martes, 21 de julio de 2020

Crítica: ENCIERRO: EPISODIOS DE CUARENTENA


Ni teatro, ni corto… una exploración para decir y observarnos

Viajemos por tan solo unos segundos al inicio de la cuarentena, cuando nadie podía salir de casa. La primera, segunda o tercera semana, tal vez, nuestro cuerpo y alma podía resistir a ese encierro. Pero después, en el término del primer mes, la ansiedad, el miedo y la lucha contra nuestros demonios eran un vaivén en nuestra cabeza e invadían nuestro cuerpo contaminando nuestra alma. Así, surgió ENCIERRO: Episodios de cuarentena. Este proyecto fue producido por la compañía de teatro La Partera, conformada por Joel Calderón, Omar Peralta, Daniela Trucíos, Álvaro Pajares y Déborah Baquerizo, actores y actrices egresados de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD) y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Además, dicho proyecto se trasmitió vía online a través de la plataforma YouTube.

En estos tiempos de pandemia, se ha generado el debate sobre si un proyecto escénico es teatro o no. Sin importar eso, La Partera produjo este trabajo escénico tratando de combinar y experimentar en el lenguaje audiovisual y teatral. En ese sentido, mediante dichos lenguajes, cada artista-personaje nos comparte un monólogo sobre cómo el aislamiento obligatorio está afectando su vida cotidiana.

Luego de observar atentamente la obra, nos viene la iterativa pregunta: ¿es teatro? El buen proyecto escénico definitivamente no es teatro. Pues a través de la plataforma YouTube, la compañía nos muestra cada monólogo interpretado por un actor o actriz, presentados de manera secuenciada y que además, ya pasaron por un proceso de edición. Sin embargo, presenta algunos elementos teatrales, como un actor o actriz interpretando un rol o personaje y diciendo un monólogo. Entonces, si no es teatro o “teatro virtual”, ¿es un cortometraje? No, definitivamente, tampoco es un “corto”. Pues en la propuesta hay cinco personajes que cuentan cómo les está afectando el aislamiento obligatorio a cada uno. No nos cuentan una historia con un inicio, nudo y desenlace, sino que cada personaje, que no interactúa con el otro, nos brinda información sobre su experiencia en dicha situación. De igual manera que jugaron con el lenguaje teatral, también exploraron con el lenguaje audiovisual. Cada uno tenía una videocámara, realizaron trabajo de edición y colocaron voz en off. Entonces, si no es ni “corto” o “teatro virtual” ¿qué es? Tal como argumentan los artistas de la compañía, su proyecto es un experimento audiovisual en la que trataron de explorar en ambos lenguajes cuyo resultado fue inmejorable.

“Los artistas (…) nos comparten desde su intimidad cómo el aislamiento obligatorio los ha enfrentado a sus propios demonios” es el logline del proyecto. Esta breve reseña nos invita a conocer un poco la historia de cada personaje. Pero, ¿en verdad los actores y actrices (artistas que interpretan la obra) son los personajes del proyecto? Pues no. Es cierto que no crearon un personaje, fueron ellos mismos en escena. Así, interiorizaron los textos creados por la misma compañía de teatro. En otras palabras, fueron ellos mismos, pero adoptando otros roles, un rol ficcional. Por otro lado, como punto de partida, este buen logline invita al espectador a ver el contenido de obra. Pero no solo eso. Sino que también conecta con el otro a través de la empatía: ¿quién no ha tenido una crisis de ansiedad durante ese tiempo?, ¿quién no se ha aburrido de mostrar solo lo “bonito” de su vida?, ¿quién no ha pensado en la muerte?, ¿a quién no le da miedo, ahora, salir a pasear al perro?, ¿quién no ha tenido que reinventarse de alguna u otra manera? Además, así como tuvieron un gran comienzo con el logline, cada frase en los monólogos describía aquello que se sentía en esos momentos de angustia y ansiedad. En resumen, conectaron con el público a través del texto.

En general, las interpretaciones fueron inmejorables. Los actores y las actrices le brindaron el valor necesario a cada palabra dicha. A pesar de que el logline también influyó para conectar con el público, la verdad que trasmitían los intérpretes mantuvo esa conexión con el espectador hasta el final del proyecto escénico.

ENCIERRO: Episodios de cuarentena es como un espejo que nos muestra que aquellos problemas que tenemos también lo tienen él, ella, ellos, ellas o tú.

Elio Rodríguez
21 de julio de 2020

1 comentario:

Richard William dijo...

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