y el homicida está más cerca de lo que parece.

La puesta contiene diversos estilos: hay comedia del absurdo, pero también drama, thriller, música en vivo, improvisación, la cuarta pared se rompe con frecuencia y el público participa activamente en varias secuencias. Este juego teatral de whodunit funciona de manera fluida, cada personaje se encuentra muy bien interpretado dentro de los estereotipos esperables y hasta provoca lástima (y risas nerviosas) cuando muchos de ellos se topan con su trágico final. Una laptop es un irreverente y arriesgado espectáculo que entretiene y divierte, gracias al talento de Neyra y compañía, y que no defrauda los revitalizantes aires teatrales que circulan en el emblemático Club de Teatro de Lima.

Sergio Velarde

29 de agosto de 2022  

jueves, 25 de agosto de 2022

Crítica: Vallejo estuvo aquí


El aguacero de la memoria

Mientras apreciaba el montaje de Rocío Limo, me ponía a pensar en las palabras de la esposa del poeta, Georgette Vallejo. Me acordé del libro de memorias El pez en el agua de Mario Vargas Llosa, quien en su juventud llegó a conocer a la viuda del poeta, pues él solía ir a tertulias literarias organizadas en casa de la señora, junto con otros escritores de la época. Según él, Georgette Vallejo aseguraba que le entristecía que la obra del poeta no fuese divulgada más allá de los poemas conocidos y despotricaba de la sociedad limeña por su poca pasión por la lectura. En ese sentido, creo que el montaje hace un homenaje a César Vallejo, pues lo muestra en una dimensión más allá de los fetiches y de lo convencional. Vallejo estuvo aquí muestra al poeta peruano desde una dimensión humana con errores y virtudes.

En general, la presentación lo deja a uno anonadado, pues fue demasiado conmovedora. Desde el punto de vista de la narración dramática, el montaje me hizo reflexionar acerca del teatro testimonial. Creo que existen diferentes maneras de presentar este estilo de teatro. Tengo que confesar que yo esperaba ver un montaje muy abstracto y bastante alejado del Vallejo convencional. Menciono esto, porque tengo experiencia en haber asistido a montajes de otros colectivos teatrales que prácticamente presentaban obras tan complejas e inefables, que diera la impresión de querer demostrar que su trabajo es tan perfecto y que nadie lo puede entender. De esta manera, dejan entrever que el teatro es una cosa muy especializada e inaccesible para la gente común. En ese sentido, tengo que confesar que el trabajo de Limo se puede resumir en una palabra: humildad. La actriz Eliana Fry siempre se mostró de una manera empática y dialogante con el público. Su actuación y sus movimientos fueron únicos, pero al mismo tiempo su pedido para que todos estemos concentrados en la invocación al poeta, hizo que la gente empatizara inmediatamente con la obra. La manera cómo se dirigía al público fue muy clara y dialogante, y no parecía fingida. Mientras miraba la obra, me ponía a pensar cuántas personas del público posiblemente viven por primera vez la experiencia teatral y estoy seguro de que después de este montaje seguirán yendo a más. Recalco esto último, porque muchas veces he visto obras que pareciera que buscan todo lo contrario. Felicidades a la producción.

Por otro lado, se apeló a herramientas muy interesantes desde el punto de vista del lenguaje audiovisual. Limo grababa a Fry en diferentes estados de abstracción en los que ella se encontraba. Mientras que el escenario era una serie de fotos y palabras asociadas al poeta, un ecran en la pared reflejaba la grabación de Limo. De esta manera, la experiencia de las emociones de la actriz llegaba a verse mejor y en un mejor plano. A primera vista, se rompía la cuarta pared teatral, pero precisamente estos detalles hacían que el montaje fuese único. A pesar de que la presencia de Limo era evidente, esto no hacía perder al ambiente de invocación. Sencillamente fue hermoso.

Finalmente, creo que el montaje tranquilamente pudo haber sido presentado virtualmente y habría funcionado de igual manera. La idea de la invocación me pareció muy original.

Enrique Pacheco

25 de agosto de 2022

Crítica: TINTAMANÍA


Hilarante obsesión 

No cabe duda que el dramaturgo y director Jorge Pecho goza de una fecunda pluma, la cual nos transporta a historias tan fascinantes como hilarantes. Esta vez, su más reciente trabajo narrativo y escénico, Tintamanía, no fue la excepción, pues nos plantea la curiosa reunión entre un ilustrador sin inspiración (dependiente de ansiolíticos) y una prostituta, siendo ella quien lo llevará al límite (con juegos de seducción, amenazas y revelaciones), con tal de lograr que él termine un dibujo que debe entregar sin demoras al día siguiente.

Los roles recaen en Viviana Pereyra (Camille) y Johan Escalante (Héctor), quienes conforman una dupla correcta, salvo algunos momentos de extrema energía, sobre todo al inicio en el personaje trabajado por Escalante. Ahora bien, bastante cuidada y acertada la puesta en escena, conformada por el juego de luces; los dibujos plasmados en papelotes blancos que hacían referencia a una sala, combinados con elementos realistas como el mueble y el escritorio, los cuales iban acorde a la temática y al desenfreno que proponía la historia que fue albergada en el íntimo espacio del Teatro Esencia de Barranco.

