Lenguaje y democracia
Wittgenstein mencionaba
que “una lengua que no cambia es una
lengua muerta” o que “el límite del
lenguaje es el límite de nuestro mundo”. A primera vista, el lenguaje
inclusivo genera muchas desconfianzas respecto a lo que se refiere, pues es un
ámbito que recién se está incorporado en el Perú. Ernesto Cuba, estudiante de
Lingüística Hispánica de la CUNY, lo define como las prácticas lingüísticas que
buscan evitar el sexismo en el lenguaje. Es decir, no se reduce solo a las
formas, como el cambiar el “-x” por los clásicos “ella/ellos”. Luz Muñoz,
profesora de Filosofía, indica que es preocupante la normalización de discursos
androcéntricos en el lenguaje, es decir machistas. Leyla Huerta, mujer trans y
activista, da un enfoque desde su experiencia; por ejemplo, el exceso de usos
de términos masculinos inconscientemente desde su propia cotidianeidad.
El lenguaje inclusivo
podría hasta tener una justificación más allá de la justicia; lo que sucede es
que en el español no tenemos el sustantivo neutron, como sí existe en otras
lenguas romances (como el alemán) o no romances. Como indica el moderador de
este rico debate, Sebastian Eddowes, en vista que nos falta algo en el español,
lo hemos tenido que crear. Adicionalmente, Cuba indicó que ya existen ciertos
precedentes en el intento de lenguaje inclusivo, por ejemplo, el uso del “@” en
las revistas contraculturales de la década pasada.
El conservadurismo es actualmente una
barrera muy grande para la democratización del lenguaje. Argumentos como “la defensa del matrimonio tradicional” es una bandera para
deslegitimar estas luchas, cuando no saben que esa institución se formó recién
en el siglo XIX, pues en la Biblia no aparece esa “familia tradicional” como indica Eddowes. Hay que ser claros y
coincido con Muñoz que quienes atacan con vehemencia estos derechos tan básicos,
en realidad están defendiendo un sistema de opresión y de relaciones de poder y
dominación desde la colonia y que en un contexto de república inconclusa, da un
panorama desolador.
El sexismo es la
discriminación de un género hacia otro por considerar inferior a este
último. Es una práctica prejuiciosa ejercida durante muchos años, que impide en
mayor medida al género femenino el goce y el ejercicio de todos sus derechos,
limitando su acceso a todas las oportunidades que merece como ser humano, y lo
estereotipa en un determinado rol social.
En resumen, los invitados
coinciden en que el lenguaje inclusivo no va a salvar al mundo. Sería muy
reduccionista e ingenuo pensar algo así, pero es una lucha que se enmarca en
una sola palabra: democracia; y además, valor, que muchas veces se nos olvida
en el Perú.
Enrique Pacheco
2 de julio de 2020
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