Reinventando un clásico
Llevar a escena una obra clásica siempre representa un desafío, especialmente cuando se aborda desde una reinterpretación contemporánea. Sin embargo, es precisamente en esta mirada renovada donde reside el valor de una propuesta audaz, y en este caso, INATEM logra ejecutarla ofreciendo una perspectiva fresca y única para el legado de la obra, combinando el teatro y la danza. INATEM Productora, bajo la dirección de Karlo Luyo, presenta una adaptación de uno de los grandes clásicos de García Lorca, retitulada Bernarda Alba, con un elenco compuesto por jóvenes talentos como Celia Ponce, Jilary Huerta, Cynthia Bravo, Diana de la Torre, George O’Brien y Daniela Rodríguez León.
Si bien puede haber opiniones encontradas acerca de la elección de reponer un clásico, me parece más que justificado cuando los temas a abordar son temas que, lamentablemente, siguen vigentes. Así, la obra aborda la opresión hacia las mujeres bajo el autoritarismo de una sociedad patriarcal y las tensiones familiares que surgen dentro de un contexto estricto moralmente. La obra narra la historia de cinco hermanas que viven bajo el mandato de una madre autoritaria, Bernarda, quien impone una estricta disciplina en su hogar y decide por las vidas de sus hijas. Aisladas del mundo exterior, las hermanas viven bajo un ambiente de represión, siguiendo órdenes, pero se verán confrontadas por sus deseos personales.
En esta versión de la obra se apuesta por teatro danza, donde la coreografía es un elemento que no solo acompaña la narrativa, sino que se convierte en un vehículo crucial para expresar el mundo interior y profundizar en las relaciones entre los personajes. Por ejemplo, a través del movimiento corporal se intensifican los momentos de pasión entre los amantes y también se subraya la oposición entre las hermanas y la madre, cuyas interacciones, cargadas de tensión, son manifestadas mediante la expresión corporal.
En cuanto a las actuaciones, una de las interpretaciones más destacadas es la de Daniela Rodríguez León como Bernarda Alba, quien logra darle vida a una figura autoritaria cuya presencia dominó la escena. Asimismo, el joven elenco muestra gran destreza física, así como de interpretación, dejando claro las diferencias entre las personalidades de cada hermana.
En resumen, la adaptación de La Casa de Bernarda Alba a través del teatro danza no solo conserva la esencia de la obra original y sostiene el argumento, sino que además se atreve a combinar las artes expresivas para lograr una propuesta diferente. Los cuerpos de los actores y el uso de la danza permiten que la opresión, el deseo y la rebelión se manifiesten de una manera tangible y única, manteniendo la vigencia de los temas de Lorca.
Alexandra Valdivieso Chudán
21 de enero de 2025
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