Infieles Anónimos: confesiones con humor
La propuesta teatral Infieles en apuros se presenta en el Bar Efímero, en el distrito de Barranco. Escrita por José Gregorio Rodríguez, dirigida por Miguel Seminario y producida por Terciopelo Rojo Producciones, la obra apuesta por un espacio alternativo que potencia la dinámica de su historia: un escenario íntimo que acerca al público a los enredos de los personajes y lo convierte en cómplice de sus secretos.
El montaje se sostiene en una escenografía minimalista y funcional, donde pocos elementos bastan para construir el juego escénico. Esto permite que la acción física y la interacción entre actores adquieran protagonismo, generando una convención clara desde el inicio. La proximidad con los espectadores favorece un ritmo ágil y dinámico, esencial para la comedia, y permite que cada diálogo y gesto se reciban de manera directa. La iluminación tiene un rol adecuado y guarda relación con la escenografía. En contraste, la música no siempre mantiene la calidad necesaria, lo que resta fuerza a algunos momentos. El vestuario, en cambio, destaca por la coherencia de su paleta de colores: cada personaje se distingue con claridad, reforzando su construcción y favoreciendo la composición escénica.
En cuanto a las interpretaciones, los actores ingresan a escena con buen ritmo y escucha, pero conforme avanza la obra se percibe cierta pérdida de precisión. Los altos niveles de intensidad emocional, por momentos, se fuerzan sin progresión dramática, lo que debilita una actuación con verdad y orgánica. Aun así, se logran apreciar otros momentos donde la intensidad se justifica y logra sostener el ritmo. Asimismo, cuando los intérpretes no estaban accionando o hablando, desconectaban de lo que pasaba en escena y no estaban presentes.
Un aspecto que genera ambigüedad es la falta de definición en el código de actuación. Además, no siempre queda claro cuándo los intérpretes se encuentran dentro de la ficción y cuándo deciden romper la cuarta pared. Este vaivén afecta la conexión con los eventos narrativos. Sin embargo, involucrar al público como parte de los Infieles Anónimos resulta ingeniosa y aporta frescura al relato. Por otro lado, el uso de playback, un recurso que rompe la coherencia de la historia: en lugar de potenciar la comedia, fuerza la broma inmediata y debilita la progresión narrativa.
En suma, Infieles en apuros ofrece una mirada divertida sobre el amor y la infidelidad, utilizando la comedia como herramienta para desnudar verdades incómodas. Sin embargo, decisiones artísticas poco claras desde la dirección y en la actuación dificultan el desarrollo pleno del montaje. Asimismo, no hubo una curva dramática bien ejecutada.
En escena: Alfredo Motta, Gia Ocampo, Alexander Ugalde, Celeste Mori, Rodrigo Delgado.
Rubén Aquije
27 de agosto de 2025

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