sábado, 7 de marzo de 2020

Crítica: BÚFALOS


La fábula que estamos viviendo ahora mismo

Como parte de la muestra de obras de los alumnos de 8vo ciclo de la especialidad de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, se presentó Búfalos, del dramaturgo Pau Miró, bajo la dirección de Gino Luque en el Centro Cultural de la misma universidad. Esta es la historia de cinco hermanos que viven y trabajan en una lavandería de un barrio marginal. Cuando eran pequeños, uno de ellos desapareció y, tiempo después, la mamá siguió el mismo destino. Si bien el padre les da una supuesta explicación, no les resulta satisfactoria. Poco a poco irán descubriendo que hay una verdad detrás de dichas desapariciones. 

El montaje ocurre en el interior de la lavandería y hogar de estos hermanos. Hubo una serie de cajas que hicieron las veces de lavadoras, todas con el agujero distintivo de dichas máquinas, además de un lado hueco que permitía a los actores meterse fácilmente en la estructura. Los actores jugaban con estas cajas en escena, de modo que construían composiciones con alturas y niveles distintos a lo largo de la puesta, especialmente en las escenas donde los cinco hermanos aparecían juntos. Esto permitió darle dinamismo a la obra, pues se percibía la sensación de estar en un lugar donde el tiempo pasa de manera cíclica y rutinaria. El vestuario de los actores estuvo diseñado con retazos de telas y colores acorde con la escenografía: colores sepia, con sensación de estar en un lugar totalmente desolado. Cada personaje tenía un diseño particular de vestuario que le daba un perfil más específico individualmente: visualmente ya teníamos referencias de los personas solamente por las prendas que usaban, lo cual le daba mayor interés al ojo del espectador. Sin embargo, hubo algunos traspiés en los cambios de escena y transiciones de algunos momentos de la obra, pues caía el ritmo de la obra por el exceso de ruido y falta de especificidad en el cambio escenográfico.

La construcción de personajes de los hermanos estuvo llena de especificaciones, de modo que tanto vocal como corporalmente se diferenciaban entre sí. Lo más destacable estuvo en la manera particular en la que cada uno intervenía el espacio escénico y los objetos: la manipulación de las lavadoras era hecha de manera personalizada, desde la esencia del personaje.

La iluminación jugó un papel muy importante en esta representación, pues permitía ajustar los puntos de atención en algunos momentos de la obra. Sin embargo, los actores muchas veces llegaban tarde a los cambios de luces, lo que le quitaba precisión al desarrollo del montaje. No obstante, esto ocurrió al empezar  la obra solamente, que después no volvió a repetirse; esto pudo deberse a una falta de concentración inicial.

La soledad y degradación de los personajes parecen ser consecuencia de un estilo de vida al que cada vez más personas están inmersas: experiencias traumáticas normalizadas, hechos de violencia de todo tipo normalizados por los medios de comunicación y a nivel cultural, la falta de empatía entre nosotros como sociedad. Con un impacto muy contemporáneo, Búfalos deja en el espectador muchas preguntas sobre los parecidos a la realidad que estamos viviendo aquí y ahora. Nos invita a reflexionar sobre los vínculos familiares, el afrontar y reiniciarse después de una experiencia traumática, la resistencia ante una ausencia, la soledad y la violencia típicas que marcan las relaciones en ciudades tan grandes y revoltosas como nuestra Lima gris.

Stefany Olivos
8 de marzo de 2020

No hay comentarios: