Una granja con valores
“Dr. Oinc”, creación de la dramaturga
Cecilia Zapata y dirigida por Ismael Contreras del equipo Palosanto, fue
montada por segunda vez (primera versión en el 2016) con un nuevo elenco,
conformado por Jano Herrera (Carcán - Dr. Oink), Yasmine Incháustegui (Doña
Pata), Francisco Rodríguez (Lino el Felino) y Marne Cortijo (Lanuda la oveja),
con Marisa Contreras en la dirección de arte.
En primer lugar, hay que reconocer el gran
trabajo de Palosanto por ganarse el cariño del público, pues la función de “Dr.
Oink” fue un verdadero éxito. El auditorio del Centro Cultural CAFAE-SE estuvo
totalmente lleno y las entradas agotadas. En esta oportunidad, Ismael Contreras
propuso una obra cuya acción dramática gira en torno al descubrimiento del gato
Lino del verdadero valor de la amistad, al aprender a decirle la verdad a sus
otros amigos, la Oveja, doña Pata y Carcán.
El trabajo del equipo de escenografía y
utilería, para recrear un ambiente campestre con elementos de la realidad como
árboles y una granja, fue lo más resaltante. Estos dieron una sensación
apacible al público, especialmente, al infantil que parecía bastante contento.
Refiriéndonos a la iluminación, fue muy curiosa la forma en la que las luces
amarillas se reflejaban sobre la escenografía y combinaban muy bien con todos
los colores.
Del elenco de actores destacó Rodríguez,
pues su actuación al fingir una enfermedad para timar a sus amigos fue muy
realista y, en varios momentos, llegó a generar empatía con el público. Si
pudiésemos elegir un elemento a destacar de todo el montaje sería el uso del
humor como una herramienta pedagógica. Doña Pata (Yasmine Incháustegui), en
muchos de sus diálogos, apela a la ironía para dar moralejas éticas sobre la
importancia del trabajo. Esto último llama mucho la atención del público
infantil, ya que entiende el mensaje y lo comenta durante la función. A los
niños también les encantó que los personajes, casi durante toda la obra,
cantasen en vivo y transmitiesen una moraleja.
Es muy admirable la precisión de los
actores respecto a su control escénico. Estos no aburrieron al público y
generaron comentarios de los niños durante las escenas siempre. Refiriéndonos
al vestuario, este fue realista y de estridentes colores. Asimismo, el empleo de
maquillaje sobre el rostro de los actores fue un gran punto a favor de la obra.
Así es como “Dr. Oink” nos recuerda el valor de la veracidad en todos los
momentos de la vida.
“Dr. Oink” está en temporada hasta el 14 de abril en el Centro
Cultural CAFAE-SE (Av. Arequipa 2985, San Isidro).
Enrique Pacheco
6 de abril de 2019
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