Tintamanía fue un peculiar e hilarante espectáculo producido por Valeria Ortega en coproducción con “La Tangente producciones”, el cual tocaba temas cotidianos como el bullying, la obsesión, la venganza y el cuestionamiento entre el bien y el mal; dando un giro inesperado hacia el final, en donde el dibujo cobra especial relevancia, en esta historia cargada de misterio y humor negro, que nos lleva a reflexionar acerca de nuestra capacidad de sanar para dejar atrás el pasado que pudo habernos lastimado.

Maria Cristina Mory Cárdenas

25 de agosto de 2022

Crítica: PEQUEÑAS HISTORIAS PARA GENTE GRANDE


No tan de Cuarta

A pesar del retraso antes de iniciar la función, el montaje alcanzó el objetivo principal del teatro: entretener. A mí me gusta el estilo de las obras de Percy Velarde, pues se caracterizan por una fuerte dosis de humor. Mientras miraba el montaje, me hacía recordar la famosa frase del dramaturgo Jerzy Grotowski, quien afirmaba que “en el teatro se puede prescindir de todo menos del actor”. Él hacía referencia a que el trabajo del intérprete es fundamental en una presentación dramática. Puede que muchos elementos visuales o de utilería no funcionen del todo, pero si el actor no está comprometido, entonces el montaje está perdido. Este no fue el caso de Pequeñas historias para gente grande, pues a pesar de lo básico de los vestuarios y la utilería, el compromiso de los actores fue más que destacable.

El primer montaje, Si tengo suerte de Griselda Gambaro, fue el que más me gustó, pues se hizo gala del humor negro. En esta historia, sobresalió la actriz Patricia Pachas, a quien he visto anteriormente en espectáculos de clown. Esta breve presentación se prestaba muy fácilmente para el drama, pues tocaba la temática de la violencia contra la mujer. Sin embargo, las actrices Pachas y Ruth Torres tuvieron mucho cuidado de no perder la dosis de humor con mucha sutileza.

La segunda historia, Quédate conmigo, Lucas de Hernán Casciari, fue realmente emotiva. Los actores Manuel Chiock y Juan Luis Salinas destacaron por su presencia escénica y una capacidad muy interesante de coordinación en los movimientos. En ningún momento el montaje se volvía monótono y aburrido, a pesar de que la temática era relativamente triste, pues abordaba las complejidades que enfrenta un niño al descubrir su sexualidad y la depresión de ser hijo único. En mi opinión, resalto a Salinas por su trabajo original en las expresiones faciales, a través de los diferentes estados emotivos de su personaje.

Por último, Imitosis de Os Bardixas fue una carcajada eterna. Una pandemia de imitación contagiaba a un par de pacientes y estos, a la vez, a su médica tratante. Los diálogos no tenían sentido, pero eran muy divertidos. Ninguna de las actrices, Torres, Abigail Salvador y Yesenia Medina, opacó el trabajo de la otra. Además, es destacable la coordinación que tuvieron al momento de vocalizar las palabras de tal manera que estas sonarán al mismo tiempo. Esto demuestra que lo ensayaron muchas veces.

Finalmente quisiera hacer una reflexión bastante respetuosa al director Velarde. Yo creo que el nombre Teatro de Cuarta hace una autoalusión peyorativa a su trabajo y considero que esta palabra no es del todo adecuada para un grupo teatral. Considero que los montajes vistos por esta agrupación tienen mucho potencial y una fuerte dosis de compromiso y trabajo en equipo. Ejemplo de esto fue Clownfóbicos (2019). Confieso que desde que volvieron a abrir los teatros luego de la pandemia, he visto montajes en los cuales he contado los minutos para poder salir inmediatamente de la sala, pues lo visto era tremendamente grotesco, bizarro y/o confuso. Lo que vi en esta oportunidad no fue el caso y está lejos de ser lo que coloquialmente se conoce como de cuarta. Espero se tome este comentario como crítica constructiva. Felicitaciones al equipo por el trabajo realizado.

Enrique Pacheco

25 de agosto de 2022

martes, 23 de agosto de 2022

Crítica: PARANDEMIA, UN BOLERO DESPUÉS


Canciones y reflexiones pandémicas

Uno de los colectivos más activos durante el encierro forzado por la covid-19 fue La X Productora, que dirige la pareja conformada por Paco Varela y Caroll Chiara, responsable de una gran cantidad de espectáculos virtuales de corta duración que se estrenaron prácticamente cada fin de semana, con la participación de un nutrido grupo de actores. Esta vez, en su regreso a la presencialidad, Varela y Chiara apuestan por lo mínimo indispensable: él, escribe y actúa su unipersonal; y ella, lo dirige y graba secuencias adicionales con personajes que intervendrán durante la mencionada puesta en escena. El resultado, Parandemia, un bolero después, es el perfecto vehículo de lucimiento para un artista de gran trayectoria como lo es Varela y que sabe además muy bien cómo sobrellevar su dilatada duración.

Las paredes asépticas del escenario del Teatro Esencia de Barranco reciben al público y lo hacen cómplices de un día en la rutinaria vida de Jorge Castrovirreyna (Varela), un hombre maduro que vive encerrado en su habitación y aislado del mundo por la pandemia; además, mata el tiempo entonando canciones del recuerdo a su ausente pareja, representada por su retrato pintado en una de las esquinas. Por si fuera poco, también reniega de las vacunas, de la gente que acepta este forzoso modo de vida y de las conspiraciones que se encuentran en curso. Su perorata solo es interrumpida por algunas llamadas de su celular, el único contacto que dispone con el exterior.

