Delirante comedia vintage
Estrenada en 2017, El
primer caso de Black & Jack causó sensación por su desenfadado e irreverente
sentido del humor, con el que se lucía su trío de actores protagónico; pero
también es pertinente mencionar que esta creación colectiva fue censurada desde
el inicio en su primera temporada, quizás debido a su polémico (y poco
entendido) tratamiento, totalmente incorrecto, de temas como la moral, la
sexualidad o la discriminación, que rayaba con el escándalo. Pues bien, solo
era cuestión de tiempo para que este sensacional espectáculo, una desopilante
comedia con aires ochenteros bajo la dirección de Paloma Reyes de Sá, tuviera
su reestreno oficial tras la pandemia, actualmente en la Sala Quilla.
Dos jóvenes desempleados, fanáticos de historias de
detectives, se ven involucrados con una peligrosa mafia al encontrar una
misteriosa maleta. Las cosas se les complican, cuando se topan con una sexy
bailarina de pole dance y deben convertirse entonces en detectives de verdad,
con caóticas consecuencias. La puesta en escena no le da tregua al espectador, con
una insólita trama repleta de divertidos gags, ensamblada a la perfección con
el apoyo de tres tramoyistas-actores y que sabe también aprovechar con ingenio la
profundidad del espacio de la Sala Quilla. Delimitados con precisión los
espacios (la mesa de apuestas, el departamento de los jóvenes y el escenario de
la bailarina) con las obligatorias luces de neón y un vistoso vestuario, la
historia no le teme a entrar, sin filtros de ningún tipo, en terrenos
controvertidos y políticamente incorrectos.
Siempre es grato ver a los actores divertirse en escena; en
ese sentido, unos magníficos Manuel Gold, Cesar García y Jely Reategui se
mueven a sus anchas en personajes bien construidos que conocen muy bien y que además,
encuentran sus mejores momentos cuando estos permanecen mirándose en silencio
por unos segundos, en medio de los delirantes diálogos, mientras el público
estalla en carcajadas. El primer caso de
Black & Jack critica de manera ácida y sin tapujos mucha de la absurda idiosincrasia
que nos rodea, en medio de machismo, homofobia y violencia, con tres
intérpretes entregados en cuerpo y alma, con desnudos parciales incluidos, a
una puesta en escena desternillante y altamente recomendable.
Sergio Velarde
12 de agosto de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario