domingo, 28 de julio de 2024

Colaboración regional: LA LUCACHA


Mirando desde el corazón de Vallejo

Es difícil imaginar que una obra alrededor de la poesía de Vallejo no se encuentre atravesada por la víscera y el dolor universal. Esto es algo que la agrupación cultural ayacuchana Awaqmuyu tiene muy presente, y en su última obra, La lucacha busca llevar a su extremo visual.

Dos hermanas y su anciano padre se reúnen para darle el último adiós a su menor hermana, Rimacha, quien se quitó la vida antes del inicio de la obra. A medida que avanza la ceremonia, diferentes flashbacks y secuencias físicas (bien diferenciadas a través de las luces) nos terminan de mostrar de cuerpo completo no solo la situación de la hermana, sino del simbolismo trágico que representa toda la familia sobre la sociedad y la política en el Perú.

El uso del espacio es creativo y muy bien logrado. Las actuaciones destacan principalmente por el trabajo físico del elenco, con personajes y secuencias bien trabajadas. Un punto de mejora importante sería lograr el equilibrio entre la historia y su significado, pues este último absorbe al primero a veces, y vemos a las hermanas más como símbolos de la izquierda y la derecha peruanas que como seres humanos. Frases reconocibles de nuestra política, así como transiciones prolongadas con mensajes explícitos, hacen que a veces se pierda el hilo y mensaje principal de la obra.

Pero, a medida que nos acercábamos al final, me surgía la pregunta: ¿Y si no hay otra manera de encajar esta historia que no sea a través del caos y la denuncia? Sin alusiones sutiles, sino destapando nuestra putrefacción. En ese tenso funeral aparecen las verdades que, como país, nos cuesta aceptar sobre nuestra política, nuestra hipocresía, nuestra “cultura del más sapo”, nuestra violencia de género. Cada imagen y transición se vuelven así únicas (cortesía de una precisa dirección y musicalización) y culminan en la figura del Perú como una araña descabezada, o como un grupo de hermanas traicioneras, víctimas a su vez de un decrépito, dominante y obsoleto status quo.

La lucacha bebe del expresionismo como una muestra del alma pura y desangrada del peruano. Esta es una obra necesaria de hacerse en la UNSCH, en el corazón de Huamanga más que en cualquier otro lado, y una muestra de la evolución a futuro que un grupo joven como Awaqmuyu puede desarrollar. Véanla con buen ojo, y recen para que al próximo Bicentenario, su realidad sea cosa del pasado.

José Miguel Herrera

Ayacucho, 28 de julio de 2024

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