Puede parecer la acción demasiado estática y reiterativa, pero en realidad no lo es, ya que el talento musical de Varela, así como el oficio ganado durante décadas como actor de carácter, le permite mantener la atención total del espectador, aun cuando ya pareciera que no queda más por decir en la hora y veinte minutos de espectáculo. Las secuencias pregrabadas de Chiara también suman a enriquecer el producto final. El agridulce giro del último tramo de la puesta está ejecutado con mucha convicción. Enhorabuena por Varela y Chiara, que han regresado con Parandemia, un bolero después a los montajes en vivo con muy buen pie.

Sergio Velarde

23 de agosto de 2022

Entrevista: EMMANUEL CAFFO


“La honestidad es un arma importante para el artista en general.”

La obra Playlist de Cumpleaños, escrita por Mario Zanatta y dirigida por Ronnie Cusó, se encuentra próxima a estrenarse de manera presencial, luego de haber pasado por la virtualidad hace dos años. Uno de sus actores, Emmanuel Caffo, conversó con Oficio Crítico sobre su trayectoria y experiencia, así como del privilegio que tiene de actuar al lado de un grande de la actuación, como lo es Carlos Victoria.

La puesta en escena se estrenará el viernes 2 de setiembre y se mantendrá en temporada los viernes y sábados a las 8 p. m. y los domingos a las 5 y 7 p. m. en el espacio de Campo Abierto de Miraflores. Las entradas están disponibles en Joinnus en el siguiente enlace: https://lnkd.in/edmNTiib

Sergio Velarde

23 de agosto de 2022


lunes, 22 de agosto de 2022

Crítica: LA CENA


Comedia con imprevisible final

No cabe duda que el oficio constituye uno de los aspectos fundamentales en la evolución de un artista. No resulta desatinado afirmar que Gianfranco Mejía, director del colectivo Mever Producciones, sea prueba de ello; además, viene desarrollando una intensa actividad teatral por años y ya tiene un generoso público cautivo. Le duela a quien le duela. O a quien le quiera doler. Cada una de sus temporadas, con todas las dificultades y carencias que acarrea el escribir, dirigir, producir y actuar a la vez, no nos deja retirarnos sin una sonrisa cómplice o por lo menos, con algo en qué pensar. La cena no es la excepción. Se trata de un reestreno de hace seis años y si bien no deja de caer en los mismos lugares comunes de siempre, Mejía depara a su público más de una sorpresa.

El planteamiento inicial es de lo más convencional y visto mil veces: Alonso, el muchacho pobre (Mejía), se enamora de Jimena, la jovencita rica (Luna Scarlet); los estrictos padres de esta (Mirella Mau y Joel Huayanay) desean conocerlo y para ello se organiza la cena del título, que predeciblemente se convertirá en un interrogatorio. Los personajes son todos estereotipados, incluyendo a la empleada metiche (Fabiola Benavente), los amigos de “pichanga” (Alexis Arteaga y Jaime Philips) y la amiga pituca (Gabriela Pérez-León); sin embargo, todos ellos se las ingenian para caer simpáticos y también concretar un par de jocosas secuencias. Es la segunda parte la que seguramente dividirá al público, pues cuando se revele el sorpresivo “trabajo” que mantiene ocupado a Alonso y se establece cuál será la condición para que los padres acepten la relación entre él y su hija de 17 años (!), la puesta en escena cambiará radicalmente de registro. Simplemente no se puede revelar este giro dramático, ¡hay que verlo para creerlo!

Mención especial para la actuación de Mejía. Imposible no reconocer lo valioso de su esfuerzo y perseverancia de años, y que poco a poco va evidenciando sus resultados en el escenario como actor. Su personaje, que tiene finalmente mucho en común con el intérprete mismo, le permite a Mejía mostrar un registro histriónico bastante aceptable, que bien podría explotar con historias y dirección más exigentes en el futuro. La cena, actualmente en temporada en el Teatro Auditorio Miraflores, se convierte, con todas sus limitaciones, en una amable comedia con final sorpresa que prueba que el oficio, la práctica, el “hacer” debe ser una constante en la evolución de cualquier artista.

Sergio Velarde

22 de agosto de 2022

jueves, 18 de agosto de 2022

Crítica: HONG KON


Responsabilidad (emocional) en esta vuelta a la presencialidad: semblanza sobre los inicios del regreso del teatro presencial

La vuelta a la presencialidad en las Artes escénicas ha sido un evento esperado y progresivo. Muchos procesos creativos han tenido en cuenta condiciones propias de la pandemia para volvernos a encontrar, como por ejemplo, la necesidad de mantener el distanciamiento social y el poder adaptar un espacio lo más ventilado posible para poder reducir posibilidades de contagio. Una de las primeras obras en estrenarse, dentro del regreso a la presencialidad, fue la obra Hong Kon, dirigida por Cecilia Cruz, con las actuaciones de Larisa Landívar y Klaus Herencia.

