Hay que seguir creando
En esta ocasión, continuamos con las dos últimas presentaciones virtuales del 4to Festival de Escenas Cortas organizado por la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD). Dichos trabajos, han sido creados con detalles y particularidades, que bien podrían recordarnos la frase: “Nada es lo que parece”, pues, el factor sorpresa y las revelaciones que vienen del interior, son algunas de las premisas en ambas historias. Así, las posibilidades para crear continúan en auge, y ello se agradece.
Monólogo de un actor desconocido
La breve pieza Un extraordinario homenaje del
dramaturgo Daniel Dillon, ha sido el punto de partida de esta historia que nos
revela al primer actor Rodolfo Hidalgo, quien ha decidido realizar dos únicas
presentaciones vía Zoom de su unipersonal Monólogo de un actor desconocido, luego
de mantenerse alejado de los escenarios por la cuarentena. Sin embargo, la
propuesta dirigida por Miguel Torres da un giro inesperado al presentarnos a
una mujer (Yasmin de la Oliva) que empieza disculpando la ausencia de Hidalgo,
para luego explicar que él ha muerto, entonces ella toma su lugar y como su
hija, le rinde homenaje a su memoria, haciéndonos partícipes de las anécdotas y
pasajes de la vida del actor. Una contundente interpretación por parte de la
actriz permitió al espectador entrar en el juego de la ‘no presencia’ del
supuesto protagonista, quien de alguna manera estaba presente a través de las
palabras de ella. Por otro lado, el acertado diseño de escenografía y el manejo
de los recursos audiovisuales que nos llevaron de vuelta al teatro (como
recinto) por un momento, enriquecieron y terminaron de redondear la propuesta.
Ecléctico-La manzana de Adán
Bajo la creación y dirección de Marisol Frasaida Mamani Aviles, esta propuesta se construyó en base a la exploración del actor/performer Pável José Paniagua Tapahuasco, quien mediante el trabajo físico y el baile, nos presenta a un ser humano que busca despojarse de algunos aprendizajes y prejuicios. Un viaje hacia el interior, propuesto desde un escenario extra cotidiano, como una fantasía o sueño que busca realizarse. Acompaña al intérprete, una narradora, quien teje la historia con palabras en verso y guía esta suerte de transformación, la cual se complementa con la música y el buen uso de las imágenes. Cabe resaltar, la conmovedora y cuidada ejecución del personaje por parte de Pável Paniagua, quien nos mostró la vulnerabilidad y honestidad de un ser que pretende evolucionar y soltar las cargas impuestas, tal vez por la familia, o por la propia sociedad. Desde luego, la simbología de la propuesta, nos revela que podemos reflejarnos en este personaje ecléctico, humano y conciliador.
Maria Cristina Mory Cárdenas
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