martes, 2 de mayo de 2023

Crítica: ME TIENES HARTO


Amigos hartos

El teatro Barranco nos recibe, un espacio muy acogedor y bello, hay hartas personas esperando ingresar y algunos van calentando motores tomándose un traguito, un pequeño calentamiento para después ejercitar los abdominales con la risa.

Desde el inicio se siente el trabajo profesional de los realizadores, tanto los que están en escena como los que están fuera: un equipo organizado y que sabe lo que hace. Las luces del espacio eran cálidas y coloridas, un ambiente sonoro hacía sentir como si estuvieras en un bar despejando los quehaceres de la semana, un momento para olvidarse de todo y disfrutar.

Aparecen Lucho Cáceres y Christian Ysla o Christian Ysla y Lucho Cáceres; la estructura del diálogo está marcado para que ambos artistas se suelten y desplieguen su carácter discursivo en escena. Cada uno desde su perspectiva, el cuerpo de Christian es uno cómico de por sí, su sola presencia irradia sonrisas, mientras que Lucho se presenta con otra energía, una especie de galantería combinada con frescura y un carácter pesado.

La estructura del guion da a entender que siempre están improvisando, pero podemos inferir que es un formato que está creado para ello; no obstante, es necesario mencionar que sobre esa estructura se busca la participación del público y a partir de ello, los artistas muestran algunas capacidades de improvisación.

Christian parece como si estuviera nadando, no hay ninguna incomodidad para adecuar lo que el público plantea desde las risas; Lucho le pone el equilibrio, porque de lo contrario todo se elevaría en una enorme carcajada y nos quedaríamos explotando de risa por lo que se dice y hace. En cambio, dentro de toda la comicidad hay un freno y una pequeña reflexión inconsciente, respecto a lo que se está planteando desde las corporalidades.

Evidentemente hay una gran conexión entre ambos artistas, dentro del mundo cotidiano parece que la conexión es un elemento circunstancial, que tiene que ver con una gran voluntad del destino para conjugar intereses y espiritualidades; sin embargo, considero que dentro del arte, una gran capacidad a rescatar dentro de los que se dedican a este trabajo es esa gran elocuencia que muchos tienen para empatizar como si fuera una relación orgánica y armoniosa.

Muchas veces los artistas hasta ni siquiera pueden llevarse bien en escena, pero la atmósfera que crean con su relación espectacular es grandiosa. En el caso de Christian y de Lucho, pues según lo que comentan ambos ya vienen trabajando tiempo y comparten una amistad. Posiblemente esta condición aunada con sus capacidades genera un espacio de confianza, donde llegas a experimentar que estás junto a tus mejores amigos de toda la vida, recordando anécdotas de algún tiempo pasado. 

Aunque por muchos momentos de la trama sentí que todo caía en algo habitual dentro del humor, las presencias de los intérpretes terminaban levantando lo que aparentemente podría ser un simple espectáculo. Además, había momentos en donde debido a la prisa de los sucesos no se podía entender lo que decían, pese a que ambos estaban con micros de vincha.

Sin embargo, había algo en el espacio, el público tomaba alguna bebida y soltaba sus músculos, destemplaba la risa y expulsaba el estrés. El ambiente era agradable, la gente estaba muy contenta y participaba en las ocurrencias de Christian y Lucho. Todo se volvía contagiante, se notaba que estábamos frente a dos personajes con harta trayectoria.

Cuando aparecen el Tunche y el Culebra, podemos ver la capacidad de transformación que tienen los artistas y esto combina de forma rítmica con los pasajes de improvisación y humor, se experimenta un vaivén de sensaciones que expone de manera lúdica el oficio del actor.

La manera en la que solucionan los problemas que puedan suceder en la escena demuestra el profesionalismo y la gran experiencia que ambos tienen; todo está fríamente calculado y si algo sale mal, con mucha sutileza se lo hará parte del espectáculo, el tiempo vuela y te vas dando cuenta que si posiblemente ellos se tienen hartos, es porque quizá tienen harto amor que dar a su trabajo y a su amistad.

Moisés Aurazo

2 de abril de 2023

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