Cuestión de límites
Actos consentidos es la obra que inaugura la temporada 2025 en el Teatro La Plaza, un intenso texto de la directora y dramaturga inglesa Nina Raine, traducido por Italo Cordano, bajo la dirección de Adrián Galarcep.
La puesta, dividida en dos actos, inicia con una reunión entre amigos en la casa de Edward (Oscar López Arias) y Kitty (Érika Villalobos), por la llegada de su primer hijo, quienes junto a Rachel (Anneliese Fiedler) y Jake (Gonzalo Revoredo), revelan detalles ocultos de su mundo interno entre indirectas y bromas ácidas. Más adelante, Tim (Miguel Álvarez) y Zara (Karina Jordán) se unen a la historia, causando una disrupción en la trama, junto a uno de los personajes interpretados por Cindy Díaz (Gayle y Laura). Si bien la narrativa confronta al espectador con una variedad de temas como la moral, el adulterio, el perdón y el funcionamiento del sistema de justicia frente a los casos de violación, todos tienen que ver con la complejidad de las elecciones y comportamientos del ser humano.
Respecto a la escenografía, está ambientada como una sala – comedor, con elementos funcionales; sin embargo, la iluminación juega un papel importante, ya que los cambios de escena y lugar se apoyan en ella, incluso cuando la atmósfera se torna más feroz, acompañadas por el incremento del sonido musical.
Por otro lado, las sólidas interpretaciones del elenco encarnan a estos personajes falibles y contradictorios, en su mayoría abogados, o aspirantes a serlo (en la ficción), que despojados de la objetividad de su profesión, muestran a través de sus decisiones, opiniones y estrategias personales, la banalidad y fragilidad de la condición humana, frente a un hecho condenable como lo es una violación, y el tratamiento que se da por parte del sistema, muchas veces indiferente y frío. No obstante, cada personaje defiende su propia verdad, lo cual nos lleva a infinitas interrogantes: ¿cuáles son los límites?, ¿seremos capaces de perdonar realmente?, ¿existe la justicia?, entre otras.
Sin duda, Actos consentidos es un drama con dosis de humor, que nos invita a la reflexión y al cuestionamiento, pues pone en la palestra hechos debatibles, que apartan al espectador de la comodidad, confrontándolo con su propia verdad. Una narrativa inteligente y mordaz, que a través de giros inesperados nos sacude, recordándonos el peso de nuestras decisiones, a veces, tan profundo como el vacío de los lugares deshabitados.
María Cristina Mory
15 de enero de 2025
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