viernes, 15 de septiembre de 2023

Crítica: VELAS DE CUMPLEAÑOS


Las ciclos de la vida

Antecedida por el éxito obtenido en Broadway y por la destacada actuación de la intérprete norteamericana Debra Messing en el rol principal, viene presentándose en el Teatro Ricardo Blume la pieza Velas de cumpleaños (Birthday candles, 2022) de Noah Haidle, a cargo de LA IRA Producciones y con la dirección de Mikhail Page. Sabiamente, el director evita primero cualquier tipo de adaptación al contexto peruano, traduciendo solo los nombres de los personajes y manteniendo la acción dentro de un ambiente claramente estadounidense. De esta manera, el público se hace partícipe sin tropiezos ni distracciones de este honesto drama familiar, con agradecidas pinceladas de comedia, que nos hace reflexionar sobre la urgencia de aprovechar todo nuestro tiempo en vida, ya que solo somos aves de paso en este mundo.

Serán 107 velas las que Ernestina (una notable Erika Villalobos) finalmente soplará en su último cumpleaños, todas ellas insertadas en un pastel que, simbólicamente, ella misma preparará durante cinco generaciones, desde que la vemos por primera vez, como público, a los 17 años. La joven Ernestina declara a viva voz su rebeldía, su deseo de trascender lo cotidiano y de sorprender a Dios con sus acciones; consignas que pareciera a primera vista no alcanzar, pues se convierte rápidamente en una joven esposa y ama de casa, y luego en madre, abuela y bisabuela, ante nuestros ojos. Sin embargo, sí que su vida valió la pena, llena de aprendizajes y experiencias a lo largo de las décadas, siempre dentro de la cocina y preparando aquel eterno pastel, convertido ya en una tradición de la casa, en compañía de sus curiosos familiares (interpretados en sus respectivos momentos por unos magníficos Marisa Minetti, Manuel Gold, Macla Yamada y Eduardo Camino) y por su eterno amigo (un divertidísimo Pold Gastelo).

El espacio circular que ofrece el teatro es el ideal para representar la vida de Ernestina, como un enorme ciclo que se inicia y se cierra, siempre rodeada de vida, muerte, traiciones, desgracias; pero también muchos momentos de dicha plena. Como mudo testigo del drama, un pez dorado que representa a varias de sus generaciones, y que es incapaz de retener información pasados los tres segundos. Los actores deben representar sus personajes en distintas edades y todos cumplen su cometido con acierto, especialmente Villalobos, quien nunca sale de escena y que es perfectamente creíble en todas las edades que le toca interpretar. Page aprovecha muy bien las metáforas y las relaciones familiares que propone el texto de Haidle, convirtiendo así a Velas de cumpleaños en un sentido, conmovedor y poético espectáculo, acerca de lo trascendentales que siempre somos todos nosotros en nuestras propias vidas.

Sergio Velarde

15 de setiembre de 2023

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