miércoles, 18 de marzo de 2020

Entrevista: ALANA LA MADRID

“Hay que tener un amor enorme al teatro”

En muy pocas ocasiones, el elenco en pleno de una puesta en escena es nominado a los premios Oficio Crítico. Xauxa (2018), creación colectiva de la Casa de Tespis, ocupó ese honor; y una de sus actrices logró la preferencia mayoritaria del público, el que votó en la encuesta virtual y la posicionó como la mejor actriz de reparto en la categoría Drama. Alana La Madrid, a pesar de su juventud, tiene ya una sólida carrera no solo en las artes escénicas, sino también en la música. “Mi papá es músico y mi tía trabajaba con Miki González, siempre crecí entre música”, comenta Alana. “Siempre crecí pensando en ser cantante y actriz; todos los años participaba en las actuaciones del colegio, quería bailar, cantar y actuar; pero en mi casa no habían los tiempos como para llevarme a clases.” Al cumplir doce años, y ya con cierta independencia, ingresa junto a sus amigas al MALI a desarrollar su talento artístico.

Maestros y aprendizajes

“Es en el MALI que conocí a mi maestro y al culpable de todo, que es Ramón García,” revela Alana. “Él me inculcó el amor al teatro y la disciplina, también formé parte de su grupo de teatro, que se llamó Sakuntala, con el que empezamos a hacer obras, algunas de Darío Fo, en el Centro Cultural de San Marcos, en el Florentino de Barranco, también pasacalles, y después pasé a su taller de formación actoral TEFA.” La disciplina de García era crucial, especialmente en su horario, los domingos desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. “Por un lado, digo qué bacán fue mi entrenamiento, pero ahora que no tengo a todos mis seres queridos, me digo que sí me perdí muchos momentos familiares.” En aquella época, Alana siguió al taller de García en todos sus locales, en su etapa itinerante a la fuerza, en el Centro Médico Antroposófico, la Casa del Artista y en el Club de Leones de Miraflores.

Alana llevó un taller de canto con Jaime Calderón en el MALI, paralelamente al de García, pero ante la crisis económica familiar, optó por quedarse solo con este último; también estuvo por poco tiempo en talleres con Aristóteles Picho en el Centro Cultural de la Católica, de quien recuerda mucho su disciplina. “Al terminar el colegio, no había carreras musicales de mi rubro, solo había el Conservatorio y la Escuela de Folklore; así que decido estudiar actuación profesionalmente en el TUC.” Allí tuvo la fortuna de tener a Alberto Isola como profesor de actuación durante cuatro ciclos; así como Mirella Carbone en danza, Ana Correa en cuerpo, y Fernando de Luque y Pepe Bárcenas en música. “Con Alberto ves la luz en cuanto a la acción, que te cuesta en principio entender, pero te queda luego más claro; también tuve otros muy buenos profesores, como Coco Chiarella, Marisol Palacios, Ruth Escudero y Gianfranco Brero.”

De sus muestras internas en el TUC, Alana recuerda la puesta en escena de Chicas católicas de Casey Kurtti y una creación colectiva realizada con Chiarella titulada Y finalmente… “En mi promoción entramos veintiocho y salimos solo diez; si bien un par están en pausa de maternidad, todos la seguimos luchando: Michael Joan, Gonzalo Talavera, Briscila Degregori, Flor Bromley, Alfonso Dibós, Laura del Busto, Sofía Humala, Claudia Mori y Mirella Bálsamo.” Alana menciona que su primera obra profesional, antes de egresar del TUC, fue con el rol de una mendiga en El Gran Teatro del Mundo, con el notable Ricardo Fernández; y ya fuera del TUC en Morir de Sergi Belbel, con la dirección de Manuel Trujillo.

“Quisiera dedicarme profesionalmente al teatro y a la música en un 50/50”, confiesa Alana. “Sin embargo, es 70% de actuación, ya sea enseñando y actuando, y 30% con la música; lucho día a día para que sea de igual a igual, pero la música no me da todavía, me da solo para gastar nomás (ríe), estoy a perdida.” Ella tiene una banda llamada Catarsis, con la que sigue presentándose en diversos escenarios. “Los talleres de canto y música son importantes para el actor, mientras más herramientas tengas, vas a ser un actor más completo, vas a tener más facilidad para crear personajes más ricos e interesante; y también por una cuestión de chamba y de competencia.” Alana considera que una buena actriz de teatro debe tener disciplina, aptitudes (“basta un 1% de talento y 99% de trabajo”) y un amor enorme hacia el teatro. “Porque si no lo tienes, no faltarías a los matrimonios de tus parientes, no te perderías un montón de momentos importantes ni arriesgarías tanto tiempo de calidad, y a veces, ni siquiera ganas; entonces,  si no le tienes amor, ¿para qué?”

