Somos reflejos
En primer lugar, quiero
felicitar a todo el equipo de producción de Express Teatro Colectivo, por el
gran esfuerzo que le han dado al evento. Este complejo
y difícil contexto que estamos viviendo no es justificación para no ofrecer
productos de calidad. La puesta de Esperando el lunes es
una obra del repertorio del Celcit (Argentina) y el autor es Carlos María
Alsina. La dirección es de Nany Flores y se trata más que
de un montaje clásico, de una lectura dramática. Aunque se debe mecionar que es un reestreno, pues estuvo en temporada el Teatro Ricardo Blume hace un año aproximadamente.
La puesta es una serie de escenas
en las que los protagonistas enfrentan discusiones muy fuertes sobre la
existencia. El personaje del viejo lo interpreta Américo Zúñiga y el joven, Manuel
Baca Solsol. Al enterarme que es una obra ya publicada, no resistí la tentación
de leerla mientras miraba el montaje en mi celular: la lectura en la computadora
y el montaje, en el celular, al mismo tiempo, para poder saber qué tan fiel le es
a la obra original y el resultado dio muchos frutos. Fue de destacar la
interpretación de Zúñiga, pues le dio muchos peruanismos y naturalidad a su
personaje del viejo orate. No fue una intepretación
literal y eso fue lo más resaltante. El personaje del joven fue un poco más lineal y Baca Solsol mantuvo la
misma energía en los diferentes estados de ánimo de su personaje, que era mucho
más sucinto y pragmático que el de Zúñiga.
La propuesta es
brutalmente interesante, pues es necesario al menos verla y leerla dos veces
para entenderla. Los diálogos son confusos, a primera vista, entre un orate que
se hace pasar muchas veces por varios personajes y un joven psicólogo que está
a la espera de algo. Todo es simbólico, pues ambos son el reflejo del otro en
otro tiempo. Es de felicitar al director por esta elección, pues para obras que
implican una concentración extra al espectador, son sencillamente geniales.
El formato Zoom implica
muchos cambios. Los actores no descuidaron la calidad del vestuario. Sus gestos
faciales son claves para que sus dialogos sean convincentes y lo alcanzaron,
sobre todo Zúñiga. Creo que un punto que habría ayudado mucho sería una mejor ambientación
musical, especialmente en los momentos de mayor tensión, como en la última
escena. A veces, el silencio para obras tan complejas como esta, genera una
sensación de insatisfacción.
Luego de la lectura
dramática, se nos permitió un breve diálogo con los actores y directora. Zúñiga
señaló que un punto clave para poder lograr que este montaje salga con tanta
naturalidad es la confianza y años de trabajo en equipo que tiene con Baca
Solsol. Además, Zúñiga narra que el personaje implicó una construcción
singular. Les deseamos muchos éxitos.
Enrique Pacheco
14 de julio de 2020
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