Plantea algo no tan obvio y sorprende
En ningún lugar del planeta existe alguna
familia eximida de problemas. Los hijos pueden tener algunas discrepancias con
las ideas de los padres. Eso puede generar alguna tensión momentánea, es normal.
Ya sea el cambio de la carrera universitaria del hijo o hija, cambio de su
orientación sexual o la renuncia a las creencias de alguna religión va a crear
conflicto. Sin embargo, deja esa normalidad cuando estas diferencias desatan
caos y acarrean heridas que demoran en sanar en los hijos. Pese a eso, siempre
habrá lugar para el perdón y así, regresar a la casa que los vio crecer. Un
ejemplo de esta situación es Papito,
obra producida por La Sangre Live. En este espectáculo virtual, Micaela Valdés
dirigió a los intérpretes Patty Villalobos, Nicolás y Javier Valdés. Además, el
libreto fue escrito por David Ames y la obra fue transmitida vía Instagram Live.
Para acceder a la obra, primero se debe
seguir a unos perfiles en Instagram. Estas cuentas son de los personajes que a
la vez publican en sus historias las llamadas de aviso para el inicio del
espectáculo. Así, estos personajes virtuales poseen cierta particularidad, porque
no solo existen como ente imaginario en el plano cotidiano o real; sino que
también se presentan en el plano virtual: cada uno cuenta con un perfil en
Instagram.
En relación a la idea anterior, los
discursos posteados por los personajes en sus historias sacan al espectador de
la complicidad para creer su testimonio. En otras palabras, es el personaje
virtual quien avisa al espectador que acontecerá un hecho teatral. Entonces,
para el público, ese ente actuante virtual -el que tiene un perfil en
Instagram- deja de ser verosímil.
Por otro lado, la situación dramática
inicia cuando madre (Villalobos) e hijo (Nicolás Valdés) están conectados desde
sus casas. Estos tienen una videollamada, pues el motivo es la celebración del
cumpleaños del padre (Javier Valdés). Desde el inicio hasta el final de la
obra, los personajes se mantienen en sus respectivos espacios escénicos (lugar
donde ellos y su atmósfera habita), además hablan a través de un mismo espacio
de interacción (espacio de encuentro). En ese sentido, los actores crean una
sola atmósfera a pesar de estar en espacios escénicos distintos. En otras
palabras, interiorizaron el texto y estuvieron conectados en todo el desarrollo
del espectáculo teatral. Además, sus actuaciones fueron verosímiles, pues
ningún actor o actriz actuaba de una forma teatral.
La madre y el hijo son entes teatrales que
se escuchan. Sin embargo, el personaje del padre no logra el mismo efecto en
los demás personajes. Cuando este reprende a su hijo, no lo escucha. Esto, en
el momento del espectáculo, parecía increíble. Sin embargo, a nivel
dramatúrgico, el texto plantea algo no tan obvio. En resumen, Papito es una obra teatral que promete
un discurso no teatral, sino más cotidiano, por ende, verosímil a nivel de
actuación. Además, ofrece un texto dramático que sorprende al final de la obra.
Elio Rodríguez
6 de setiembre de 2020
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