Todo queda en casa
La pubertad es posiblemente el espacio de crecimiento más
duro del ser humano y donde se empieza a desarrollar la personalidad. Es
también un momento en el que la persona empieza a comprender que los cambios en
su cuerpo también tienen conciencia en su psicología y en cómo comprende el
mundo. En el baño fue una comedia
sencilla, muy bien planteada y sobre todo, lúcida.
Personalmente creo que interpretar un personaje que no
corresponde con la edad biológica del actor es un reto. Si se trata de un personaje
mayor, es difícil; pero si este es mucho más joven, entonces es un desafío. En
ese sentido, quiero resaltar el trabajo de todos los actores por lo realizado
en escena. Era evidente que aún están en formación, pero la historia fue
creíble, pues el suspenso de conocer el final causaba mucha intriga. Me gustó la
idea de la historia, muy original: ¿Y si la fiesta, por azares del destino, se
arruinara porque todos terminan encerrados en el baño? Al principio, creí que
vería una comedia superflua y con chistes que rozan con lo escatológico, como
lo que uno puede ver en ciertos programas de televisión los sábados. Todos los
personajes tuvieron una serie de conflictos entre ellos, que pasaron desde lo
amoroso hasta la envidia; sin embargo, lo que más me gustó del montaje fue que
abordó el trasfondo psicológico de traumas detrás de los comportamientos
ambivalentes de los personajes. Es decir, se humanizó la tragedia; el valor de
la empatía es importante en todo trabajo dramático.
La actuación más resaltante fue definitivamente la del
personaje de Diana Timoteo (la dueña de la casa), sobre todo cuando hacia el
final ejecuta un monólogo desgarrador, revelando que sus padres son ricos, pero
carentes de amor hacia ella. Fue una escena muy creíble y Timoteo se involucró
tanto en esta que aún tenía lágrimas al momento de saludar al público. También
destacó Flavia Peña, como la amiga ebria y sinvergüenza del grupo; un personaje
en estado de ebriedad es muy difícil de sostener enérgicamente por tanto tiempo
en el escenario. Finalmente, Ángel
Castilla se desenvolvió muy bien como antagónico; tiene mucho potencial como
villano.
Por otro lado, la escenografía fue muy impactante, pues
cuidaron muchos detalles como la ventana y accesorios de un baño. Yo creo que
no era necesario, pero respeto la decisión de la productora Dramarte
Producciones. Como sugerencia, hizo falta un afiche en la puerta de la
presentación y personal que recepcione a los asistentes y a la prensa. Felicito
a la productora por el montaje y les deseo muchos éxitos. Todavía recuerdo el
pasado montaje de Pol, donde confieso
que fue la primera vez que vi el género de terror en el teatro.
Enrique Pacheco
27 de mayo de 2023
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