Cuando la justicia toca tu puerta
En esta oportunidad, el Teatro La Plaza nos pone en escena la obra Temis, escrita por Pablo Manzi y dirigida por Nishme Súmar, con un elenco conformado por Augusto Mazzarelli, Gisela Ponce de León, Stephanie Orué, Gabriel Iglesias, Diego Pérez y Eduardo Pinillos.
Súmar es conocida por dirigir obras de gran calidad, con historias que tienen mucho por contar, y Temis no es la excepción. Utilizando elementos que radican en lo cómico, lo absurdo y la ironía, se nos presenta a una familia de la clase alta, con una empresa que se jacta de tratar bien a sus empleados, ser justos, con conciencia de clase, etc., hasta que un día se enteran de la existencia de una media hermana, la cual ha llevado un estilo de vida totalmente distinto al suyo, alejada de todo tipo de lujos y deambulando por las calles. Ella llega para desestabilizar el perfecto orden familiar, para inquietar al padre que, dentro de su demencia senil, parece ser el más consciente de que las cosas no se están haciendo tan bien como se creía y que pronto vendrá Temis para equilibrar la balanza. Es así que vemos cómo cada miembro de la familia se va desenmascarando, quieran o no, ante un público que podría estar incómodo por lo real y cercanos que se sienten esos personajes a la vida misma.
Cabe destacar el gran y original trabajo de composición musical de Jan Diego Malachowski. Cada sonido te sumerge en un clima de misterio y te da la sensación de que pronto algo va a ocurrir. Además, cuenta con una escenografía para nada sencilla, muy bien elaborada; el trabajo de iluminación también funciona muy bien con la historia para ayudar a construir la atmósfera. La decisión de la aparición de la silueta de Temis cada tanto por las ventanas también fue muy acertada. Cada situación que se daba sobre el escenario tenía un elemento no solo de ironía y humor, sino también un toque fantástico. Y la secuencia final que fusiona lo real con la imaginación, seres mitológicos hablando de justicia social, le dan a la obra una especie de alivio entre la tensión que se estaba generando por el drama familiar. Si bien se siente un poco como una obra educativa que trata de guiar al espectador por un determinado camino, eso no quita lo valioso de su mensaje.
Finalmente, con Temis, Súmar añade variedad a su repertorio: vas con una idea en mente de lo que podría ser su obra y sales con una totalmente distinta, pero no en el mal sentido. Nos demuestra, una vez más, que no hace falta recurrir a historias complejas o solemnes para hablar de temas importantes, que incluso a través del juegos y hechos que solo serían posibles mediante la imaginación se puede abordar temas tan serios como lo es la hipocresía, violencia e injusticias que estructuran ciertas familias y la sociedad misma.
Barbara Rios
18 de agosto de 2025

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