Piezas cortas: Anatomía de la papaya y Alfarero
¿Cómo nuestro cuerpo expresa todas nuestras emociones y
nuestra historia?
La Sociedad de Cabras Descarriadas presenta en el espacio de
La Vaca Multicolor dos performances de corta duración; primero, Anatomía de
la papaya, dirigida por Natalia Darcourt y con las actuaciones de Alexandra
Abadíe, Alexandra Garces y Briana Campos; y luego, la pieza Alfarero,
dirigida por Alaín Salinas y con las actuaciones de Edward Palomino y Fabio de
la Cotera. Cuán necesario es detenernos en estos tiempos y observar a
profundidad qué hay en nuestro interior, observar y atender aquello que dejamos
pasar y nos atraviesa, porque la vida nos empuja cada vez más a la
productividad y a siempre “ser alguien”; y olvidamos cada vez más el “ser”. Es
entonces que como consecuencia, aunque a nuestra mente le exijamos seguir, nuestro
cuerpo se detiene y nos muestra posibilidades que quizá solo el arte pueda
exteriorizar; y es así que mediante un proceso en donde el cuerpo habla, grita,
muestra dolor, impotencia, culpa, liberación, es que surgen en escena
experiencias que te explotan en el rostro mediante cuestionamientos acerca de
la condición de ser de un género u otro.
Cada pieza muestra cómo ha sido nuestro proceso de
aprendizaje, según un contexto condicionado por lo social. En Anatomía de la
papaya hay muchos cuestionamientos sobre el hecho de ser mujer en esta
sociedad, es un intento de hacer una autopsia a nuestra brújula moral sobre
cómo vemos la feminidad; y en Alfarero, vemos cómo dos hombres son
llevados a ser eso que creemos que es el “ser hombre” en nuestra cultura de
apariencias y de poco vínculo con nuestras emociones por el hecho de ser
hombres.
La atmósfera que genera el espacio de La Vaca Multicolor es
preciso para estas apuestas: genera la impresión de ser un espacio soterrado,
oculto, donde se va a explorar algo profundo, y las luces ayudan mucho a dar
este ambiente un poco lúgubre, en donde te llevas más dudas que respuestas, y
es como quizá deban ser estas puestas de arte escénico que buscan cuestionarte,
situarte en esos claroscuros de los pensamientos; y esto resulta bastante bien
en ambas puestas. Anatomía de la papaya, como un túnel oscuro que había
que adentrarse cada vez más, que era una incursión en ellas mismas; y Alfarero,
que era el proceso del hombre desde el barro y hacia el mismo. Todos los
actores para destacar en un trabajo con mucha entrega, sinergia y energía. Muy
recomendable.
Manuel Trujillo
20 de setiembre de 2023
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