Sobre el amor y las convenciones sociales
Gianfranco Mejía nos
presenta en La cena una obra que
logra captar la atención desde el primer instante, poniendo sobre la mesa temas
universales como las diferencias de clase, la edad y los prejuicios familiares
en las relaciones amorosas. La puesta, dirigida y escrita por Mejía, se
sostiene sobre una premisa aparentemente simple: Jimena, una joven de 17 años
perteneciente a una familia adinerada, decide presentar a su novio Alonso, de
26 años, a sus padres en una cena que rápidamente se convierte en un campo de
batalla emocional.
El conflicto principal, aunque predecible
en su estructura, está tan bien desarrollado que atrapa al espectador desde el
primer momento La incomodidad de Alonso es palpable. Su personaje es un joven sin estudios ni trabajo,
lo que lo convierte en un blanco fácil para las críticas de los padres de Jimena.
Los actores logran transmitir el rechazo velado y el
juicio silencioso con sutileza, elevando la tensión de la cena a niveles
incómodamente familiares para muchos, aunque con toques de humor.
Jimena, interpretada por Luna Scarlet,
brilla con un equilibrio de fragilidad y determinación juvenil. Es en su
actuación donde se siente la verdadera desesperación de una joven que lucha por
defender un amor que, desde el principio, parece condenado al fracaso. Scarlet logra transmitir esa mezcla de idealismo
adolescente y frustración ante la incomprensión de sus padres, haciendo que su
personaje sea más cercano y de fácil empatía por parte del público. La falta de ambición del personaje de Alonso, que inicialmente
parece ser una desventaja, se transforma en una reflexión más profunda sobre la
validez de los valores que dictan el éxito en la sociedad. Su lucha no es solo
por el amor de Jimena, sino también por la aceptación en un mundo que lo
considera inferior.
Si bien el desenlace de la historia no
presenta giros inesperados, la obra destaca por la forma en que aborda el viaje
emocional de los personajes, especialmente el de Alonso y Jimena. El final,
aunque abierto a interpretaciones, deja al público con una sensación de
esperanza mezclada con incertidumbre, reflejando la complejidad de las
relaciones humanas y las barreras que a menudo se interponen en ellas.
Stefany
Olivos
23 de octubre de 2024
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