La propuesta jugaba con distintos niveles de la realidad, ya que Diana, personaje principal, nos invitaba a un recorrido por los recuerdos de su relación con Diego. El hotel Hong Kon fue uno de los escenarios recurrentes de sus encuentros, donde compartían tiempo, conversaciones y experiencias. Cada interacción que se muestra en escena denota las dudas que Diana tiene sobre la relación. Finalmente, ¿qué son? Después de tantas vivencias juntos, ¿hay necesidad de definir su vínculo? Esta situación de incertidumbre pone sobre la mesa el tema de la responsabilidad emocional en nuestras relaciones humanas. ¿Hasta qué punto es justo abrir nuestro corazón a alguien que no sabe lo que quiere contigo? Por otro lado, ¿podemos hablar de una víctima en ese tipo de situaciones?

Esta obra es, precisamente, el vaivén de Diana en medio de todos los recuerdos y emociones que Diego le despertó en un momento de su vida. La intimidad de este recorrido fue conmovedora. Sin embargo, el ritmo de la obra estuvo muy monótono, no hubo momentos “clave” claros. Es necesario ser conscientes del flujo del montaje, de tal manera que el espectador pueda entender los momentos importantes diferenciados correctamente.

La vuelta a la presencialidad ha implicado cumplir con ciertas características relacionadas con la duración de la pieza escénica. Muchas producciones han tenido que optar por obras cortas (de 20 a 40 minutos, aproximadamente), apuntando a hacer pocas funciones (de 3 a 8, a veces 10). Esta decisión es entendible y es necesario hablar del porqué de estas medidas. Muchos espectadores vuelven a la presencialidad con miedo. Una consecuencia de la pandemia es ese miedo natural a que cualquier persona, cualquier ambiente, incluso cualquier objeto puede provocar un contagio de aquella enfermedad.  En consecuencia, una de las tareas de las obras presenciales es poder dar la mayor tranquilidad posible a los asistentes al acto escénico.

Stefany Olivos

18 de agosto de 2022

 

miércoles, 17 de agosto de 2022

Entrevista: DANTE DEL ÁGUILA


“Un actor de teatro debe tener locura, disciplina y pasión.”

Carne quemada del dramaturgo Jaime Nieto viene presentándose en temporada hasta el 4 de setiembre en el Nuevo Teatro Julieta. Oficio Crítico conversó con su protagonista, el actor Dante del Águila, quien regresa a los escenarios presenciales luego de la pandemia. Bajo la dirección de Marvelat, Dante actúa al lado de Francesca Vargas, Walter Ramírez, Verony Centeno, Kelly Estrada, Herbert Corimanya, David Huamán, Iván Chávez, Daniel Suárez y Aníbal Lozano.

Unos crímenes muy extraños empiezan a suceder en Chicago: cada semana, un cadáver distinto aparece en la puerta de algún cine. Joe cree haber encontrado la motivación que necesitaba para escribir y decide emprender una pesquisa para encontrar al asesino. Carne quemada se presenta  de viernes a domingo, a las 20:00 horas, en el Nuevo Teatro Julieta (Pasaje Porta 132, Miraflores). Entradas a través de Joinnus.

Sergio Velarde

17 de agosto de 2022


lunes, 15 de agosto de 2022

Crítica: LOS VECINOS DE ARRIBA


Incómoda convivencia y sugerente tentación

Una anécdota de la vida real es la que motivó al autor y director español Cesc Gay a escribir su primera obra teatral, Los vecinos de arriba. Al mudarse con su familia a un nuevo edificio, Gay tuvo que enfrentarse a la incomodidad producida por los lujuriosos sonidos que provenían del departamento de sus vecinos del piso superior. Pues justamente en su obra, una pareja en crisis invita a su hogar a sus “vecinos de arriba”, no solo como un acto protocolar, sino también para comunicarles de las molestias ocasionadas por estos ruidos, especialmente en su menor hija. Si bien se vuelve nuevamente a tocar el tan trillado tema de las dificultades de la vida en pareja, la puesta en escena dirigida por Daniela Lanzara, primero en el Teatro Julieta y ahora en la AAA, se las ingenia para lucir fresca y divertida, con un cuarteto de actores que sabe sacar provecho de sus personajes.

Gay pone frente a frente a dos parejas de esposos cuarentones, tan distintos en mentalidad y apariencia, pero que esconden varios secretos comprometedores que se irán revelando gradualmente. Por un lado, el matrimonio conformado por Vanessa Terkes y Aldo Miyashiro, sumido en la rutina y en la incomunicación; por el otro, el de Lita Baluarte y Sebastián Monteghirfo, uno moderno y desprejuiciado en su vida sexual. Los roces aparecen ni bien iniciada la reunión, pero de manera dosificada. La dirección cuida mucho el ritmo que la comedia exige, bajando la guardia quizás en el último acto, durante la improvisada terapia.

Bien Miyashiro y Terkes, representando la peligrosa (y acaso inminente) monotonía en la que puede caer cualquier pareja, con demasiadas y evidentes fisuras, pero otras parcialmente ocultas; en el caso de Monteghirfo y Baluarte, estos aciertan en no caer en el fácil estereotipo de la pareja liberal. La escenografía se ve muy cuidada y es funcional durante la obra. Con mucho humor, pero también con ciertos toques reflexivos de agradecer, Los vecinos de arriba de Cesc Gay, producido por Asociación Cultural La Pasión, es un sólido espectáculo que ofrece diversión y entretenimiento, pero también una oportuna mirada a las problemáticas que deben lidiar aquellas parejas que no son del todo claras y honestas en su relación.    

Sergio Velarde

15 de agosto de 2022

domingo, 14 de agosto de 2022

Crítica: TRANSGENERACIONAL


De los vínculos y recuerdos familiares  

Transgeneracional, “… es aquello que “va más allá” de nuestra generación, son aquellos aspectos materiales o inmateriales  que nos vinculan consciente e inconscientemente a nuestros ancestros y a nuestros descendientes…”*. Bajo este título, Break Teatro vuelve a los escenarios con una propuesta testimonial basada en la experiencia de los actores Ernesto Barraza Eléspuru y Diego Otero Oyague, quienes son conducidos en la dirección por Vanessa Vizcarra.

El íntimo espacio de la sala auditorio del Británico Cultural de Miraflores alberga con acierto esta creación colectiva que transita por los recuerdos familiares de Ernesto y Diego, cuya misión de ordenar, reciclar o desechar los objetos de colección que se encuentran en el depósito, evocan específicamente a sus abuelos; surgiendo muchas interrogantes acerca del pasado y las decisiones de sus ancestros, y de cómo estos hechos han marcado sus propias vidas en el presente.  

La sencillez de la propuesta escénica se nutre con las proyecciones, el juego de luces y la música, siendo los objetos utensilios vitales (configurándose incluso como un personaje más), pues guardan una relación directa con el recuerdo, quedando en evidencia un simbolismo que conmueve e identifica al espectador. Por otro lado, la naturalidad de las interpretaciones iniciales contrastó muy bien con la transición a los personajes de los abuelos, siendo otro de los momentos clave en el montaje. Además, la distribución de los asientos permite la interacción directa con el público.  

Transgeneracional es una íntima puesta en escena que invita al público a conectar con lo más preciado de sus recuerdos, desde la franqueza y calidez de las imágenes, que exploran la relación de sus protagonistas con sus antecesores, así como los temas inconclusos entre ellos. Como lo afirma la directora de la obra: “Todos pertenecemos a una familia, somos parte de una manada…”; en ese sentido, es imposible no sentirnos reflejados en el espejo de Ernesto y Diego. Podemos preguntarnos entonces: ¿Por qué guardamos celosamente algunos objetos que forman parte de nuestra historia? La respuesta, sin duda, es tan infinita como personal.

La breve temporada se estrenó este fin de semana y va hasta el 28 de agosto.              

Maria Cristina Mory Cárdenas

14 de agosto de 2022

*Fuente: http://transgeneracional.pe/

sábado, 13 de agosto de 2022

Crítica: SOBREVIVIRÉ


Posesiones y risas

Tal como lo menciona la información promocional de la nueva comedia del actor y director Nicolás Fantinato, el autor de Sobreviviré es el mismo de la clásica Mi mujer es el gasfitero, es decir, el argentino Hugo Daniel Marcos. Esta última tiene una disparatada trama que involucra al gasfitero del título, que luego de recibir una descarga eléctrica es poseído por la difunta esposa del protagonista y es así que empiezan los enredos. En Sobreviviré, también ocurren divertidas confusiones que giran alrededor, curiosamente, de otra posesión y que le ocasionará tremendas dificultades a una viuda. Con algunos altibajos en su puesta en escena, la comedia en cuestión sí funciona y depara más de una sonrisa.

Nuevamente debe señalarse el peligro de las adaptaciones de textos teatrales internacionales a nuestro contexto peruano. Por ejemplo, si en el original ocurre una tormenta que corta el fluido eléctrico, pues resulta demasiado forzado trasladar la acción a nuestra capital y mantener el fenómeno meteorológico. Estos detalles sí que son importantes, para crear la convención con el público de que lo que apreciamos en escena sí puede ser “real” o por lo menos, posible. Además, el dejar las puertas abiertas de los departamentos o entablar conversaciones con gente extraña, solo para que la trama avance, se contradicen con la real situación de peligro que se vive en nuestra capital.

Sin embargo, dejando de lado estas cuestiones de forma, perfectamente mejorables, la historia que se nos presenta tiene los suficientes atractivos para mantener el interés, incluida una oportuna reflexión en favor del empoderamiento femenino. La posesión que mencionábamos al inicio, esta vez, recae en una sexy médium (Pierina Parodi) que pretende, junto a su esposo (Edgard Linares), alquilar una habitación en el departamento en el que viven dos amigas (Alejandra Chávez y Liz Roggero). La comedia está bien manejada por el elenco y siempre es bienvenido el humor del mismo Fantinato, así sea en voz en off. Sobreviviré, con la producción de Oscar Pacherres y 4GATOS Producciones, es una amable comedia que nos depara un buen momento de diversión.

Sergio Velarde

13 de agosto de 2022

jueves, 11 de agosto de 2022

Crítica: EL MISÁNTROPO


Vigencia de un clásico inmortal

En medio de las celebraciones por los cuatro siglos del nacimiento de Jean-Baptiste Poquelin, el inimitable e inacabable Molière, la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD) y Éxodo Teatro, en coproducción con la Alianza Francesa de Lima, vienen presentando oportunamente la temporada de una de sus piezas más conseguidas: El misántropo, bajo la dirección de Jean Pierre Gamarra. Y no solo se celebra el apreciar el ingenio del dramaturgo francés nuevamente en las tablas limeñas, sino que este montaje en particular le hace justicia al autor en su intento por conseguir una versión propia, demostrando que el teatro es, sin duda, un arte vivo, capaz de evolucionar y reinventarse de manera ilimitada.

