Del engaño y la calumnia al final feliz
El barbero de Sevilla es una comedia del teatro francés, ubicada en Sevilla, representada por primera vez en 1775 (la ópera vino después) y desde entonces ha hecho reír a muchas generaciones. En la puesta que vimos en la Alianza Francesa, Jean-Pierre Gamarra recurre a la rumba catalana del dúo Estopa, en voz de los personajes que nos reciben, cuyo canto, atuendo y maquillaje nos introduce a la comedia, con lo que logra dar mayor frescura a los textos originales de Pierre-Augustin de Beaumarchais.
Como toda comedia de trampas absurdas, enredos y trapisondas, el ritmo es fundamental. En este "barbero", la puesta logra divertirnos en cada acción de sus personajes, sin desperdicio alguno. Incluso desde bambalinas o fuera de escena contribuyen al ritmo incesante. El objetivo de una comedia es divertir y esta lo logra de principio a fin. Pero también nos divierte la mofa de conductas inmorales de quienes por su gran poder se presentan como superiores. Para ello, el mismo conde de Almaviva se presenta con la identidad falsa de un estudiante modesto, pero atrevido y enamorado. Todos engañan a todos, pero el final feliz, con la boda de Rosina y el Conde de Almaviva no premia el engaño sino la astucia, la bondad de los jóvenes triunfa sobre la ambición de una nobleza injusta y caduca, representada por los viejos Bartolo y Basilio, el maestro corrupto y calumniador. Rosina es desde el principio la víctima de las ambiciones de Bartolo y la llegada del joven Lindoro prende la chispa de la libertad y el deseo, ante un matrimonio impuesto y abominable y se muestra como una rebelde frente a las circunstancias. Fígaro no es un simple alcahuete, sino que inclina la balanza, con sus tretas, a favor del bien, frente al mal.
Conocemos la genialidad de Gamarra por sus puestas de óperas como Idomeneo y Cosi Fan Tutte de Mozart, Alzira de Verdi o Carmen de Bizet, así como obras de teatro como las de Moliere: El misántropo, El avaro y Tartufo. Esta alta expectativa no es defraudada por la puesta del Barbero en la Alianza Francesa, donde el peso de la puesta recae en el desempeño de los actores: se luce en expresividad la encantadora Amaranta Kun, en el papel de Rosina; la picardía y perspicacia de Fígaro, interpretado por Stefano Salvini; y el talento de Oscar Yépez (Conde de Almaviva), para ser el conde disfrazado de Lindoro, de un capitán borracho y por último, de un profesor de música. Completan el elenco con solvencia y mucho humor, Alonso Cano (Don Bartolo) y Martín Aliaga (Basilio).
David Cárdenas (Pepedavid)
1º de setiembre de 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario