Cápsulas de tiempo
Un hombre muere y entra a un espacio tecnológico entre la vida terrenal y el más allá, un lugar donde puede reconectar con sus recuerdos y volver a vivenciarlos. Hay una gran dinámica interpretativa en cuanto al discurso, los parlamentos son rápidos y están cargados de humor, hay inteligencia en la dramaturgia y buenas cualidades al momento de cobrar vida por parte de los artistas. El juego de luces es particular, cada cierto tiempo hay como un pequeño escaneo a la mirada, los tachos iluminan directamente nuestros ojos en un vaivén desde arriba hacia abajo; causa una sensación, quizá hastió, quizá burla, pero acontece una relación con el formato de la historia.
Los momentos parecen no tener conexión, van de un lado a otro, pero resultan ser una exploración de pequeñas microobras, aspecto bastante interesante que apremia de algo novedoso al momento. Lo que más me gustó fue la alegría del parlamento, la curiosidad de la risa para criticar algunas cosas, los personajes deambulan en circunstancias insólitas, donde la naturalidad es un elemento fuerte dentro del hábitat de la obra. Hay momentos donde sucede una interacción directa con el público, es una forma de mantener la atención que va en crecimiento conforme van pasando los minutos. Los personajes se enfrentan a situaciones particulares que conectan con el espectador, realidades que de alguna manera podrían ser nuestra realidad o no exactamente lo mismo; pero quizá puede despertar algunas células de la memoria dentro de cada uno, desde mi mirada como jugaban las situaciones me parecía muy bien trabajado, gran conciencia de ritmo y divertido, con palabras que provocan alguna que otra reflexión.
Los distintos momentos o pequeñas obras que van sucediendo trabajan la tecnología y la realidad como un elemento que se difumina de tal manera que ambos terminan simbióticamente mimetizados, hay una gran satisfacción al entender que todo acaba tan rápido y que seguidamente iniciará algo distinto, pero parecen tener conexión o quizá se puede imaginar, porque la mente quiere verlo así, lo asocia de esa manera. Todo trascurre de forma insólita, son como saltos de realidades, como nubes virtuales esperando por conectar con la red de wifi para activar su vivencia y empañarnos las sensaciones.
Me gustó el momento de la muerte, porque hay esta posibilidad de la intromisión de la tecnología incluso más allá de la vida, el momento de los chicos que graban los castings también me parece divertido, porque es una forma de conectar con la realidad de los estudiantes o profesionales de artes escénicas, la forma en que organizan su trabajo y las vicisitudes de encontrar estabilidad dentro de un plano tan inestable. La chica y el chico que se enamoran sirve como un vaso de agua fría para refrescar el calor porque se permite la inclusión del público para decidir el destino, una gran prueba de fuerza, ¿triunfa el amor?, ¿se da un final feliz? o ¿gana la fuerza del mal?, ¿el chico se queda sin la chica?...es interesante ver cómo las personas están hartas de los finales felices, pero a la vez también están hartas de los finales trágicos. Por ende, encontrar un final que se deslinde de estas dos posibilidades tal vez sea llegar a un camino del absurdo, qué nos podría dar el absurdo en este momento tan dialecto, tan dual, sería interesante romper los pares. Las citas virtuales también son tomadas en un momento, es divertido porque en todo el trascurso de la obra hay distintas fibras que puede conectar con la multiplicidad de espectadores, es como un contexto general de la subjetividad de las personas de este tiempo, una especie de remembranza de lo que nos acontece y nuestra forma de relacionarnos y asimilarlo. Las dos chicas que se besan en la fiesta es un momento tierno, porque empiezan discutiendo debido a que una de ellas ha besado a alguien que le gusta a la otra; sin embargo, este momento resulta ser el desencadenante para que las confesiones sucedan. Me parece tierno por la forma en que se han trabajado los cuerpos, su proximidad y lejanía va tramando una forma de entender la sorpresa, lo inesperado o quizá lo que a veces nos negamos a ver. El amor está presente en toda la obra, de distintas maneras, de padre a hija, de personas que se gustan, personas que se enamoran, que se conocen, o talvez el amor de amar lo que haces sobre todas las cosas.
Pero la puesta no es solo eso, hay momentos hilarantes como los del pollo o como la de los créditos, es una sorpresa constante, el hilo narrativo es desestructurado y encierra un gran globo interpretativo. Me gustó el trabajo de las luces y la rapidez de los momentos, a veces en estos tiempos es difícil sostener la atención por más de media hora, nos estamos acostumbrado de manera insólita a lo efímero, y creo que a partir de ello es una buena forma de acercarse al mundo nuevo, proponiendo una obra completa, pero con cápsulas de espacio y tiempo dentro de ella.
Moisés Aurazo
19 de agosto de 2025
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