El heroísmo de la memoria histórica
Los héroes de mi patria, escrita e interpretada por Ernesto Barraza
Eléspuru y dirigida por Rocío Limo, se presentó como una propuesta de teatro
documental que mezcla la historia personal del autor con los acontecimientos
clave de la historia del Perú. La obra, estrenada en el
Teatro de Lucía, implicó un viaje íntimo y reflexivo a través del linaje
familiar de Barraza, en el que se cuestiona su legado y, en un sentido más
amplio, el lugar del ciudadano común dentro del entramado histórico de su país.
Uno de los aspectos más
destacables e intbre deresantes de este unipersonal es la capacidad del autor
de entrelazar lo personal con lo histórico. A partir de
la venta de la casa familiar, Barraza emprende una investigación que lo lleva a
descubrir la fuerte conexión de su familia con una tradición militar de muchas
generaciones, lo que le permite abrir el debate sobre cómo estos legados
impactan en su identidad y en su percepción de la historia del Perú. La obra
utiliza documentos, fotos y videos para evocar figuras y eventos del pasado,
proporcionando una narrativa apropiada y multifacética al relato, el cual va
desde las guerras de la independencia hasta el presente.
La dirección de Rocío Limo da a la obra un
ritmo y un tono sobrios que permiten al público conectar con la reflexión
íntima del autor. No obstante, esta misma sobriedad puede, en algunos momentos,
generar un ritmo pausado que podría no enganchar completamente a ciertos
espectadores. Sin embargo, es precisamente en esa pausa donde se encuentran las
preguntas más profundas de la obra: ¿Qué significa ser peruano? ¿Cómo se
reconcilian los héroes familiares con la vida cotidiana y los desafíos
actuales?
Barraza Eléspuru, en su rol de intérprete,
se muestra vulnerable, sincero y profundamente conectado con su material. Su
presencia en el escenario es contundente. Sin embargo, hubo momentos en los que
el ritmo de la historia se caía, provocando la desconexión del público con la
historia. En cuanto a su escritura, logra equilibrar bien la crónica histórica
con la introspección personal, aunque en algunos momentos se podría desear un
desarrollo más profundo de ciertos eventos históricos que, por su relevancia,
podrían haber dado mayor peso a las reflexiones sobre la identidad nacional.
Los elementos multimedia no se sienten
invasivos, sino que complementan el relato, haciendo que el pasado cobre vida
de manera dinámica. No obstante, faltó precisión al momento de manejar el
contenido audiovisual. En ese sentido, este recurso podría haber sido explotado
con mayor creatividad para dar un impacto más potente en ciertas escenas clave.
Si bien algunos momentos podrían haber tenido más fuerza narrativa, la obra
ofrece un espacio para el cuestionamiento y la introspección, elementos que
hacen que el teatro documental cumpla su función de conectar el pasado con el
presente y de invitar al espectador a replantear su lugar en el mundo.
Stefany Olivos
23 de octubre de 2024
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