sábado, 27 de mayo de 2023

Crítica: EN EL BAÑO


Todo queda en casa

La pubertad es posiblemente el espacio de crecimiento más duro del ser humano y donde se empieza a desarrollar la personalidad. Es también un momento en el que la persona empieza a comprender que los cambios en su cuerpo también tienen conciencia en su psicología y en cómo comprende el mundo. En el baño fue una comedia sencilla, muy bien planteada y sobre todo, lúcida.

Personalmente creo que interpretar un personaje que no corresponde con la edad biológica del actor es un reto. Si se trata de un personaje mayor, es difícil; pero si este es mucho más joven, entonces es un desafío. En ese sentido, quiero resaltar el trabajo de todos los actores por lo realizado en escena. Era evidente que aún están en formación, pero la historia fue creíble, pues el suspenso de conocer el final causaba mucha intriga. Me gustó la idea de la historia, muy original: ¿Y si la fiesta, por azares del destino, se arruinara porque todos terminan encerrados en el baño? Al principio, creí que vería una comedia superflua y con chistes que rozan con lo escatológico, como lo que uno puede ver en ciertos programas de televisión los sábados. Todos los personajes tuvieron una serie de conflictos entre ellos, que pasaron desde lo amoroso hasta la envidia; sin embargo, lo que más me gustó del montaje fue que abordó el trasfondo psicológico de traumas detrás de los comportamientos ambivalentes de los personajes. Es decir, se humanizó la tragedia; el valor de la empatía es importante en todo trabajo dramático.

La actuación más resaltante fue definitivamente la del personaje de Diana Timoteo (la dueña de la casa), sobre todo cuando hacia el final ejecuta un monólogo desgarrador, revelando que sus padres son ricos, pero carentes de amor hacia ella. Fue una escena muy creíble y Timoteo se involucró tanto en esta que aún tenía lágrimas al momento de saludar al público. También destacó Flavia Peña, como la amiga ebria y sinvergüenza del grupo; un personaje en estado de ebriedad es muy difícil de sostener enérgicamente por tanto tiempo en el escenario.  Finalmente, Ángel Castilla se desenvolvió muy bien como antagónico; tiene mucho potencial como villano.

Por otro lado, la escenografía fue muy impactante, pues cuidaron muchos detalles como la ventana y accesorios de un baño. Yo creo que no era necesario, pero respeto la decisión de la productora Dramarte Producciones. Como sugerencia, hizo falta un afiche en la puerta de la presentación y personal que recepcione a los asistentes y a la prensa. Felicito a la productora por el montaje y les deseo muchos éxitos. Todavía recuerdo el pasado montaje de Pol, donde confieso que fue la primera vez que vi el género de terror en el teatro.

Enrique Pacheco

27 de mayo de 2023

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