La entrevista
El Proceso de Daniel Goya es un montaje claramente intrigante y que me llevó a entender los muchos procesos por los cuales pasa el subconsciente de un entrevistado en un reclutamiento laboral. Ambos personajes representados por Wenddy Nishimazuruga y Gianfranco Cruzado, mediante Zoom, simulan una entrevista. La ambientación fue perfecta: una oficina y un escritorio sucinto, pero con una iluminación tenue. Es de destacar el esfuerzo de la producción sobre la calidad de los vestuarios, muy realistas para la ocasión.
El montaje fue bastante breve y de acceso
libre, pero tanto la dramaturgia como las actuaciones fueron realmente
sobrecogedoras. La organicidad de las
expresiones de miedo, estrés, duda, alegría y decepción fueron sencillamente
atractivas, sobre todo del personaje de Wenddy, la entrevistadora. También
Gianfranco demostró su capacidad para empatizar con el público, cuando en un
momento pasó de la frustración a la tristeza, cuando revela una verdad incómoda
por teléfono a su ex pareja. Gianfranco demostró con
creces su gran experiencia actoral.
Otro de los aspectos estéticos fue la
musicalización tanto al inicio como al final del montaje. Fueron realmente emocionante las notas que
simulaban la voz de Julieta Venegas con el estilo Laguna Lai. La combinación
fue perfecta y como siempre, es de felicitar la iniciativa de producir música
original. La canción fue Señor Cuculí de la banda
Viajante Malabar.
Personalmente creo que El
Proceso es una demostración que un breve montaje con actuaciones claras y una
historia original (además de la música) pueden emocionar. Es bueno mencionar
esto, en estos tiempos cuando muchos actores o agrupaciones de teatro,
tradicionalmente asociados con lo “clásico” o “mainstream” del teatro limeño,
han montado espectáculos que dejan mucho que desear. El teatro independiente
vive y es grande, aun con virtualización y eso se llama pasión por este arte.
Enrique Pacheco
7 de setiembre de 2020
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