Y es que este nuevo “misántropo” llega de la mano de un equipo artístico que conoce y respeta la fuente original. La clásica historia se mantiene: Alcestes, el protagonista, desprecia a la humanidad, pero tiene la desdicha de estar enamorado de una frívola mujer llamada Celimena, la cual representa precisamente todo lo que detesta. Los textos se recitan de manera intercalada, incluso con largos diálogos con micrófono en mano; ninguno de los actores abandona nunca el escenario, mientras permanecen estos en constante acción; los vestuarios, de una contemporaneidad indefinible, suman a la recargada caracterización; las paredes, compuestas por espejos irregulares, deforman adrede a unos personajes repletos de vicios, hipocresías y conductas reprobables. Además, resultan inolvidables las secuencias bajo la lluvia, estéticamente impresionantes.

El elenco está a la altura que este clásico se merece. Fernando Luque demuestra su versatilidad en el complejo rol protagónico, enérgico y convincente, muy bien secundado por Óscar Yepez, Olga Acosta, Diego Pérez, Alejandro Tagle y Angela Solis, así como unos muy divertidos Anaí Padilla y Alonso Cano. Mención aparte para la sobresaliente actuación de Amaranta Kun, quien compone con su Celimea un personaje de antología. Esta nueva versión de El misántropo funciona muy bien y además, resulta absolutamente pertinente, como lo son en realidad todos los textos del genial Molière, pues sigue siendo demasiado escaso el cambio producido en la condición humana a lo largo de los siglos, en la que sigue primando la superficialidad, el egoísmo y la mediocridad.

Sergio Velarde

11 de agosto de 2022

Crítica: EL BOMBÓN ROJO


Noches de cabaret

Uno de los tantos lastres que viene arrastrando nuestra sociedad, (aún) machista y conservadora, es el de la “cosificación” de las mujeres, la cual las deshumaniza y las muestra como meros objetos decorativos no pensantes, que pueden ser expuestos y explotados sin consideración. ¿Serán entonces las despampanantes artistas trabajadoras de un cabaret más propensas a ser “cosificadas” por los hombres que acuden a verlas? Pues la puesta en escena de El Bombón Rojo, dirigida por Manchi Ramirez y Piero Fuentes Castro en el Teatro Barranco, no parece incidir en ese aspecto; en todo caso, sí que se vale de la belleza y la sensualidad de sus actrices para armar un espectáculo en el que, evidentemente, las formas superan largamente cualquier temática de fondo.

Desde la entrada al recinto, se logra crear un ambiente propio de un cabaret, con la pantalla del foro iluminando todo el espacio como si fueran luces de neón; también la selección musical escogida contribuye a dicho fin, así como las mesas dispuestas para el público en la platea y la presencia de mozos que sirven tragos y piqueos. Sin embargo, el mayor problema del espectáculo radica en las historias y los conflictos de las propias bailarinas, algunos apenas bosquejados y además, de resolución muy predecible. La caracterización de los personajes cae irremediablemente, en la mayoría de los casos, en el estereotipo; además, algunas chicas se animan a cantar en vivo, pero otras recurren a la fonomímica.

Sin embargo, pareciera que nadie acude a El Bombón Rojo a ver algún conflicto dramático. Tal como lo dice el slogan promocional del evento, se invita al público a ¡vivir la experiencia! Y en ese sentido, las bellas Gia Rosalino, Mapi Nue, Malory Vargas, Daniela Linares y Dayana Reátegui cumplen con las expectativas, derrochando sensualidad y exotismo en sus números artísticos, siendo vitoreadas por el público, al lado de un divertido Aaron Murga y el mismo Ramírez en doble papel. El Bombón Rojo promete calentar el frío invierno limeño con un atractivo espectáculo sin mayores complicaciones.

Sergio Velarde

11 de agosto de 2022

martes, 9 de agosto de 2022

Crítica: YAKU, EL VIAJERO


La librera viajera

En primer lugar, tengo que comentar la satisfacción que me causa el saber que Henry Sotomayor sigue incursionando en el mundo de la creación dramatúrgica. Sus producciones siempre me han generado interés, por el hecho de poder desenvolverse tanto en el mundo del teatro para la familia, con La Mayu, y de igual manera, en el teatro en el que las emociones humanas extremas se convierten en el centro de atención. El mejor montaje de Sotomayor fue el de Mercuccio: venganza, muerte y redención (2019); su estilo me hace recordar mis lecturas de obras del dramaturgo Gustavo Ott, debido a su capacidad de sobreponer la realidad ante toda acción dramática.

