Vigencia del mito en versión libérrima
La mitología griega, a pesar de los siglos transcurridos,
sigue estando en plena vigencia hasta la actualidad. Personajes y situaciones,
envueltos siempre por una capa de tragedia, resultan eternos a pesar de las
múltiples versiones y reinterpretaciones, sin modificar en demasía, claro está,
su esencia original. Para que estos mitos se sostengan en el tiempo, resulta
inevitable que vayan adaptándose a las épocas modernas, ya que son finalmente
un fiel reflejo de la humanidad. Por citar un ejemplo reciente, Medusa (2023) se alejó de la imagen de
la criatura con cabeza de serpientes para representar a la mujer actual,
valiente y empoderada, pero arrastrada sin remedio por una sociedad machista y
cruel. Ahora le toca el turno a Andrómeda,
la víctima encadenada a su suerte para detener la ira de un monstruo marino,
que en esta versión se toma grandes licencias para asociarla con un crimen tan
terrible como lo es la trata de personas, y así conseguir un montaje curioso,
estéticamente atractivo y con un poderoso mensaje.
Producida por Fabutopia, la dramaturgia le corresponde a
Linda García y Rahib Bend, con la dirección de la primera, siendo la idea
original del segundo. La mayor fortaleza de esta puesta en escena radica, sin
duda, en el apartado estético lleno de contrastes: en medio de una vistosa
ambientación lumínica y sonora, los actores lucen ataviados con máscaras y vestuarios
de colores brillantes, desplegando sus virtudes corporales y gestuales, pero
para narrarnos una historia urbana localizada en nuestra caótica y violenta
Lima. Es esta marcada oposición de estilos, que chirría en los momentos más “localistas”,
la que consigue sorprendentemente las mejores secuencias y la que acerca al mito
con nuestra coyuntura social. La historia de esta bella jovencita llamada
Andrómeda, que participa en sospechosos concursos de belleza por insistencia de
su convenida madre y luego encuentra en su Perseo a su verdugo, es una atinada llamada
de atención frente a una problemática real y despreciable.
El joven elenco, sólido y comprometido, ejecuta sus acciones
e interpreta sus personajes con convicción, integrado por Arturo Huamaní, Sonia
Gamión, Katherine Paz y Angie Magallanes. Mención especial para el rol de
García en el montaje; además de escribir y dirigir, se reserva el personaje central,
así como el de la Madre y el del Empresario encargado del concurso mencionado,
saliendo más que airosa en su cometido. Estrenada en una brevísima temporada en
el Club de Teatro de Lima, Andrómeda
arriesga en señalar relaciones análogas entre el mito y la trata de personas
(con estadísticas actuales y reales incluidas), dentro de un montaje cuidado
estéticamente y que busca la reflexión del espectador frente a una de nuestras
problemáticas más lamentables y condenables.
Sergio Velarde
23 de octubre de 2024
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