Oportuna revisión de clásico nacional
Con un puñado de sus clásicos estrenándose cada cierto tiempo, como la notable ¡A ver, un aplauso! (1989) o la entretenida El viaje de la Santa (2023), el dramaturgo César de María es la clara y destacada evidencia de que sí existe Teatro Peruano. Sus textos, de variadas temáticas y curiosos personajes, como en Kamikaze! o La historia del cobarde japonés (1999) o Dos para el camino (2002), trazan historias en las que se amalgaman con brillantez el destino, la ironía, el drama y lo impredecible de las emociones humanas. Llegó hace un par de meses al Teatro Ricardo Roca Rey de la Asociación de Artistas Aficionados una de sus piezas más recordadas y que bien debería contar con una mayor cantidad de reposiciones: Laberinto de Monstruos (1998), que en esta oportunidad encontró una feliz reinvención de la mano del director Jorge Gálvez.
Con la metáfora servida desde el título, la historia sigue a cuatro ingenuos adolescentes en los años 70 que encuentran trabajo en una feria ambulante, el que consiste en disfrazarse de monstruos y asustar a la gente dentro del laberinto; y a la vez, asistirán a su propia pérdida de inocencia al intentar perpetrar un delito. Con una sólida propuesta de dirección, en la que prevalece una cuidada estética que suma a la creación de atmósferas, es el cuarteto de jóvenes el que conduce al espectador a través de la trama, que incluye además a una envalentonada amiga y a un misterioso hombre que porta un maletín, presumiblemente lleno de dinero y que desencadenará la tragedia. La puesta mantiene un delicado equilibrio entre las situaciones jocosas y las secuencias dramáticas, especialmente durante los monólogos de cada uno de los coprotagonistas.
A destacar al joven y entregado elenco, que incluye a René Ynquillay, Bruno Bernal, Renato Cruces, Patricia Moncada y especialmente, a un carismático Juan Velazco. Mención especial para Jesús Suica, quien interpreta sin tacha tres roles en la obra, todos con convicción y destreza. Laberinto de monstruos, con la acertada producción de Atmósfera Alterna, fue una oportuna y más que lograda adaptación de una muestra del talento de De María, dramaturgo peruano en plena actividad y que todavía nos regalará, seguramente, más de sus bienvenidas historias en el futuro.
Sergio Velarde
24 de agosto de 2025
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