La magia de Xauxa

La Casa de Tespis es un colectivo teatral que viene promoviendo interesantes montajes teatrales mediante combinaciones con la danza, la música y el canto, del que Alana es cofundadora. Como ella misma menciona, “producimos proyectos cada cierto tiempo, a pesar que todos estamos en mil cosas, y queríamos sacar un proyecto para adultos, porque lo último que hemos hecho han sido espectáculos para niños.” Desde Un valse, un recuerdo (2011), creación colectiva dirigida por Ana Correa, el grupo no presentaba espectáculos para adultos; sin embargo, sí estaba ocupado con puestas en escena para los más pequeños como El monstruo de los mares – La leyenda parte I (2012) escrita y dirigida por Mirella Balsamo; El monstruo de los mares – La leyenda parte II (2013) escrita por Bálsamo y dirigida por Marlene Banich; y SOS Patas al rescate (2019), creación colectiva dirigida por Banich. Xauxa vino de la inquietud de César Gólac como director, que nos propuso este proyecto y a pesar que siempre invitamos a un director para cada puesta, le dijimos que él mismo se haga cargo.”

Presentada como una creación colectiva que tomaba como contexto la danza de la tunantada y a sus personajes para contar la historia, Xauxa buscaba visibilizar distintos testimonios de corrupción, discriminación y violencia que ocurren día a día en nuestro país, en contra de las mujeres y poblaciones vulnerables. “César mandaba tareas muy puntuales; primero, lo que nos había pasado a nosotras como mujeres y juntos revisamos todo un montón; después, él sacaba los textos y distribuía los personajes; todos metíamos un poco la cuchara, pero él escribía en base a las improvisaciones y tareas que le mostrábamos.” Como todo trabajo en grupo y especialmente, una creación colectiva, durante el proceso se produjeron varios inconvenientes, que felizmente el colectivo pudo superar. “Cuando hemos sentido incomodidad, parábamos y resolvíamos; cuando no nos hemos sentido cómodos, justamente no ha nacido nada y no se siembra la semilla; cuando nos hemos sentido a gusto, y a pesar que siempre hay distintos problemas que luego resolvemos, las cosas salen bien; tratamos de hacer el trabajo lo más profesional posible.”

Proyectos a futuro

A Alana le gustaría mucho participar en alguna película, ya que o bien han cortado sus escenas o su papel era muy reducido. “Me gustaría también hacer teatro musical; hasta ahora solo he cantado en obras de teatros y una vez reemplacé a una actriz en una obra musical, pero solo para una función vendida.” También revela que le encantaría trabajar algún día con sus maestros en temporadas profesionales. “No quisiera morirme sin trabajar antes con Ramón o con Alberto o con Coco,” menciona. “También quisiera hacer de mala en la televisión, hasta ahora no lo he hecho.” La dirección, eso sí, está fuera de los planes de Alana, salvo si se trata de un proyecto para microteatro o una muestra para alumnos. “Para mi proyecto final en el TUC, tenía que producir una obra y podía elegir además entre actuarla o dirigirla; elegí esto último; desde ese momento decidí no volver a dirigir en mi vida (ríe).” El espectáculo, presentado en la galería de arte de la Católica, fue un musical alternativo escrito por Emperatriz Vizcarra, con Andrés Salas y Kemmy Ríos en el elenco. “Hay que tener una visión y ser muy capaz; en verdad, cualquiera no debería dirigir, hay que ser artista, hay que pintar en el escenario cosas que la verdad yo me siento todavía una simple actriz.”

La banda Catarsis estrena nuevo videoclip, titulado No me silbes, "conmemorando la lucha que aún no cesa y desde nuestra música le decimos #noalacososexualcallejero." Para los que se la perdieron, Alana anuncia el inminente reestreno de Xauxa, en diciembre en el Centro Cultural de la Pacífico, y comenta entusiasmada sobre la próxima obra en la que actuará. “Se llama Madriguera y estaremos en temporada desde abril en el Teatro Auditorio Miraflores; es una obra de acción ubicada en una cárcel de mujeres, con un gran elenco: Kareen Spano, Andrea Meza, Trilce Cavero, Ena Luna, entre otras; somos nueve actrices y todas están geniales.” La puesta está escrita y será dirigida por Renato Argüelles, y las entradas ya están disponibles. “A mí me encantan las series Vis a Vis y Orange is the new black; además hago de una presa que es una Mara Salvatrucha y es un reto para mí hablar en acento caribeño todo el tiempo y que salga natural,” concluye.

Sergio Velarde
18 de marzo de 2020

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