Tengo que mencionar que el montaje de Yaku el viajero me agradó, en términos generales. En un principio me imaginé que, debido al nombre del protagonista, la historia iba a girar en torno a algún río o fábula andina, pues Yaku es una palabra de origen quechua que significa agua. Además, fue muy positivo que se incentive la lectura en los niños, de una manera muy pedagógica y lúdica. Este fue el mensaje más importante y las actrices supieron transmitirlo bien, ya que los niños entendían y repetían las moralejas de la historia, como que los libros no deben quemarse y por el contrario, deben de cuidarse, entre otros. Por otro lado, los vestuarios y la utilería fueron muy atractivos visualmente; sin embargo, pienso que el uso de un muñeco para representar al protagonista Yaku podría confundir. Por momentos, pensaba que la actriz Luisa Caldas estaba representando a Yaku, debido a que las vestimentas de ambos eran muy parecidas. Acaso el contar con otro actor o actriz para personificar a Yaku podría ser una buena opción.

Otro aspecto muy interesante fue el manejo del público. Hace mucho tiempo que no asisto a una obra de teatro para la familia, pero tengo que coincidir en que uno de los mayores retos que tienen los actores en este género es poder controlar a los niños, quienes usualmente rompen la cuarta pared. Durante la presentación, hubo muchos episodios en que los niños, especialmente los más pequeños, querían intervenir en el escenario. No obstante, las actrices Caldas y Ethel Requejo supieron resolver estas situaciones de manera asertiva y con mucho tacto y creatividad. Esto es de felicitar. Finalmente, desde el punto de vista musical, fue muy original que la actriz Nuria Mayor haya tocado la guitarra en vivo; ella cantó con una tesitura y proyección vocal bastante clara. En general, la función, enfocada a un público infantil de entre 2 a 6 años, fue atractiva. ¡Felicitaciones al colectivo!

Enrique Pacheco

9 de agosto de 2022

Crítica: LA MARATÓN DE NUEVA YORK


Las carreras de la vida

Roberto Ángeles es uno de los referentes obligados del teatro peruano, no solo como director, sino como formador de varias generaciones de actores, quienes vienen demostrando a lo largo de los años sus habilidades histriónicas en cine, teatro y televisión. Las muestras de sus alumnos en los diferentes niveles de instrucción, ahora presentadas en el Centro Cultural Campo, son prueba fehaciente de ello. Oficio Crítico asistió a la Muestra Final del Segundo Nivel de la Promoción XXXII, en la que se mostró la pieza La maratón de Nueva York de autoría del dramaturgo italiano Edoardo Erba. Si bien se trató de una única función con entrada libre, los resultados obtenidos bien merecerían una temporada formal, ajustando ciertos detalles para el disfrute total del espectáculo.

Mario (Edward Vega) y Steve (Jean Pierre Felippe), dos jóvenes atletas, se reúnen para entrenar juntos y así alcanzar su mayor objetivo: correr en la maratón de Nueva York. En medio de este entrenamiento, ambos van revelando detalles desconocidos de sus propias vidas, los cuales provocarán fricciones y una incómoda tensión dramática, que deberán solucionar mientras corren. La puesta en escena es por completo minimalista y además, resuelta de manera circular. Vega y Felippe aprovechan el reducido espacio disponible, a través de una precisa rutina corporal que hace creíble la convención con el público de encontrarse estos personajes corriendo largas distancias. Buen trabajo de la dupla de actores, quienes defienden con organicidad sus personajes.

Algunos detalles a tomar en cuenta: acaso el hecho de adaptar la acción a nuestro contexto peruano pueda revisarse, ya que varias referencias de personajes históricos dichas en escena lucen forzadas. También deben ajustarse y definirse las voces que aparecen ocasionalmente durante el montaje. Muy aparte de evitar adelantar, durante la presentación de la obra, el metafórico final de la pieza. La maratón de Nueva York no solo confirma el buen nivel de aprendizaje de los pupilos de Ángeles, sino que la presentación de esta muestra bien valdría la pena de convertirse en proyecto profesional, pues es un espectáculo sencillo y efectivo.

Sergio Velarde

9 de agosto de 2022

jueves, 4 de agosto de 2022

Crítica: POR CHABUCA, RELATOS BREVES DE CANCIÓN


Valiosa antología teatral

No cabe duda de que la pandemia frustró demasiados proyectos escénicos, que tuvieron ya sea que cancelarse o reinventarse. El caso del microteatro no fue la excepción: Igor Olsen, uno de los más entusiastas promotores de este formato, convocó hace tres años a cinco dramaturgos para que escriban libremente una pieza corta cada uno, inspirándose en alguna de las inolvidables canciones de nuestra gran Chabuca Granda. Este homenaje, ya superado el cierre de espacios teatrales, viene presentándose actualmente en el Nuevo Teatro Julieta, llevando por título Por Chabuca, relatos breves de canción, pero en otro formato, con las cinco microobras estrenadas una después de la otra. El resultado es ampliamente disfrutable, con muchos pros y escasos contras que se asumen al presentar un espectáculo de “antología teatral”.

Y es que resulta inevitable que la subjetividad de cualquier espectador entre a tallar cuando se aprecia cinco espectáculos independientes de distintos autores, lógicamente encontrando algunos mejores que otros. Sin embargo, Olsen y Silvia La Torre, desde la dirección y la producción, consiguen una puesta en escena en conjunto bastante equilibrada, ordenada y fluida. Acaso los cambios de escena puedan acelerarse aun más. Por otro lado, destacar el talento de todo el elenco en general, así como también la calidad de los textos expuestos, que se toman bastantes libertades del material original, pero que consiguen crear sus propios universos, creíbles y convincentes.

