jueves, 8 de junio de 2023

Crítica: EL DÍA QUE CAMBIÓ LA VIDA DEL SEÑOR ODIO


Tolerancia y respeto

Oswaldo Maccio es un joven y reconocido actor, director y dramaturgo venezolano. Una de sus premiadas piezas permaneció en nuestra cartelera teatral en mayo último, titulada El día que cambió la vida del Señor Odio (2013), dirigida al público familiar, en el auditorio del Centro Cultural Ricardo Palma. En su país natal, Maccio recibió, en su momento, distinciones por dramaturgia y dirección gracias al citado montaje, uno que lleva un mensaje en favor de la tolerancia y el respeto. Desde su título ya puede anticiparse quién será el protagonista: el huraño y malgeniado Señor Odio (Ricardo Ospino), quien aprenderá una valiosa lección de vida en cuestión de horas. Este texto ya había sido llevado a las tablas en otros países, incluso siendo ejecutado en escena con títeres; para la versión nacional, el actor y director Johan Escalante apostó por un tratamiento más convencional, pero no carente de energía en las interpretaciones y de claridad en su muy pertinente moraleja.

En estas épocas tan aceleradas y mediáticas, en las que preferimos aislarnos del resto y permanecer al margen de cualquier circunstancia ajena, Kuokka Producciones acierta al presentarnos los motivos del giro radical en la conducta del personaje del título. La historia es sencilla: la Narradora (Morelis Rodríguez) nos cuenta que cuando el Señor Odio se entera que pronto tendrá un vecino de departamento, decide que no puede ver alterada de ninguna manera su “tranquilidad”; es por ello que decide evitar a toda costa que la mudanza se concrete. Sin embargo, su futuro vecino es nada menos que el Señor Amor (Eduardo Albarracín), así que los malévolos planes no resultarán como se esperaba. La trama es ingeniosa y además, es ejecutada con brío y fluidez, contando con mínimos elementos en escena, destacando la prolija utilización de las puertas móviles, que sirven a su vez para simbolizar las barreras que debe atravesar el antagonista para convertirse en un nuevo ser humano.

Excelente trabajo del elenco en pleno, todos carismáticos y convincentes, destacando la cuidada interpretación llena de detalles de Ospino, en el rol principal. Por otro lado, convendría revisar, eso sí, ciertos detalles estéticos, como evaluar la presencia o no de gigantografías que no llenan del todo el espacio en el foro, por ejemplo. El día que cambió la vida del Señor Odio nos permitió conocer el trabajo de un destacado dramaturgo venezolano como lo es Maccio, en un montaje para niños muy bien actuado y dirigido, que nos hace reflexionar acerca de cuánto podría cambiar el mundo, si nosotros mismos estuviéramos justamente dispuestos al cambio, y a aprender a vivir en armonía y con tolerancia hacia los demás.

Sergio Velarde

8 de junio de 2023

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