sábado, 11 de julio de 2020

Crítica: RECONCILIACIÓN


El convivio y la comunicación efectiva en épocas de Covid 19

El contexto del Covid 19 sigue generando oportunidades de adaptación en distintos aspectos.  Es así como la nueva normalidad, donde la distancia rige la mayoría de actividades, está dando lugar a productos artísticos bajo la necesidad de hablar y reflexionar sobre lo que estamos viviendo. Uno de  los recientes estrenos virtuales fue Reconciliación, obra de Carlos Arata, bajo la dirección de Nata Niño de Guzmán. Esta representación propuso la conversación entre dos hermanas, interpretadas por Vera Castaño e Isabell Chappell, cuya relación se ha visto afectada bajo el contexto de la pandemia. La obra, que se transmitió a través de la plataforma Zoom, se plantea en un inicio como una aparente videollamada típica entre las hermanas dado el distanciamiento obligatorio. En el transcurso de la conversación, poco a poco se van conociendo datos específicos sobre la relación entre ambos personajes.

La construcción de los personajes de esta obra tuvo un gran nivel de detalle. En el caso del personaje interpretado por Castaño, logró que tanto la corporalidad como la caracterización fueran precisas y trabajadas a fondo. La manipulación de objetos como el cigarro que usa en la representación fue ejecutada de un modo particular y propio de personaje –el espectador no podría imaginarse al mismo personaje fumando de otra manera-.  La caracterización utilizada por este personaje, con ropa de entrecasa y sin ningún tipo de modas de por medio,  acompañado con el gran trabajo minucioso de manejo de objetos y apropiación del texto, dio como resultado a un ser completo e interesante de ver a través de la pantalla. Por otro lado, el personaje interpretado por Chappell representó una personalidad opuesta a la de su hermana. Este personaje también logró un gran nivel de detalle en su construcción. La corporalidad del personaje denotó a una persona sin vicios, relajada, propio de una profesora de yoga. Cada movimiento percibido por el espectador  daba información precisa.  Un gran aporte dentro de su caracterización fue la escenografía que veíamos alrededor de ella: las telas de colores, velas y mandalas que el espectador pudo observar fueron un detalle indispensable para darle redondez al personaje. Definitivamente cada detalle de esta obra fue pensado minuciosamente, dando como resultado una llena de información y estímulos interesantes para el espectador.

Esta puesta, como ya se dijo, nos propone estar presenciando una videollamada. Esto significó que cada actriz utilizara una cámara y un espacio visual limitado por esta. Fue interesante una ligera diferencia que se percibió entre ambas hermanas: mientras que el personaje de Castaño veía hacia la cámara desde una posición más arriba de esta, el de Chappell miraba a la cámara de una manera frontal y algo lejana. Rescato esta diferencia en la interacción con las cámaras, porque es interesante cómo la obra ha planteado una manera particular de interacción con los dispositivos por parte de ambas actrices.

Una discusión entre hermanos o familiares es cosa del día a día. Sin embargo, en esta cuarentena, más de uno hemos experimentado un punto de quiebre en las relaciones con la gente con la que convivimos. La cuarentena no solo es sinónimo de encierro, sino también representa una época en la que inevitablemente nos vamos a cuestionar sobre todo lo que antes se consideraba normal. Esta susceptibilidad propia del contexto puede traer como consecuencia el re-pensar nuestras relaciones interpersonales. ¿Hasta qué punto es sano para mí convivir con aquel familiar? ¿Hasta qué punto la relación podría mejorar si se decide tomar distancia? ¿Podemos reconciliarnos con personas que han podido ser nocivas alguna vez para con nosotros? Son algunas de las preguntas que esta obra puede plantear. Reconciliación nos muestra una relación entre dos hermanas con unos altibajos complejos, bajo la invitación de que el espectador pueda sopesar las diferencias entre familiares a través de la comunicación. 

Reconciliación, una obra muy necesaria y vigente ahora mismo, no significa cambiar la forma de ser de alguien que no es tan parecido a nosotros: en este caso, podría significar el tener apertura para la comunicación efectiva entre personas con diferencias.

Stefany Olivos
11 de julio de 2020 

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