Fantasía y realidad mezcladas en la divertida Puente de los suspiros de Federico Abrill y representadas en los personajes de Sebastián Ramos y Daniella Pflucker, respectivamente; una inquietante historia acerca del alcoholismo, a través de la dolorosa relación entre los padres David Carrillo y Celine Aguirre, en Un río de vino de Claudia Sacha; una contundente mirada a nuestro propio pasado en Paso de vencedores de Alfonso Santistevan, interpretada por Lucho Cáceres y Jesús Oro; una conversación coloquial pero muy significativa acerca del racismo en María Landó de Mariana Libertad, con Vanessa Zeuner y Raffaella Anselmi; y en Cardo o ceniza de Regina Limo, la jefa Mayra Nájar y su asistente Airam Galliani evalúan mantener una relación sentimental dentro de su mundo laboral dominado por hombres. Por Chabuca, relatos breves de canción constituye un sólido y respetuoso homenaje a nuestra gran cantautora y además, supera con creces el peligro de la “irregularidad” inherente al formato escogido.

Sergio Velarde

4 de agosto de 2022

martes, 2 de agosto de 2022

Crítica: JONATHÁS


Visibilización de poblaciones vulnerables

Un valioso evento teatral viene desarrollándose en el Auditorio del LUM, se trata del Ciclo “Para Encontrarnos: Diálogos y Alteridades” en el que se vienen presentando seis espectáculos escénicos, producidos por IDEA Internacional, USAID y el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, con el propósito de visibilizar los enormes problemas que enfrentan diversas poblaciones históricamente excluidas. Bajo la dirección general de Ana Correa, esta propuesta resulta perfectamente pertinente y necesaria, especialmente para ser tomada en cuenta frente a las inminentes Elecciones Regionales y Municipales 2022. Los proyectos han sido desarrollados por jóvenes directores, entre ellos, un interesante espectáculo llamado Jonathás, dirigido por Kiara Castro.

La propuesta alterna dos secuencias con estilos bien definidos: la primera, en clave realista, nos involucra a todos los presentes en el recinto, con la aparición de tres mujeres afrodescendientes (Anagali Rosas, Flavia Avilés e Isabel Atoche) que vienen a celebrar simbólicamente el cumpleaños de la abuela ya fallecida; la segunda, registra la teatralización de las cartas heredadas por ellas, en las que descubren que son descendientes de Jonathás y Nathán, hermanas de Manuelita Sáenz. Es en esta secuencia en donde radican las mayores virtudes de la puesta, con la aparición de la actriz Rocío Antero y su impecable performance, al lado de las mencionadas actrices.

El teatro siempre debería tener un lugar reservado para la memoria. En ese sentido, Castro cumple con dicha condición y nos muestra de manera estilizada, pero contundente, parte de la discriminación étnico-racial que ha sufrido (y sigue sufriendo) esta población, de acuerdo a las inquietantes estadísticas mencionadas en el programa de mano. Jonathás es una valiosa puesta en escena, que así como todo este ciclo dirigido por Correa, busca generar a través de espectáculos teatrales el tan necesario diálogo y la oportuna reflexión en el espectador.

Sergio Velarde

2 de agosto de 2022

lunes, 1 de agosto de 2022

Crítica: MEDEA


La fuerza de la tragedia clásica

Considerada como una de las mejores obras del gran poeta trágico griego Eurípides, llegó a nuestra cartelera teatral Medea, en la Casa Cultural Mocha Graña. Se trató de una puesta muy particular, con doble filtro: fue la versión libre de la adaptación de Gisela Cárdenas y Alfonso Santistevan sobre la Medea original de Eurípides, dirigida por Patricio Villavicencio e interpretada por un joven elenco. En términos generales, el producto final cumplió con demostrar que, a pesar de las constantes revisiones y actualizaciones, los clásicos realizados con respeto y esmero no defraudan y mantienen su total vigencia.

Y es que a pesar de su anacronismo, evidente en los vestuarios, la música y el diseño escenográfico, se nota una propuesta concreta desde la dirección, para centrar la atención, sin distracciones, en la figura empoderada de su heroína: Medea es madre amorosa, pero también esposa engañada y mujer vengativa, capaz de sacrificar lo más preciado que tiene (sus hijos) para ver sufrir a su pareja traidora (Jasón). El elenco, que luce juventud y compromiso sobre las tablas, se desenvuelve sin tacha. Interesante la propuesta dramática de Almendra de los Ríos en el rol principal, bien secundada por Andinnia Lopez-Cano, René Ynquillay, José Reyes, Adrian Rivadeneyra, Kiara Quispe, Paula de Cardenas y Akemi Toma.

Acaso lo más resaltante de esta propuesta de Villavicencio sea la de conseguir la catarsis en el público, visiblemente consternado por la decisión final de una madre que lo puede haber perdido todo, pero no su dignidad. Pero a qué precio. Y es la catarsis en el público, finalmente, el gran objetivo de las tragedias griegas. “De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el ser más desgraciado”. Esta Medea, a pesar de las libertades tomadas para llegar a escena, sí respeta la fuente original, abordando con propiedad temas muy vigentes como la infidelidad, la injusticia, la misoginia y la sinrazón. Vale la pena apreciar la reposición, que ya se concretó para los lunes 15 y 22 de este mes.

Sergio Velarde

1º de agosto de 2022