Universos femeninos e historias de ficción
Los proyectos
teatrales de formato breve no se detienen y se reinventan mensual o
bimensualmente en varias salas. En una de ellas, el espacio de Piso 1 en
Miraflores, sigue apostando por novedosas propuestas de diversos colectivos,
que tienen mucho que decir en microespectáculos de quince minutos. En esta
oportunidad, Oficio Crítico alcanzó
a ver cuatro puestas en los horarios de noche y trasnoche, que abordaron tanto
las relaciones de amistad entre mujeres (y acaso algo más), así como la
irrupción de historias de ficción en nuestras vidas (y hasta después de estas).
Todas las microobras mantuvieron un nivel bastante parejo, que las vuelven, sin
duda, recomendables.
Bien retratada la
frágil estabilidad en la convivencia diaria entre dos amigas de caracteres tan
disímiles entre sí, en la pieza Rosa de
Guadalupe, escrita y dirigida por Daniel Suárez Lezama; las siempre
eficientes Daniela Sosa del Rio y Rocío Olivera aprovechan adecuadamente este
sencillo relato, acerca del reto que representa para un par de amigas el
compartir un mismo departamento, con un final agridulce que les permite a ambas
descubrir que tienen más cosas en común de las que creían. Por otro lado, y
orientada más a la comedia, Las nadadoras
de Laura Eva Avelluto, con la dirección de Gabriela Gallegos, se vale de los
entrenamientos previos de un par de mujeres para una competencia de nado
sincronizado, con el propósito de revelar la atípica situación en la que se
encuentra una de ellas; simpático trabajo actoral en conjunto de Rocío Montesinos
y Lilian Schiappa-Pietra (esta, en reemplazo temporal de Rosilú Osorio) y el
recurso bien utilizado de proyección para simular la piscina.
Las ficciones literaria y cinematográfica también tienen un
espacio en Piso 1. En la divertida Manual
para la primera muerte, escrita y dirigida por Christian Ávalos, se echa
mano de un conocido personaje mitológico de La
Divina Comedia, como lo es Caronte (Yamil Sacín), ahora completamente
entregado al sistema capitalista, encargado de recibir a un pastor espiscopal
(Roy Zevallos) e informarle de su reciente fallecimiento; bien resueltas todas
las acciones de ambos personajes en la hilarante oficina del Consorcio
Religiones Unidas S. A. C., con una oportuna reflexión sobre nuestras creencias
acerca del final de nuestros días. Más oscura e inquietante resulta Loco por Sharon, en la que un director
obsesionado con la protagonista de Bajos
instintos (Claudio Calmet) somete a un casting de pesadilla a una inocente
aspirante a actriz (Lía Camilo); si bien el cariz de los personajes acaso se
nos muestra demasiado pronto, la valiente ejecución interpretativa y los giros
argumentales que urde el director y autor Herbert Corimanya suman para mantener
la tensión hasta el final. Esta temporada de Piso 1 ofrece una variada y
recomendable oferta teatral.
Sergio Velarde
3 de abril de 2024
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