miércoles, 2 de agosto de 2023

Crítica: MADAMADRINA


Historias de migrantes

El Perú no es ajeno al fenómeno migratorio: miles de peruanos viven fuera de nuestras fronteras, desde hace décadas. Y en los últimos años, de acuerdo a datos oficiales, nuestro país viene albergando aproximadamente a 1,5 millones de venezolanos, producto del éxodo ocasionado por la crisis sin precedentes que se vive en nuestro hermano país. La difícil realidad de cualquier desplazado origina, principalmente, dos situaciones bastante complejas que enfrentar: primero, las enormes problemáticas de los mismos emigrantes, que los llevaron a tomar la dura decisión de realizar su azaroso viaje; y segundo, la capacidad y empatía del gobierno y habitantes del país anfitrión para acogerlos y apoyarlos, como las personas vulnerables en las que efectivamente se convirtieron. A grandes rasgos, estas son las temáticas que aborda la puesta en escena de curioso título, Madamadrina, escrita por el premiado dramaturgo venezolano Pablo García Gámez y que, a pesar de ciertas irregularidades en su ejecución, su director Alberto Vidarte ha sabido llevar a buen puerto.

Son tres vendedores ambulantes de algún país latinoamericano (Jim Shicshe, Walter Huallpa y el mismo Vidarte) los que toman la drástica decisión de cruzar la frontera para llegar a los Estados Unidos, y así poder solucionar su dramática situación. Ya en la “tierra de las oportunidades”, no les queda de otra que ofrecerse de jornaleros, sin mucha suerte; además de convivir con otra curiosa migrante (Ella Sánchez), que le habla a una tal “Madamadrina” solo visible para ella, y con la que tendrán los varones no pocos conflictos. Afinando los detalles técnicos, como la precisión en la iluminación y la correcta utilización de los micrófonos inalámbricos (para evitar la molesta estática), la puesta puede ganar más ritmo y fluidez. Vidarte apuesta por generar imágenes y consigue una muy poderosa: toda la secuencia del cruce del río; no obstante, sería recomendable que los cuatro asistentes en escena vistan todos de negro e interactúen desde el inicio sobre el escenario, para no aparecer de manera disruptiva en la trama.

Acertado el uso inicial del proyector multimedia para presentar imágenes de la realidad de muchos migrantes, a través de un reportaje televisivo; este recurso podría utilizarse aun más en varias de las secuencias. Las canciones que entonan los actores, del repertorio de artistas tan diversos como Yuri o Alejandro Sanz, no lucen impostadas, pues son interpretadas con mucho sentimiento por el elenco. Con un doble y sorpresivo final, Madamadrina, a cargo de Reteatrando Producciones, tiene todas las condiciones para convertirse en un intenso drama con pinceladas de humor, luego de corregir los citados detalles, que retrata con valentía los conmovedores sacrificios que muchos migrantes deben hacer para perseguir sus sueños.

Sergio Velarde

2 de agosto de 2023

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