miércoles, 23 de agosto de 2023

Crítica: SOLÍAMOS MIRARNOS A LOS OJOS


Una obra de vínculo universal

El auditorio del Británico dio lugar a Solíamos mirarnos a los ojos, obra escrita y dirigida por Sebastián Bellina Zagazeta, ganadora de los premios Oficio Crítico 2022 a mejor espectáculo dramático, tanto por la mención del jurado como por votación del público. Se trató de un proyecto testimonial, elaborado en medio de la pandemia, en el que cinco artistas escénicos jovenes peruanos indagan en las memorias con sus abuelos. La investigación precedente a este montaje duró dos años aproximadamente, logrando así un producto artístico propio, donde se exponen diferentes temas relacionados al vínculo entre abuelos y nietos.

Solíamos mirarnos a los ojos está conformado por acciones escénicas, canciones, secuencias de movimiento, monólogos, incluso interacciones con el público asistente. Una de las fortalezas de este montaje es que se sostuvo el ritmo de la obra, momento a momento. Desde la dramaturgia, Bellina supo ordenar la información testimonial recolectada de manera certera, atendiendo a las necesidades dramáticas que un montaje como este debía tener. Además, la división y estructuración del montaje a nivel de dirección fue adecuado, de modo que los cinco artistas tuvieron el mismo peso en escena. El elenco logró un trabajo prolijo en todo sentido, destacando una técnica actoral a la altura del montaje profesional representado, con una interiorización de texto y manejo del espacio adecuados.

Este es uno de los montajes más sinceros y vigentes que haya podido ver recientemente. El vínculo abuelo-nieto constituye un tema universal, sin tiempo o contexto únicos, que puede generar empatía inmediatamente debido a su vigencia. Es interesante cómo, en palabras del mismo elenco, han podido explorar el vínculo con sus abuelos, incluso en casos en los que no han tenido la oportunidad de conocerlos en vida. Además, este proyecto logró ser una vitrina de exposición de temáticas relacionadas como las enfermedades, la muerte, la distancia en tiempos de pandemia, la complicidad entre abuelos, entre otros.

El elenco conformado por Camila Flores Palao, Valeria Conroy Duboc, Jean Carlos López Rufino, Flavia Santillán Málaga y Sebastián Bellina Zagazeta logró un espacio de compartir y confrontación a través de sus propios recuerdos. El producto final resulta ser un disparador para el público, de modo que inevitablemente se empiece a pensar en sus propias memorias, recuerdos, fotos, relatos, gestos heredados, entre otros elementos significativos. Es inevitable, al ver este montaje,  pensar en cuestionamientos relacionados a cómo es que el vínculo con nuestros abuelos ha influido en nuestro aquí y ahora.  Finalmente, esta representación cumple uno de los objetivos del arte: dar un espacio para la sensibilidad.

Stefany Olivos

23 de agosto de 2023

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