domingo, 27 de agosto de 2023

Crítica: LA CASA DE BERNARDA ALBA


Los problemas quedan en casa

Federico García Lorca fue un artista prolífico. No se lo puede considerar siquiera solo dramaturgo; incursionó en la narrativa, la poesía, política, la investigación costumbrista, entre otros. Pero existe un aspecto fundamental que Lorca siempre resaltó: relatar y rescatar la historia de la España profunda. Esto último sería equivalente a escribir sobre el Perú campesino y rural.

La Sala Alzedo del Teatro Segura es realmente espaciosa y ahí está mi primera crítica constructiva: el lugar es mucho más adecuado para la ópera o el teatro musical, pues es muy ancho. Por momentos, los diálogos no se entendían del todo; considero que hay funciones en las que es legítimo usar tecnologías, como los micrófonos de solapa o algo parecido, solo para que se entiendan claramente los diálogos. A continuación, pasaré a dar mis impresiones constructivas de cada actriz.

Male del Águila como la protagonista, Bernarda Alba, fue realmente clara, enérgica y la mejor actuación de la noche, definitivamente. Me gustó su mirada inquisitiva, que le daba una tesitura de maldad adicional a su personaje. Tuvo muy buen manejo de la voz. Además de contar con vestuario muy adecuada a la época. Por otro lado, Daniela Segura (Adela) tuvo una participación interesante, aunque puede trabajar más la armonía de su voz, al cantar una canción de la Oreja de Van Gogh. Liz Roggero (Magdalena) parecía, por momentos, estar en una comedia, como cuando hizo movimientos graciosos al autocoronarse con el velo de su hermana; de hecho, el público llegó a reírse un poco exageradamente en esa escena solo por esa acción, a pesar de que toda la obra es, en general, un drama. Aclaro que mis críticas son constructivas.

Por otro lado, me encantó la actuación de Claudia Mostorino, como La Poncia. Tuvo una muy buena fuerza en la voz y sus acciones eran claras. Me gustó que siempre esperaba la reacción de otra compañera en escena para poder actuar; esto demuestra que es una buena actriz, pues en el teatro se trabaja con el otro, a menos que sea un monólogo. Fátima Matheus (Angustias) tuvo una participación interesante en la escena donde llega a dudar de que merezca la felicidad, a pesar de ser la prometida. Marcela Álvarez, como la criada Esther, fue extraordinaria; creo que tiene mucho talento para los unipersonales, pues siempre prestaba atención a todos los detalles del escenario y permanecía a un ritmo que generaba mucha atención del público. Marilyn Chumbi (María Josefa), la abuela orate, tuvo una excelente participación; la manera cómo construyó su personaje desde lo físico fue genial y también desde el vestuario. Las actrices Romina Farfán (Martirio) y Fabiola Huamán (Amelia) tuvieron actuaciones interesantes.

Quiero felicitar a la directora A. Napuri-Stucchi y a la productora Tomorrow Films Entertainment por proponer una versión más cercana y pedagógica al público. La casa de Bernarda Alba y en general, las obras de García Lorca son muy densas y bien puede plantearse una versión peruana. No olvidar que es un drama campesino y García Lorca lo escribió para promover el empoderamiento de familias rurales. ¿Se podría utilizar el quechua y adaptarlo para un mundo andino y combinarlo con la migración a la ciudad? De todas maneras, felicitaciones por este espectáculo.  

Enrique Pacheco

27 de agosto de 2023

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