Las risas contagiosas e ininterrumpidas durante una comedia teatral son el claro síntoma de que el espectáculo ofrecido al público va por muy buen camino. Pero sería un error quedarse únicamente en ese aspecto. Una buena comedia teatral no debe(ría) ser solo una serie de gags de humor muy efectivo, porque también son importantes la historia en sí, el mensaje que se pretenda transmitir y además, la creíble inclusión de ya sea personajes insólitos en situaciones convencionales o viceversa. En todo caso, sirva este preámbulo para escribir esta reflexión sobre Grandiosas, escrita por Federico Abrill y dirigida por Rodrigo Falla Brousset, una puesta en escena en la que los espectadores ríen a carcajadas, efectivamente, pero que podría elevarse por encima del promedio de ajustar algunos aspectos.
Acaso el hecho que más llame la atención sea el de las actrices convocadas para contar esta sencilla historia de cuatro amigas que se reúnen para buscar la reconciliación de un hecho sucedido en el pasado durante su etapa escolar. Por un lado, Marisol Aguirre, entrenada durante muchos años sobre las tablas con la firme dirección de Osvaldo Cattone; Mónica Torres, proveniente de las ficciones televisivas; Mariella Zanetti, de los programas cómicos; e Issa Ringgold, de las canteras de la Impro. Se trata pues, de intérpretes de estilos y registros distintos, que logran mantener, en términos generales, una buena química durante gran parte de la puesta en escena; química que bien podría ser fortalecida desde una dirección de actores aun más exigente por parte de Falla Brousset, responsable de excelentes puestas como El hijo o Sylvia.
Por tratarse de una obra escrita por Abrill, joven y valioso dramaturgo contemporáneo, la trama debería tener un lugar más prominente. Sin embargo, las pinceladas de humor que van apareciendo progresivamente, algunas más gruesas que otras, esconden en ciertas secuencias el verdadero significado de la historia original: la capacidad de perdonar los maltratos ocurridos en la etapa escolar debido a la inmadurez adolescente, así como la hidalguía necesaria para reconocer los propios errores. A destacar, en todo caso, el aplomo de Aguirre para sostener en las primeras escenas un personaje al borde del estereotipo, y la simpatía de Ringgold para lucir fresca y comprometida en todo momento. Grandiosas, espectáculo de la Asociación Cultural Diantres, es una muy divertida puesta en escena que con los ajustes precisos se convertiría en una sólida comedia que provoque risas y reflexión por igual.
Sergio Velarde
10 de julio de 2024
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