¿?
Experiencia escénica creada por
Angeldemonio Colectivo Escénico, dirigida por Ricardo Delgado. Presente en la
Quinta Edición de Sótano 2 - Festival de creación escénica contemporánea. En
esta se encuentra una reflexión alrededor del Hombre y su relación con la
naturaleza en el transcurso del tiempo; el poder que ejerce este desde una
perspectiva fuerte de sincretismo a raíz de tradiciones andinas y occidentales:
destacando así, íconos como la brujería, los santos, la vida humana/animal,
incluso sobrehumana. Podría arriesgarme a señalar que, con una atmósfera
bastante distópica ambivalente casi mágica que atrapa, PERO...
La narrativa que se maneja escénicamente no
es del todo clara. Destacan aspectos de la mitología andina, la imagen femenina
es potente, la sensación de ritualidad está presente de inicio a fin, desde el
ingreso al recinto nos recibe un aroma fortísimo entre plantas y agua de
florida que convive con nosotras durante todo espectáculo. Asimismo, los
mecanismos de creación van desde el gran manejo físico de los ejecutantes en
relación al espacio y la composición de imágenes, generando admiración por el
virtuosismo y la plasticidad que presentan; no obstante, el tránsito de las
acciones no queda del todo desarrolladas, puesto que se percibe el paso de
“siervo” a “hombre” y viceversa un tanto abrupto, así como el de “brujo” a
performer, sobre todo en entradas y salidas, interacciones con los compañeros
en escena y el manejo de los elementos plásticos; pasando también por el uso de
la danza como medio para dialogar.
Sin embargo, se siente y observa como si
cada uno de los personajes, además de abordar tres cosmovisiones distintas a
medias -porque no hay encarnación de aquello que representan-, los tres
ejecutantes realizaran pequeños unipersonales donde son brutales, pero
distantes, no solo con el otro en escena, sino con el público. Tanto que, en
relación al manejo de texto... más del 50% de la obra, está perdido. Al aire, a
los apus, a las deidades, para quien sea, menos para el público. O no es una
experiencia para ese tipo de espacios escénicos o simplemente se tendría que
ajustar el manejo de textos en los ejecutantes, porque no solo es el hecho de
no comprender lo que se nos quiere comunicar (acción), sino que ni siquiera se
logra escuchar lo que nos dicen. Es una observación bastante lamentable, porque
se puede trabajar. Empero, en esta ocasión, la desconexión era notoria.
Por otro lado, la composición visual
lumínica y escénica, así como sonora, transita de lo envolvente hacia lo abrumador,
causando una sobreexplotación de recursos por lo cual no se recoge ni matices o
cambio alguno en la “trama”. Solo sucede y ya.
Conny
Betzabé
2 de junio de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario