Transformar, salir de ahí
Romina Viñas nos ofrece una historia sobre el trastorno
bipolar y el diálogo constante con el pasado y el presente. Bajo la dirección
de Jonathan Chumpitaz Zeta.
Digo historia, porque contada, narrada y expuesta como ha
sido realizada se digiere bien; como novela corta o suceso ocurrido en la vida
de alguien, similar a esas que nos encontramos rápidamente en cualquier red
social y que con la misma rapidez es olvidada. Por ello, en escena queda solo eso:
una historia, sin acción, sin conflicto, sin drama.
Es decir, el trabajo hecho por Viñas es un trazo muy grueso
de lo que sería componer una obra a partir de su inquietud e interés por la
palabra “crisálida” y su significancia, puesto que no solo basta con dar a
conocer que este es un estado por el que pasan ciertos insectos. De ser así,
mejor leo un libro, ¿no? El teatro, el espacio escénico tendría que ofrecer más
que eso.
Por otro lado, tratar de construir un discurso sobre salud
mental en relación a un personaje con trastorno bipolar queda también en lo
superficial, en lo que fugazmente se sabe de estas personas con trastornos de
ánimo o lo que tópicamente se percibe de estas.
Es una puesta en escena que solo cuenta con un momento
dramático y es en efecto, porque el cuerpo lo genera, porque hay acción, una
necesidad o urgencia de conseguir algo. Vemos a Emma (niña) en aprietos, rodeando
y envolviendo realmente con papel higiénico a la adulta, hay una necesidad
física, un accionar y eso es lo que conmueve. Es un breve momento, llamémosle “poético”
en relación a lo que se cuenta en la historia, desde el personaje y el discurso
que se intenta sostener. Sirve de imagen, genera sensaciones y compone, en
parte, lo que se ha dicho hasta el momento.
Sin embargo, cuando aparece la palabra, llega de la mano la
emoción forzada por ambas actrices, sobre todo por Romina. Por tanto, pierde
todo trabajo estético que casi logra.
Finalmente, no está de más señalar que no se percibe ningún
tratado de utilería, escenografía, iluminación o sonido. Mucho menos en los demás
personajes que acompañan a Emma, que, al no existir conflicto alguno con estos,
más allá del querer su compañía, son incluso innecesarios pues no generan nada
en relación a la acción dramática, la cual, de hecho, no existe.
Conny Betzabé
25 de octubre de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario